3 As The Lights Go Down

«As the lights go down» Temporada I

Capítulo 3

Pasaron las semanas y para suerte de Bill, Tom no había vuelto aparecer en el club. Había visto en T.V. que estaba en Los Ángeles y asistió a una fiesta donde solo la gente hollywoodense era invitada. No podía creer que ese hombre era el mismo niño con el que pasaba jugando durante las tardes de su niñez.

Hoy Bill iría de nuevo al Rum Runner, tenía que dar una presentación de otro de sus artistas favoritos; David Bowie.  Bill tenía gustos muy diferentes a los de las demás personas de su edad, él prefería la música de los 70’s, 80’s y 90’s.  Su madre Simone, siempre que estaba en casa escuchaba esa música, cuando ella murió Bill continuó escuchándola porque le recordaba a las tardes donde Simone bailaba y cantaba con él.  Además, pensaba que la música actual apestaba, siempre decía que si llegaba a convertirse en un gran cantante, haría música que influyera en la historia musical.

Esa noche, llegó al Rum Runner con buen ánimo, se quedó hablando un momento con Richard.  Luego de cinco minutos el hombre le dio la señal para que subiera al escenario.  Comenzó con Let’s dance y el público enloqueció, amaba que a la gente le gustara lo que él hacía.  Dio un recorrido por todos los éxitos de Bowie. Al cabo de treinta minutos, Richard le hacía señas para avisarle que le hablaban por teléfono urgentemente.  Bajó del escenario y se dirigió al teléfono, temía que fuera lo que pensaba.

Así fue, la llamada era del hospital del centro, Gordon se había complicado.

Le contó entre lágrimas a Richard lo sucedido y se disculpó al tener que retirarse dejando el show sin terminar. Salió a toda prisa del lugar sin saber que lo seguían, se puso en la orilla de la calle haciendo señales para que algún taxi se detuviera, pero no tuvo éxito.

– ¡Dios! – sollozó frustrado

– ¡Oye, bonito! ¿Qué ocurre? – preguntaron a su espalda

Bill volteó a mirar – ¿Otra vez tú, Tom? – preguntó molesto

– ¿Qué sucede, por qué lloras? – preguntó Tom solo por curiosidad, en realidad no le importaba – ¿Ya te dijeron que cantas feo? – Bill lo ignoró – ¡Oye te estoy hablando!

– Papá… – sollozó el pelinegro – Papá se ha complicado – dijo

– ¡Oh! – murmuró Tom sin darle importancia – Ya veo

– ¡Taxi! – gritó Bill haciendo otra seña, pero tampoco se detuvo el auto – ¡MIERDA! – gritó frustrado

– ¿Está en el hospital? – preguntó Tom, Bill solo asintió – Puedo llevarte, pero deberás pagarme después

– ¿En serio? – preguntó Bill con la esperanza reflejada en sus ojos

– Mmm see – respondió el guitarrista pensativo – Digo, creo que asustas a los choferes con tu aspecto y por eso no se detienen

Bill decidió ignorar el último comentario – Yo te lo pagaré – susurró – ¡Gracias!

– Ven, mi auto está por allá – dijo Tom comenzando a caminar

Caminaron hasta el auto de Tom y una vez dentro, Bill le dijo en cuál hospital esta su padre y el otro comenzó a conducir de una manera un poco brusca, pero la ocasión lo ameritaba. Tom sentía que en cualquier momento a Bill le daría un ataque al corazón y no quería tener que lidiar con un muerto en su auto. Sería muy mala publicidad para la banda.

