32 As The Lights Go Down

N/A: Hola, Hola! Feliz inicio de semana! Aquí vengo con un nuevo capítulo de esta historia. Ya falta menos para el debut de Bill :O  Disfruten!

«As the lights go down» Temporada I

Capítulo 32

– ¡Bien, Bill! ¡Sal de ahí! – mandó Pat con una enorme sonrisa 

El pelinegro se quitó los auriculares y salió de la cabina de grabación también con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

– Después de arduas horas de trabajo, podemos decir que hemos terminado – suspiró David

– ¿En serio? – preguntó el moreno emocionado – sentándose al lado de los otros

– Sí, Bill, has hecho un excelente trabajo – le felicitó Pat – ¡Eres increíble! Mira que grabar un álbum en tres semanas, no cualquiera lo lograría

– Ahora solo nos queda trabajar a Pat y a mí, tú puedes tomarte el resto del día libre o no sé si Liz te ha dejado algo planeado – dijo David

– Hoy no tengo nada más que hacer – sonrió el moreno muy animado – Mañana comenzaré con los ensayos de la presentación del domingo

– El gran debut –dijo Pat

– Eso será muy interesante – agregó David – ¿Nervioso?

– Intento no pensar en eso – suspiró el menor – Me muero de nervios

– Todo irá de maravilla, Bill – le animó Pat – He hablado con la producción y tienen planeada una presentación que estará en los encabezados el día siguiente

– He escuchado que tenemos el acto de clausura – comentó Bill

– Sí, estaba entre Too Late Marlene y ustedes, finalmente la organización decidió dárselo a Tokio Hotel, definitivamente saben cómo causar controversia, EMI MUSIC debe estar deseándonos la muerte – rio Pat – Pero bueno… – dijo levantándose de la silla – Iré a comprar algo para almorzar, muero de hambre

Luego de despedirse del pelinegro, salió del estudio. Bill se levantó de su silla y caminó hasta su bolso donde comenzó a guardar algunas cosas rápidamente para no tener que quedarse con David por mucho tiempo.

– Iré a comer algo fuera ¿quieres ir? – preguntó David detrás de él

– ¡No, gracias! – contestó el menor sin siquiera mirarlo – Quiero volver a casa

– ¡Vamos, Bill, déjame invitarte! – le pidió tomándole la mano para que dejara su bolso – Como premio por el buen trabajo que has hecho

El moreno se volteó y se soltó del agarre con un poco de brusquedad mirándolo seriamente.

– Sé que Tom ha dicho cosas de mí – soltó el productor – Pero créeme que lo que siento por ti es diferente

– ¡Sí, claro! – rio el moreno rodando los ojos – Mira, David… Yo no seré parte de tus juegos ¿entiendes? No me interesas y además estoy saliendo con alguien más

– Si me dejas, podría demostrarte que soy mucho mejor – dijo el productor lascivamente

– David – resopló el moreno molesto – ¿No se supone que estás con Brandon?

– Brandon… – repitió David – Él es solo un niño con el cual divertirme, todos saben que a quién él quería era tu hermano

– ¿Y aun sabiendo eso te lo follaste? – preguntó el pelinegro – ¡Increíble!

– Bueno, tenía que aprovechar la situación – rio el mayor

– Suenas como todo un pederasta – murmuró el moreno negando con la cabeza mientras cerraba el bolso con fuerza

– ¡Vamos, Bill! No te vas a arrepentir – sonrió acariciándole el cabello

– ¡No te atrevas a tocarme! – gritó el pelinegro alejándole con un manotazo – ¿Por quién me tomas, una puta? ¡Jódete, David! – dijo caminando hacia la puerta

Cuando tomó el pomo para abrir la puerta, sintió como le giraban con rudeza y lo ponían contra la pared, pronto sintió como sus labios eran presionados bruscamente por otros y una insistente lengua intentaba colarse dentro de su boca.  Su mente quedó en blanco por un momento ante tal situación, pero al reaccionar, percibió como una ola de ira recorría su cuerpo de pies a cabeza y de un solo empujón se quitó al productor de encima.

