Cuándo pasó

Administración: Otro Billshido rescatado de la caída de la primera thf. Disfruten la lectura.

«¿Cuándo pasó?»

(One-Shot de Laura)

Ni siquiera sé cuándo ni cómo pasó que Bushido lograra conquistarme. Ha conseguido engatusarme hasta que he llegado a quererle, primero unas cuantas declaraciones subidas de tono que me tomé a guasa, luego seguimientos en las galas hasta conseguir de mi un par de palabras, y tercero venir al desfile. La gota que colmó el vaso.

Reconozco que cuando le vi, después de tantos meses, el corazón me dio un vuelco que no supe como calificar, asco hubiera sido lo más lógico, se burlaba de mi siempre, tratándome como alguien sin sentimientos

Sorpresa ¿Qué hacia el ahí? Y ¿Por qué? Dudo que quisiera ver a todos esos chicos desfilar, deseo, deseo de realizar alguna de todas esas cosas que dijo que quería hacer conmigo, no lo supe exactamente hasta que al final del desfile, yo, más nervioso que un flan, con todas esas plumas sobre mí que pesaban una barbaridad, con los tacones que me apretaban el dedo meñique y el pantalón demasiado ceñido, vino a saludarme y felicitarme, le apreté la mano educadamente, pero el …tiro de mi para darme un abrazo, mi cara debía ser un poema, Tom se encogió de hombros hacia ese acto y frunció el ceño, no le gustaba el rapero.

Me quede estático casi sin respirar hasta que un perfume azotó mi nariz y me encantó. Se puso a hablar rápido, moviendo las manos, sin quitarse las gafas de sol, me ponía de mal humor no saber dónde miraba. Y de pronto me encontré en un pub con una copa en la mano y hablando de países exóticos que quería visitar.

Me enfadé conmigo mismo cuando me di cuenta de cómo le miraba, embelesado, sonriendo como un tonto con cada cosa que decía, no puedo decir a ciencia cierta si fue por el alcohol o porque de verdad me hacían gracia sus comentarios.

.

Tom se fue al rato, aburrido de aguantar nuestra charla, alegando que estaba cansado del desfile, ¡pero si él no se había movido de su asiento!, en otro momento hubiera cogido el brazo de mi hermano y hubiera escapado de ahí como alma que lleva al diablo, pero no lo hice, me quede frente a él, dando un largo trago al vaso de vodka, y asintiendo a una proposición que aún no había asimilado, pero que mi boca respondió más rápida que mi mente.

Me cogió de la mano y salimos del local, estaba amaneciendo, el sol salía tímido entre las nubes, me dolieron los ojos con el cambio de iluminación, Anis seguía hablando sin parar, caminando a paso veloz, abrió las puertas del coche, puso la calefacción haciendo que con el frío los cristales se empañasen y arranco hacia su casa, cosa que descubrí minutos más tarde. No puedo negar que el encontrarme allí me gustó, estaba decorada con gusto viniendo de una persona como él, se acercó al mueble de debajo el televisor y saco dos copas.

—Vamos a brindar

—¿Por…?

Me cogió de la cintura y me habló al oído sensualmente.

—Estás donde había querido desde hace meses.

Un roce de su nariz en mi cuello y me rendí, su boca atrapó la mía con violencia, mordiéndome, lamiéndome los labios, sus manos recorrían toda la espalda parándose a agarrarme del culo, me separé, y le prohibí volver a tocarme, el sonrió y llenó las copas de champagne.

Eso paso hace tres meses.

Y ahora estoy de nuevo sentado en el sofá, como cada fin de semana desde aquel día, esperando a que me llene la copa y que sus labios se posen en los míos, sus besos ya no son tan bruscos, sus manos no desean desnudarme a la primera de cambio, sus ojos se clavan en los míos durante largos minutos en los que creo que voy a marearme.

—¿Cuándo cambió?—le pregunto, el me mira sin comprender, acariciando el dorso de mi mano— lo nuestro… ¿cuándo cambió de puro deseo a esto?

—No sé, tal vez en el momento que te vi recién levantado, o cuando te caíste de la cama enredándote con las sabanas, puede ser… —su mano se poso en mi mejilla y sus labios descansaron sobre los míos— desde esa noche que sentí como decías mi nombre en sueños y te abrazabas a mí —note como me sonrojaba, Anis sonrió— quizá por cómo te sonrojas cuando te digo que eres precioso o que me encanta tu cuerpo…

—¿Entonces que somos?

—Decide, ¿quieres amor o solo sexo?

Su boca sabe a chocolate y fresas, la fuente aún descansa sobre la mesa de cristal.

—¿Estarías dispuesto a darme amor?

Paso los brazos por su nuca y con las uñas dibujo el tatuaje del cuello.

—Estoy dispuesto a intentarlo…

Las sabanas nos estorban, el sudor llena nuestro cuerpo, leche y café, blanco y negro, fundidos en uno.

—Siempre he oído que a Bill Kaulitz o lo amas o lo odias.

—¿Tú qué opinas?

—Creo que es obvio —contesta alzando una ceja.

¿Cuándo cambió?

No lo sé, tal vez en el momento que descubrí que podía hacerme reír a carcajadas y hacerme llorar en el mismo momento.

F I N

Administración: Aunque no me gusta esta pareja, es un corto bastante tierno, ¿no creen?

Publico con autorización del autor

1 Comment

  1. 😱🥰🥰🥰🥰🥰

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