29: No luce como una damisela en apuros

CAPITULO 29: NO LUCE COMO UNA DAMISELA EN APUROS

¿Entonces tía, Adam y tú ya son novios? —Morgana se sonroja ante la pregunta de su sobrina, sábado por la mañana y el bistró se encuentras cerrado aún, solo Sofía, Morgana y Andrew están ahí. Este último ahoga una risa, al contemplar la expresión de Morgana—Tomare tu silencio como una respuesta afirmativa—Continua molestando, mientras da pequeños sorbos a su malteada de chocolate.

Eres una majadera—logra finalmente responder, siendo a acompañada de las risas de Andrew y Sofía. Antes de darse media vuelta y caminar hacia su bolsa que continua en el mesón, saca su celular y su rostro se ilumina, recibiendo más burla de parte de los dos jóvenes.

Por cierto el arreglo de flores esta precioso—dice, cuando la ve terminar su llamada.

¿Qué arreglo corazón? —pregunta Morgana, tomando su lugar junto a ella.

Sofía palidece ante esa respuesta, alarmando a su tía ante el tono ceniciento de su piel, las mejillas de Sofía, parecen hundirse en algún lugar de su rostro y sus ojos destellan de miedo.

¿Tu no dejaste un arreglo de rosas blancas ayer? —pregunta intentando que su voz no delate el miedo que comienza atenazar su espina dorsal

Sofía, cielo, sabes perfectamente que raras veces voy a tu departamento y cada vez que lo hago te aviso—responde, Sofía pestañea un par de veces aclarando su mirada que se ha puesto borrosa.

¿Crees que alguien se ha metido a tu departamento? —es el turno de Andrew de preguntar, alarmando a Morgana, de que eso sea posible, se supone que vive en uno de los lugares más seguros, tiene un perro que con solo su altura aterroriza a cualquiera y una casera, por demás entrometida y cuidadosa de todo aquel que entra en su edificio.

No—responde rápidamente, cambiando la expresión de miedo de su rostro por una de alivio o al menos por una parecida—Seguramente el arreglo era de Pier y para evitar problema con James, lo dejo dentro del departamento—se encoje de hombros, recibiendo miradas nada convencidas de parte de Andrew y Morgana, pero sobre todo de la última, por muy amigos que sean, sabe que esos dos rara vez, hacen uso de la llave que Sofía tiene escondida en una baldosa suelta que esta junto a su puerta.

¿Estás segura?

Claro, no sería la primera vez, que esos dos hacen uso de mi llave, para guardar algo que no quieren que el otro vea, ya sabes cómo son de celosos entre ellos—sonríe—Además, si alguien se atreviera a entrar Lucas ya le abría arrancado una pierna, sabes que detesta a los extraños— Aunque Bill, no causo ese efecto piensa, sacude la cabeza y sonríe para tranquilizar a su tía, observa el reloj de pulsera, son las diez y están por abrir, baja del banco de un brinco, que se tambalea—Bueno tengo que llevar a Lucas a su primera clase de obediencia canina—mira al perro dormido en mitad del bistró, estirado cuando largo  es con Milk durmiendo sobre su lomo.

Vaya ya era hora—Andrew aplaude—está por cumplir un año y no parece tener intención de madurar y ser un chico obediente.

Tú casi cumples veintisiete y tampoco tienes intenciones de madurar—dice, sacándole la lengua al rubio que responde a su gesto.

Basta niños, la hora del recreo ha terminado—Morgana se pone de pie, envuelve en un abrazo a su sobrina y le mesa la mejilla—Cuídate y ven a verme más tarde, te tengo una sorpresa.

¿¡Una sorpresa!? —sus ojos brillan como los de una niña en navidad, Andrew ríe, dándose la vuelta y comenzando a escribir  los especiales de ese día.

Si una sorpresa, pero ven más tarde, como a la hora del almuerzo.