– ¿Qué tiene tu padre? – preguntó para romper el silencio, recibió una mirada llena de confusión y dolor

– Tiene cáncer terminal – respondió Bill luego de unos segundos – Hace unos meses le detectaron un tumor cerebral

– ¡Vaya! – exclamó Tom – Debe ser muy duro

– ¿Duro? – repitió Bill – No es duro Tom, es insoportable – comenzó a decir llorando – Si supieras los dolores que él debe soportar, lo desgarrador que es escucharle decir que ya quiere morir por eso, lo doloroso que es saber que… saber que en cualquier momento él… morirá – se atragantó con su propio llanto – Ya no puedo más, Tom – susurró tapándose el rostro con ambas manos

Tom no dijo nada, no se le daba bien consolar a las personas, solo siguió conduciendo escuchando los sollozos del pelinegro deseando que esa incómoda situación lo antes posible.

Cuando llegaron al hospital, Bill salió a toda velocidad del auto mientras Tom lo seguía con paso lento, odiaba tener que entrar a un hospital, la última vez que entró a uno fue cuando su madre murió y desde ese momento quedó traumado.

Bill llegó a la habitación en la que estaba su padre, pero se detuvo a hablar con el doctor frente la puerta, Tom se sentó en una silla un poco alejado para darle privacidad y luego lo vio entrar por la puerta.  Se quedó jugueteando con su celular, también recibía mensajes de su mánager explicándole el itinerario de las próximas semanas.  Esperó por 15, 30, 60 minuto y el pelinegro no salía y no lo hizo hasta al cabo de 2 horas.  Tom ya no sentía su trasero de estar sentado ni sus dedos por estar jugando Candy Crush.

Levantó la vista al escuchar cómo se abría la puerta y salía Bill – ¿Sigues aquí? – preguntó sorbiendo por la nariz

– Ehm, sí – contestó como si fuera obvio

– No tenías que esperarme – dijo Bill caminando hacia él

– Bueno, son las 1:30am, no es buena hora para andar caminando por ahí – respondió Tom

– Te pagaré, lo prometo – susurró Bill

Caminaron para tomar el ascensor que los llevaría a recepción, una vez allí Bill firmó algunos papeles y pidió la cuenta para hacer un pequeño pago, se echó a llorar nuevamente al ver que el monto ya sobrepasaba los 7.000 euros, su trabajo no daría abasto para cubrir los gastos.  Tom ojeó la cuenta sin querer y alzó las cejas, para él no era mucho pero seguramente para Bill significaba tener que conseguir un trabajo de doble turno.

Cuando salieron del hospital subieron al auto, Bill comenzó a llorar aún más alterando los nervios de Tom, él era un tipo rudo e insensible, pero ver al muchacho así le daba mucha lástima.

– No tengo idea de qué hacer, Tom – susurró Bill entre lágrimas – Estoy tan cansado, siento que voy a morir

Tom solo suspiró ¿Qué podía hacer él? ¿Qué decía decir? – Bill tienes que calmarte y prepararte para dejar ir a tu padre, es duro pero la muerte… no eres Dios, no puedes luchar contra ella – dijo

– Tom, papá lo que me queda en el mundo – sollozó – Si él muere no tendré a nadie, me quedaré solo

– Sabes que eso no es cierto, Bill – dijo Tom sin quitar la mirada de la carretera – Aún tienes a un hermano que no tiene planes de morir aún

– Por favor, Tom – bufó Bill – No digas tonterías, yo hablo en serio

– Yo igual – respondió el castaño – Y como hermano mayor te ordeno que te tranquilices, no quiero tener que hacerme cargo de ti

– No te necesito Tom, no te he necesitado en estos 7 años y no te necesitaré ahora ni después, así que no tienes por qué preocuparte – escupió Bill con furia – No soy un niño al que deban cuidar, además no eres mayor que yo, somos gemelos

– Nací 10 minutos antes que tú – dijo Tom – Te guste o no, eso me hace mayor

Ninguno dijo nada más, durante el resto del camino solo se escuchaba la respiración de ambos y algunos suspiros. Al cabo de 10 minutos Tom detenía el auto frente la casa de su hermano.