– ¿Qué mierda te sucede? – gritó el pelinegro furioso

– ¿Acaso no te ha gustado? – rio el mayor

– Eres un… – el moreno levantó la mano dispuesto a golpearlo en la cara, pero se detuvo a solo centímetros, Pat volvería dentro de un rato y si veía al productor con un moretón en el rostro tendrían que dar muchas explicaciones – David… – resopló Bill – No intentes hacer algo como esto otra vez, porque si no, tendré que acusarte de acoso y sabes que tienes las de perder porque todos saben cómo eres, además, sería tu palabra contra la mía ¿y a quién crees que le creerán? – preguntó con suficiencia, David no respondió – Frank se enojaría mucho si se da cuenta que has fastidiado a su hijo pródigo

El pelinegro se despidió con una falsa sonrisa, dejando al furioso productor atrás. Salió del estudio y caminó rápidamente por el pasillo, quería salir de ese lugar lo más pronto posible. Las náuseas no se hicieron de esperar y le atacaron fuertemente, sentía demasiado asco en ese momento.  Salió del edificio y tomó un taxi que pasaba por el frente, al cabo de veinte minutos se despedía del conductor y entraba a casa donde lo recibía un alegre Pumba.

– ¡Hola, pequeñito! – sonrió Bill acariciándole detrás de las orejas – ¿Tienes hambre?

El perrito movió su rabito de un lado a otro sin parar y siguió a su dueño hasta la cocina donde le llenó su platito con delicioso alimento que devoró en solo minutos.  Bill buscó en la alacena algo para comer, pero no tenía ánimos de cocinar, así que decidió que llamaría a Mc Donald’s, hacía mucho que no comía allí y tan solo pensar en las saladas patatas fritas, su estómago rugió y su boca se hizo agua. 

&

Después de una larga entrevista sobre cómo se preparaba la banda para el lanzamiento del nuevo álbum, los chicos volvían al hotel donde se quedarían esa noche.  Tenían solo treinta minutos para cambiarse ya que debían asistir a una cena a la que fueron invitados en un fino restaurante de la ciudad.

La comida estaba deliciosa, pero aun así, Tom moría por probar algo preparado por su gemelo. Llevaba siete días comiendo en hoteles o restaurantes y ya comenzaba a extrañar la comida que preparaba Bill especialmente para él, bueno, extrañaba todo de él, despertar todas las mañanas a su lado, aunque en ocasiones el pelinegro se despertaba de mal humor, extrañaba su olor, su risa, sus bromas, sus berrinches… todo.  Extrañaba a su amado moreno, aunque habían hablado por teléfono y se habían visto por videollamadas, pero no era lo mismo, no podía lanzársele encima efusivamente para besarlo, tocarlo o simplemente para estrecharlo entre sus brazos, no podía susurrarle al oído cuanto lo amaba.

Dio un largo suspiro mientras jugueteaba con un pedazo de carne de su plato, pensando en qué podría estar haciendo el pelinegro en ese momento hasta que Georg le dio una patada por debajo de la mesa haciendo que diera un bote que llamó la atención de todos.

– ¿Te pasa algo, Tomi? – preguntó Liz preocupada – Te ves decaído

– No pasa nada – murmuró el guitarrista cohibido – Solo… estaba distraído

Tom agachó la mirada ya que todos le veían fijamente. Dio un último bocado una vez que los demás siguieron con lo suyo, sacó su móvil para enviarle un mensaje a su hermano, pero vio que tenía cuatro llamadas perdidas y seis mensajes de texto, todos de Bill.

“¿Tomi?”

“¿Tomi? ¡Te extraño!”

“¿Estás ocupado, mi amor?”

“¡Llámame apenas puedas!”

“No llevo nada puesto ¿quieres ver?”

Tom sintió como sus mejillas se encendían y sus manos comenzaban a sudar. El menor le había enviado una imagen donde estaba frente al espejo, completamente desnudo, con una mano sostenía el móvil y con la otra, una sábana contra su pecho, la cual le tapaba parte del torso y su entrepierna.  El mayor tragó grueso y se relamió los labios, iba a contestarle al moreno, pero pronto en la pantalla apareció “Llamada entrante de Bill 💖”, sin pensarlo dos veces contestó.