Tras decir adiós, Sofía sale del bistró y se dirige a la dirección de la escuela de obediencia, revisa la dirección en el mensaje de texto, de Lemir, por suerte la dirección está cerca del bistró de Morgana, lo que no le tomara más de veinte minutos caminando y peleando con un cachorro, que se jala más de lo que camina, por un segundo parece que va a llevarlo directo al matadero por la forma en que se reúsa a caminar, observa de vez en cuando a su bolsa y como Milk duerme sin preocupación alguna dentro de ella.  Agradece la brillante idea que se le ocurrió a Pier, sobre ponerle un pañal al pequeño gato, antes de colocarlo dentro de su bolsa, aunque claro Andrew se rio por casi una hora cuando lo vio.

***

Empuja la puerta del bistró que ahora está lleno, pasa de largo con Lucas y atraviesa la puerta que da al jardín, ocupa su habitual mesa, una de las meseras se acerca y le pide una limonada minera y unas galletas para Lucas y una rebanada de jamón para dale al pequeño minino que ahora está fuera de su bolsa, acostado en la silla junto a ella.

Ese es el gato más flojo que he visto en mi vida—Levanta la mirada para encontrarse con Lemir, que le sonríe y se sienta a su lado— ¿Lleva puesto un pañal?

No está entrenado, no iba a dejar que ensuciara mi bolsa, además fue idea de Pier—responde defendiéndose.

Hay micifuz

Se llama Milk, Lemir, Milk, como leche en inglés, esa materia que nunca lograste pasar en el colegio.

¿Tu como sabes que no soy bueno en inglés?

Ed, se burla bastante de ti y lo ha dicho ciento de veces en el bar.

Bueno pero con el francés soy buenísimo—Sonríe, apoyado su espalda en la silla—Es una lengua que dómino a la perfección.

Seguro Eva está encantada con esa habilidad tuya.

No se queja.

Me alegra.

A mí también me alegra, verlos tan sonrientes—Morgana aparece frente a ellos, con una charola con tres bebidas—No interrumpí ¿Verdad?

No, solo estábamos bromeando, ya sabes cómo somos—reciben un asentimiento de Morgana, mientras le hace una seña a uno de los meseros, para que sirva el almuerzo y también para que llame a Andrew que se une a ellos. Disfrutan de un almuerzo ligero entre risas, hasta que Lemir y Andrew le dedican una mirada a Morgana, que da por terminado el almuerzo.

Lemir se pone de pie y tomando la servilleta que Andrew le ofrece venda a Sofía, que se queja, sin embargo desiste de hacer un berrinche, al sentir el ligero manaso de Morgana sobre su mano, para que se esté quieta. Atraviesan el bistró, recibiendo quejas de Sofía, que amenaza con golpearlos si la dejan caer,  ya que sus pies difícilmente tocan el suelo, debido a la forma en que Andrew y Lemir la sujetan.

No seas llorona— dicen al mismo tiempo.

Bien hora de la sorpresa—dice Morgana, haciéndole una señal a Lemir para que le quite la venda a Sofía.

¡Sorpresa! —gritan los tres, Sofía parpadea para aclarar su vista, frente a ella aparece un precioso mini Cooper blanco con negro.

Es un…

Un coche, Sofía —Lemir y Andrew la zarandean como si fuera una muñeca, la abrazan y brinca con ella—Por fin dejaras de usar los nuestros—Siguen gritando, mientras la gente pasa por la calle y observa a tres jóvenes, brincando y saltando por que uno de ellos, obtuvo un coche, Morgana sonríe y regresa al bistró, dejando a esos tres con su euforia juvenil.

Lucas no cabe—se queja, mirando a su tía que solo ríe y niega, besa la frente su sobrina—Andrew sal de mi coche,  para que Lucas pueda entrar.

Pero no es justo, yo escogí el color, tengo derecho a la primera vuelta.

Que te daré, en cuanto deje a Lucas y a Milk en el departamento, tengo que ir al gimnasio y tú tienes que trabajar.