– Llegamos – suspiró Tom

Bill respiró hondo y luego dijo – Gracias por ayudarme esta noche Tom, en serio te pagaré apenas pueda

Tom solo asintió, Bill forzó una media sonrisa y luego de susurrar un “buenas noches” bajó del auto.  Caminaba hasta la puerta de su casa mientras buscaba las llaves en su bolso hasta que Tom habló de nuevo.

– Necesito ir al baño – dijo con un poco de vergüenza – ¿Podría usar el tuyo? – preguntó

– Claro – susurró Bill confundido

Tom bajó del auto y siguió a su hermano hasta llegar a la puerta, allí la abrió dejándole pasar primero. Tom sintió una extraña sensación al entrar, el salón seguía siendo el mismo de hace 7 años, los mismos sofás, las mismas lámparas, la misma mesa de té y la misma alfombra, también estaba el viejo piano negro en la esquina al lado de la ventana.

– El baño está arriba hacia la… –

– Lo sé, Bill – interrumpió el mayor – No olvides que esta fue mi casa por 15 años

El guitarrista caminó y subió las escaleras, Bill por otro lado, se fue a la cocina para poner agua a hervir para preparar un té, también cogió unas galletas aprovechando hacer una nota mental de ir a comprar más ya que pronto se acabarían.  Escuchó un ruido extraño en el piso de arriba y decidió ir a ver si Tom se había escabullido por allí metiéndose donde no lo habían llamado. No quería que su hermano mayor se metiera en su habitación.

– Creí que sabías dónde estaba el baño – dijo viendo a Tom dentro de la que fue su habitación

– Quería echar un vistazo en mi habitación – dijo Tom caminando con familiaridad dentro de ella – Sigue igual que como la dejé

– Yo… nadie volvió a entrar aquí desde que te fuiste – dijo Bill entrando y sentándose en la cama

– ¿En serio? – exclamó Tom – ¿No venías a llorar aquí por mí en las noches mientras te abrazabas a mi almohada? – preguntó riendo

– No Tom – bufó el menor rodando los ojos – Aunque no lo creas el mundo no gira alrededor tuyo

Tom rio un momento, pero luego se puso serio e hizo una cara como si algo le molestara – ¿Sabes Bill? Aún no hemos hablado de mi pago – dijo – ¿Crees que podamos hablarlo abajo? Si estoy aquí un minuto más me dará alergia por el polvo

– Claro – dijo Bill nervioso – Tengo galletas y puedo prepararte un té si quieres – ofreció

– ¡Gracias! – dijo Tom – Pero prefiero un café, si mal no recuerdo lo hacías bien

– Bill sonrió y se dispusieron a bajar en silencio, Tom se sentó en un sofá mientras su hermano fue a la cocina a preparar el café, una vez que lo tuvo listo se unió al mayor ofreciéndole las galletas y el café

– Mmmm, delicioso – sonrió Tom tomando un sorbo de su café – Igual que el de mamá

Bill sonrió tomando el también un poco de té, miró como su hermano tomaba con buena gana la bebida y sintió un poco de nostalgia ¿Hace cuánto no estaban los dos en ese salón? ¿Hace cuánto no pasaban un buen momento como ese? Si tan solo Tom no lo hubiera arruinado hace 7 años atrás.

– Bien – dijo Tom lamiendo sus labios – Sé que no tienes dinero Bill, así que sé que no puedes pagarme con eso y además, “sin querer” vi la cuenta del hospital –Bill bajó la mirada con vergüenza – así que te voy a proponer algo, creo que podemos llegar a un acuerdo donde ambos nos veamos beneficiados y así tu no tendrás que sacar más dinero

Bill miró con sorpresa y miedo a Tom ¿Qué pensaba hacer su hermano? ¿A qué se refería con beneficiarse ambos? Hace 7 años hubiera aceptado sin dudar algún plan de su hermano, pero Tom había cambiado tanto que ya Bill no sabía de qué era capaz.

Continúa…

Gracias por leer, te invitamos a continuar con la lectura.

Escritora del fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.