– ¿Hola? – dijo en voz baja para que los demás no escucharan

– “¿Tomi?” – escuchó que gimoteó el menor – “Te tardaste mucho”

– Es que… –

– “Tuve que empezar sin ti” – lloriqueó       

– ¿Qué? ¿Qué estás haciendo? – preguntó el mayor sintiendo un hormigueo bajar por su columna hasta su entrepierna

– “¿La imagen no te dio una idea?” – jadeó el moreno

– ¡Mierda, Bill! – susurró el guitarrista – ¿Ahora? Estoy en una cena y… –

– “Entonces… oh… esta noche seré solo yo” – dijo el moreno entrecortadamente – «Bueno… de todos modos… ya estaba usando mi imaginación»

– ¿Ah sí? ¿Qué imaginabas? – preguntó Tom curioso

– “No te lo diré” – canturreó el otro – “Estás en una interesante cena”

Maldito Bill que había aprendido como hacer que cayera en sus sucios trucos mentales y maldito él por dejarlo salirse con la suya siempre.

El guitarrista se disculpó para ir al baño y se levantó de la mesa, yendo rápidamente hacia el baño sin dejar de escuchar las provocativas palabras, gemidos y demás del pelinegro al otro lado de la línea.

– ¡Eres un maldito y sucio provocador! ¿Sabías? – gruñó Tom metiéndose a un cubículo

– “Y eso te gusta” – jadeó el menor

– Sabes que me vuelve loco – sonrió el mayor

– “Lo sé, lo sé” – susurró el moreno – “¿Ya estás solo?”

– Sí, ¿ahora sí me vas a decir qué estás haciendo, exactamente? – preguntó Tom enfatizando la última palabra

– “¿Quieres saberlo todo?” – sonrió el pelinegro travieso

– Absolutamente – susurró

– “Solo estoy jugando, Tomi” – dijo el moreno con voz inocente – “Ya sabes, con tres dedos dentro de mí… no es lo mismo sin ti, Tomi… no se siente igual” – dijo con tristeza – “¡Te extraño tanto!”

– ¿Tanta falta te hago? – preguntó acomodando su móvil entre su oreja y hombro para comenzar a bajarse la bragueta de su pantalón

– “Mucho, mi amor” – admitió – “Tanto así, que tuve que imaginar que estabas aquí”

– ¿Ah sí, te gustaría contarme? – preguntó con curiosidad

– “¡Por supuesto!” – sonrió el moreno – “¿Recuerdas cuando soñaste que yo estaba vestido de conejito, con medias altas, orejitas y todo?”

– Claro, se ha convertido en mi fantasía desde ese momento – sonrió el mayor acordándose de ese peculiar sueño

– “Lo sé, por eso me puse a imaginar todo lo que me harás cuando vuelvas y me veas así” – dijo el menor

– ¿Qué? – preguntó Tom confundido – ¿Acaso… no me digas que…?

– “Sí, Tom” – rio traviesamente Bill – “Te va a encantar”

– ¡Oh Dios mío! – murmuró el mayor – ¿Hasta las pantaletas con rabito de conejo?

– “Creo que eso era lo más importante ¿no?” – rio el pelinegro

Tom ahogó un grito y se mordió el labio inferior con solo imaginar cómo se vería su amado disfrazado de conejo. Lo había soñado y se lo había contado a su gemelo, pero él se había burlado tanto que jamás pensó que fuera a hacer realidad su nueva fantasía; sin embargo, Bill lo había hecho de nuevo.

– “¿Tomi, estás ahí?” – preguntó Bill

– ¿Puedo verte? – preguntó el guitarrista tocándose sobre la ropa interior

El menor soltó una risilla traviesa y contestó – “No, hasta que vuelvas, amor mío”

– Pero… –

– “Solo imagina, Tomi… tú esperándome en la cama, desnudo, listo para ir a “dormir” cuando de pronto en tu habitación aparece un inocente y puro conejito, perdido, con frío y… hambriento” – decía con tono inocente – “¿Qué harías, Tomi?”

– Mmm, definitivamente lo tomaría en brazos y lo llevaría hasta la cama, para hacerlo entrar en calor – contestó el mayor comenzando a masturbarse

– “¿Cómo harías que entrara en calor?” – preguntó Bill muy curioso

– Lo acurrucaría entre mis brazos mientras le acaricio la espaldita, ya sabes para que entre en confianza, luego comenzaría a repartir dulces besos por su frente, pasando a sus mejillas, la punta de su nariz y por último sus suaves labios – decía el mayor imaginando la situación

– “¿Y si es un conejito huraño?” – preguntó el menor

– No lo será, tengo la sospecha de que se rendirá ante mis caricias rápidamente, más cuando baje mis manos hasta su redondita y suave colita y juguetee con ella un rato – insinuó Tom

Pudo escuchar un débil gemido del moreno y también el sonido de las sábanas removiéndose.  Sonrió al imaginarse cómo se vería Bill en ese momento, su rostro sudoroso y sus mejillas sonrojadas, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos mientras se retorcía de placer sobre la cama y gemía su nombre suavemente.