Entonces saca a Lemir, de tu coche—dice mirando molesto a Lemir sentado en el asiento del copiloto con Milk en sus brazos.

Vamos al gimnasio, me tiene que llevar, ya baja del coche, preciosa, más tarde venimos por ti.

Pero regresan, par de idiotas—sale del coche y se para junto a Morgana, que le pasa un brazo por los hombros, en su cálido abrazo maternal, viendo como Sofía derrapa al salir y enfilarse en tráfico—Tiene seguro contra daños a terceros verdad—Morgana asiente —Genial, creo que va a necesitarlo muy pronto.

***

¡Vaya coche! —Grita Ed, al ver a Sofía estacionar—Quien se sacó la lotería.

Es lindo verdad—sonríe cerrando la puerta.

¿Pero no es rosa? —se queja, haciendo que Lemir y Sofía rían.

No soy el Elle Woods.

Por desgracia no eres tan bella como Reese Witherspoon —se burla, escapando por poco, del golpe de Sofía.

Basta niños hay un ring adentro donde pueden darse los madrazos que deseen—Lemir pasa por un lado de ellos.

¡Hey tu diosa está dentro!

¡Y las has dejado adentro con esos cerdos, sabes que a la única que respetan es a Sofía y solo porque es el médico de cabecera de esta mierda!—Grita entrando rápidamente al lugar.

¿Ed, ella no tiene idea de quién soy yo? —dice mirando la puerta preocupada

Sofía, usas un antifaz todas las noches, y las luces no te ayudan mucho, así que tranquila. —Hace una mueca—Si quieres podemos decir que eres mi novia.

No gracias, solo diremos la verdad, soy amiga de ambos y omitiremos a Nina—responde dándose valor, para entrar.

Ambos entran y presencian el acaramelado momento que Lemir y su novia están teniendo, así como varios espectadores, que miran boquiabiertos a la hermosa morena, que está devorando los labios de Lemir, le hace una seña a Ed y camina hacia los vestidores de damas, que curiosamente es el baño de la recepcionista, ya que solo ellas dos son las únicas mujeres de ese lugar. Termina de acomodarse las trenzas y suspira antes de salir del baño, tendrá que saludar a Eva y fingir que es la primera vez que la ve, está comenzando a sentirse agobiada al ver como las personas que conocen a Nina, comienzan a entrar en su vida, quita la mano de la perilla y se sienta sobre el excusado, comienza con una serie de respiraciones cortas y pausadas, al sentir como está comenzando a perder el control de su vida.

¿Sofh? Estas bien—llaman del otro lado, cierra los ojos y mirando de nuevo el espejo da un bote, cuando su reflejo le sonríe, es su reflejo pero a la vez no se puede reconocer.

Nina—murmura y su reflejo sonríe, sacude la cabeza y sale una vez del baño, empujando la puerta y casi derribando a Lemir.

¿Hey estas bien? —la toma por los hombros.

Si—responde — ¿Qué hacías detrás de la puerta?

Comenzaba a preocuparme al ver que no salías.

Vamos a entrenar—dice pasando por su lado y entrando al área de entrenamiento, da una rápida mirada al lugar, buscando a Eva, suspira al no verla cerca, pero sus ojos brillan al ver a Martin un chico robusto de unos veinte, camina en dirección a él, saluda a un par de chicos mientras cruza el lugar—Hola Martin—sonríe, llamando la atención del chico, que deja de golpear la pera para mirarla.

Hola Sofh, ¿te puedo ayudar en algo?

Sí, tu hermano aun trabaja en eso del sistema de alarma y no sé qué más

Es una empresa de seguridad, Sofh, estás interesada en nuestros servicios.

Sofía asiente y mira sobre su hombro para ver a Lemir y Ed, observándola junto a una curiosa Eva—Te llamo más tarde y si Lemir o Ed te pregunta sobre que hablamos, ni una palabra.

Seguro.