– “¿Tomi?” – le llamó Bill sacándolo de sus lujuriosos pensamientos – “¿Qué más… qué más harías?”

– Pues… –

– ¡TOM! – gritaron, el guitarrista pegó un bote sobre el inodoro del susto – ¡Tom, maldita sea!

– ¿¡Qué!? – contestó de mala gana, sabiendo quién era

– ¿Te has quedado pegado en el inodoro? – preguntó un furioso Georg – ¡Vámonos, tenemos que regresar al hotel!

– ¡Ya voy! – gruñó Tom

– ¡Apresúrate! O no iremos sin ti – dijo el bajista

– ¡Jódete, Listing! – gritó

– “¿Qué sucede?” – preguntó un agitado Bill

– Era Georg, debo irme – dijo el mayor con molestia

– “¿Ahora?” – lloriqueó el pelinegro

– Sí, gatito – susurró – Ahora

– “¡Maldita sea!” – murmuró el moreno – “Bueno, hablamos al rato”

– Pero… –

Tom miró el móvil con indignación, su hermano no le había dado tiempo de replicar y le había cortado, se había atrevido a terminar la llamada sin siquiera despedirse.  Lo más probable era que estuviera enojado por dejarlo a medias, pero no era su culpa. Ahora tendría que lidiar con un Bill berrinchudo por haberlo dejado con ganas y eso no era bueno, el moreno podía a llegar ponerse insoportable si no le daba la atención sexual que le demandaba.

Suspiró profundamente intentando calmar sus pensamientos y su cuerpo, aunque la erección que le había provocado su hermano ya casi había desaparecido por completo por culpa de la interrupción de Georg. Salió del cubículo y caminó hasta los lavabos, abrió el grifo y se mojó la cara para refrescarse, luego salió del baño y caminó molesto por el restaurante hasta la entrada del lugar, donde ya le esperaban los demás en la camioneta.

Durante el camino, los G’s hablaban animadamente mientras el guitarrista iba de brazos cruzados con cara de que pronto mataría a alguien.  Estaba a punto de mandarlos a callar cuando sintió su móvil vibrar dentro su bolsillo. Lo sacó y sonrió ampliamente al ver que tenía tres mensajes nuevos de Bill, dos de ellos eran imágenes.

Abrió el primero y en la imagen podía verse la mano del pelinegro manchada de su propio semen, en el pie de esta decía “Ooopsi!”, en la segunda imagen el moreno tenía sus dedos dentro de su boca lamiendo su semilla, con la cara más erótica que Tom había visto jamás, el menor sabía que le encantaba que hiciera eso.  El tercer mensaje decía “Mira lo que me has hecho hacer, Tomi”.

– Tom, pareces un idiota sonriéndole a tu móvil – comentó Gustav al ver la cara tonta que tenía su amigo en ese momento

– ¡Jódanse, ustedes dos! – gruñó el guitarrista

Miró de nuevo su móvil y con dedos ágiles le respondió a su gemelo.

“No sé qué voy a hacer contigo, me vas a volver loco”

Envió el mensaje y reflexionó sobre él, decidió que debía cambiar la oración por una más adecuada y la escribió con una enorme sonrisa.

“Más bien, no sé qué haría sin ti, te amo”

Al cabo de unos segundos vio que el pelinegro escribía su respuesta.

“Yo también te amo, Tomi, por favor vuelve pronto”

Continúa…

Ay el amor!

Además de Tom, a cuantas les gustaría ve a Bill de conejito? Jajaja. Ese Bill es todo un bandido.

El próximo capítulo ya estos dos estarán juntos de nuevo y será el gran debut de Bill.  Cómo creen que le vaya?

Además, cómo creen que reaccione Tom cuando sepa que David besó a Bill? Y qué pasará cuando Tokio Hotel y Too Late Marlene se encuentren.

No se pierdan el próximo capítulo.

Gracias por leer y comentar!

Besos!