Regresa junto a Lemir y compañía y sonríe al ver a Eva.

Hola, soy Sofía y  tú debes ser la novia de Lemir—Saluda.

Hola, Eva mucho gusto—sonríe—Sabes tenía muchas ganas de conocerte, Lemir siempre habla de ti.

¿De verdad? —finge sorpresa—Espero solo cosas buenas—golpe a Lemir en el hombro, golpe que recibe de nuevo.

Claro—sonríe.

Sofh, vamos quiero patear tu trasero—dice Ed.

Ten cuidado Ed—advierte Lemir, caminando tras ellos con Eva tomada de su mano, recibiendo silbidos y algún piropo por alguno de los chicos, antes de llegan a uno de los ring, Sofía se detiene haciendo que Ed, choque con su espalda.

¡Pero qué mierda Sofh! —se queja, mira en la misma dirección que Sofía, cuando ven a Timo, señalar hacia ellos y presenciar la enorme sonrisa de guasón que se forma en su rostro al ver la cara de contrariedad del otro chico, al que Sofía reconoce rápidamente como Georg—¡Mierda! —escucha como Ed murmura.

¡Sofh!—grita Timo, haciendo señas para que se acerque hasta ellos, Lemir es más rápido y se coloca frente a ella, cubriéndola de la vista de Georg y Gustav, mientras Sofía comienza a mirar alrededor en busca de Bill, pero no hay rastros de él. Hace un lado a Lemir y camina hacia ellos, siente el ligero roce de los dedos de Lemir sobre su piel, pero no se gira a verlo, si ellos están ahí, puede que él también y en esos momentos siente que las manos le pican por verlo.

Hola—dice Ed, llegando junto a ella, antes de que hable.

Hola chicos, Sofh, estos dos estaban preguntando por ti.

¿Así? —responde Ed, Sofía siente un dejo de irritación, pero no responde, solo busca a Bill detrás de Georg y Gustav.

Preguntaron por el campeón, aquí este grandulón—señala a Georg—quiere retarlo, pero creo que esta por retractarse. —mira socarronamente a Sofía—tiene miedo de romperte.

¡Oh! —murmura—Bueno no me rompo tan fácilmente—responde cruzándose de brazos— ¿Entonces?

Seguro—responde Georg sonriendo, justo cuando Bill y Tom aparecen detrás de él.

Los ojos de Sofía viajan hacia la figura de Bill, que la mira intensamente.

***

¿Estás loca? —la vos de Lemir hace que Bill, despegue su mirada de Sofía, o mejor dicho de su cuerpo, una cosa es verla con el vestuario ceñido de Edén siendo Nina, otra muy distinta contemplarla siendo Sofía, sin mascaras ni luces bajas paseando su escultural cuerpo por ese lugar.

No voy a romperme—la escucha decir, mira a todos sin entender, de que están hablando—escoge tu esquina Georg, Ed, ayúdame a vendar mis manos—la ve caminar hacia un lado del ring y observa a Lemir caminar furioso detrás de ella y el tal Ed, llevando a una morena de la mano.

¿Estás loco idiota? —se gira a Georg, cuando ha entendido que Sofía pretende darse de golpes con Georg, recibe una mirada de burla del ojiverde.

Bill ya viste esa tablero—señala al frente—dice Sofh invicto, pensé que era un chico con un apodo bastante femenino cuando pregunte, pero si ella dice que puede conmigo no soy quien para negarme—se da media vuelta y cruza las cuerdas, Timo y Martin lo ayudan a prepararse, mientras Olaf el chico que se encarga de ser el réferi, les dice donde sentarse.

Tranquilos, solo hacemos seis rounds tenemos que cuidar el atractivo visual y Sofía es bastante rápida.

Bill le dedica una mirada de advertencia a Georg quien a cambio le guiña un ojo, el lugar se llena de los pocos clientes que hay, algunos comienzan hacer apuestas a favor de Georg y otros a favor de Sofía, siendo nuevo no es alguien con quien Sofía haya jugado a pelear antes.

—€200 a Georg—dice Gustav, en voz alta—Tranquilo Bill—golpea suavemente la espalda del mencionado—algo me dice que eres tu quien necesita aprender a defenderse si planeas intentar algo con ella.

Olaf, le hace una seña a otro chico que se encarga de sonar la campana, Sofía y Georg se colocan en el centro, el segundo escucha las reglas del lugar, después de una señal, se hace a un lado y dejando que ambos contrincantes comiencen a intentar dar los primeros golpes, Sofía intenta dar el primero, pero Georg lo bloquea, ambos siguen intentando dar golpes, esquivando algunos, pero aun así reciben alguno.

Bill casi brinca de la banca, cuando Georg, golpea el labio de Sofía, del cual rápidamente comienza a correr un pequeño hilo de sangre, ella consigue sobreponerse y dar un golpe justo en pómulo y solo eso parece ser necesario, para que ella consiga comenzar a dar un golpe tras otro, comenzando a encaminar a Georg hacia las cuerdas hasta que no le deja lugar para moverse, pero aun si logra esquivar y dar golpes. Hace una mueca cuando siente que el aire casi se escapa de su cuerpo, sin duda Sofía es de cuidado a la hora dar golpes.

Olaf hace golpear la campana, dando el encuentro por terminado, ambos están sudando y con pequeños rastros de sangre, pero aún se mantienen en pie, los chicos rechiflan cuando Olaf lo declara un empate, algunos piden una revancha, pero Lemir rápidamente sube al ring, tomando a Sofía por los hombros y llevándola al otro extremo del ring, Ed, le ayuda a quitarle los guantes y le pasa una toalla por el rostro, para alejar los rastros de sudor.

Georg regresa a su lugar siendo ayudado por Timo y Martin, regresa al centro y estrecha su mano con Sofía, quien le sonríe y niega al ver la mirada divertida.

Podía contigo, no había necesidad de que me dejaras ganar—Georg ríe estruendosamente y le besa el dorso de la mano.

Tal vez, pero se de alguien que no estaría contento si te hubiera lastimado—se da media vuelta y brinca del ring.

Bill observa a Sofía recargada contra las cuerdas, aun a la distancia que se encuentran puede ver las gotas de sudor que bajan y acarician su abdomen, la mirada divertida con que lo mira, como si estuviera retándolo a subir con ella.

No luce como una damisela en apuros—dice Tom colocándose a su lado, cuando la ven bajar del ring—yo que tu comenzaba a tomar estas clases, tú piensas que es una gatita pero ya viste que es toda una leona a la hora de pelear.

Georg la lastimo—dice mirando a su amigo, que está bebiendo agua.

Ella lo golpeo con ganas, Georg, uso la misma fuerza que usa contigo, cuando estas drogado y estás haciendo uno de tus berrinches, anda vamos le debemos unas cervezas.

Primero voy hablar con ella.

Mejor no, ese —señala hacia Lemir que aun que tenga a su novia de la mano, no deja de mirar en dirección a ellos—no creo que deje que te acerques y aquí hay muchos que no dudarían en darnos una paliza si ese se los pide.

Caminan hacia Georg que ríe con Timo y Gustav, mientras escucha lo que hizo mal o lo que hizo bien, para salir de ahí de una sola pieza.

Así que por eso gana—se burla—pero yo también me dejaría ganar por ver esa belleza caminar por aquí.

En realidad nunca la han dejado ganar, las primeras veces salía sumamente golpeada, después aprendió, es un chico más aquí, con la diferencia de que es sumamente atractiva y eso es lo que la hace ganar, la mayoría pierde la concentración recreando la vista.

Escuchaste Billy, hay que comenzar a entrar estos pequeños músculos—le pica las costillas, Timo se despide dejándolos riendo. 

& Continuará   &

Publico con autorización del autor

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