39 As The Lights Go Down

N/A: Hola! Primero que todo lamento la tardanza en actualizar, pero es que he tenido que hacer demasiadas cosas en muy poco tiempo, pero aquí está la continuación. Disfruten!

«As the lights go down» Temporada I

Capítulo 39

– ¡Pumba, deja eso! – gritó Bill al ver a su perrito correr con la estrella del árbol de navidad en su hocico – ¡Pumba, basta!

El perrito le ignoró completamente y salió corriendo del salón haciendo que Bill se diera por vencido. El pelinegro resopló y se dejó caer con pesadez sobre el sofá. Estaba exhausto.

Había pasado tres días desde que volvió a su casa y no había parado de limpiarla y ponerla en orden. El primer día había sacudido y quitado polvo de todo el lugar, también barrió y fregó ambos pisos. El segundo día, se dedicó a lavar las cortinas y sábanas y reacomodó los muebles del salón y por último, en el tercer día había buscado todos los adornos navideños que estaban en el desván y decoró la casa con alegría y al ritmo de villancicos de Frank Sinatra.

Fuera de la casa, había puesto una serie de luces cascada en el canalete del techo. Había estado a punto de caer un par de vece, pero nada iba a detenerlo de colgar las malditas luces.  Al lado de la puerta, colocó un muñeco de nieve inflable y en la puerta, colgó una pequeña corona.  Después de congelarse por dos horas, entró a la casa y colocó por todos lados los adornos que había encontrado y por último dejó el gran árbol artificial. Le costó mucho trabajo ya que las ramitas le raspaban las manos, pero luego de una hora y unas cuantas maldiciones, lo tenía listo.

– ¡Vaya! – suspiró el moreno estirándose lo más que podía sobre el sofá, su cuerpo dolía

Dio un último vistazo en el salón y luego de sonreír en aprobación, decidió que lo mejor sería darse un baño caliente para quitarse la suciedad y relajarse.

Después del baño, tomó un poco de chocolate caliente y decidió subir a su habitación para leer algún libro que estuviera allí, pero al subir al segundo piso, se detuvo frente a la puerta de la que fue la habitación de Tom. Se preguntaba cómo estaría, no había sabido nada de él durante tres días. Entró a la habitación y no pudo evitar sentir un nudo en su estómago, al recordar los viejos tiempos, cómo él y Tom pasaban las noches enteras hablando, planeando nuevas travesuras o solo acostados disfrutando de la compañía del otro.

¿Cómo no se dio cuenta de los sentimientos de Tom? Era obvio que la manera en la que lo trataba no era normal para un de hermanos.

Dio un largo suspiro y se sentó en la pequeña cama de su gemelo. Lo extrañaba, vaya que sí lo extrañaba ¿cuándo habían llegado a eso? Todo había pasado tan rápido que hasta ahora caía en cuenta de que estaba en una relación con su propio hermano, estaba tan mal, pero se sentía tan bien.

Además, ya era muy tarde para arrepentirse y tampoco era como si quisiera hacerlo, solo tenía miedo, miedo de perder a Tom, miedo de que alguien se enterara… miedo a no poder amarse con libertad.

Sintió como un nudo comenzaba a formarse en su garganta y decidió sacudir sus pensamientos fuera de su mente. Se acomodó mejor en la cama, acostándose y abrazando la antigua almohada del mayor. Comenzaba a pensar, que haber huido de esa manera no había sido muy buena idea, la soledad comenzaba a hacer de las suyas en su mente.

Apenas moviéndose, sacó el móvil del bolsillo de su abrigo y lo encendió, lo había tenido apagado durante todo ese tiempo porque no quería que Tom estuviera hostigando, pero ahora deseaba escucharlo. El móvil se inició y comenzó a vibrar como loco por todos los mensajes que Tom le había enviado. 27 mensajes sin leer y 5 llamadas perdidas. Bill se sintió mal por eso, había sido un poco grosero de su parte, ni siquiera avisarle que había llegado bien. Abrió la conversación de Tom y comenzó a leer, estrujándosele al corazón.

“¿Llegaste bien, amor?”

“¿Tuviste buen viaje?”

“¡Dulces sueños, te amo!”

“¡Qué tengas buen día!”

“Te extraño, la casa se siente tan vacía sin ti”

“¿Bill, por qué no me hablas’”

“Bien, sé que no quieres hablarme, yo solo quiero saber que estás bien, cuídate y vuelve pronto” 

“¡Te amo!”

Ese “te amo” había sido el último mensaje que había enviado, fue la noche anterior. Bill se sentía peor, Tom solo estaba preocupado y ni siquiera se había dignado a escribirle un “estoy bien” si su gemelo se enojaba estaría en todo su derecho. Miró su móvil por unos segundos y luego sin dudar marcó la opción de llamar. Su corazón comenzó a latir rápidamente y sus manos a temblar, se sentía como una adolescente enamorada, pero luego de que el tono sonara cuatro veces y le enviara a buzón de voz, se dio cuenta que Tom no le contestaría, lo intentó tres veces más y el resultado fue el mismo.

– Tomi – suspiró dejando caer el móvil sobre la cama

Había dos posibles razones por las que Tom no contestaba, la primera, podía estar ignorando a Bill a propósito, segunda, tal vez estaba fuera de casa, esperaba que no fuera la segunda o se molestaría mucho. De mala gana se acurrucó en la cama y se quedó dormido mientras pensaba en que haría el día siguiente, esperaba tener noticias de Tom.

&

Galletas navideñas

Sí, eso había decidido hacer.  Amaba hornear galletas y estar en casa, le hacía recordar las navidades en las que había horneado galletas junto con su madre… y Tom.

Suspiró al recordar a su hermano por novena vez en la mañana. Había salido temprano para ir a comprar lo que necesitaría para hacer las galletas, ahora intentaba regresar a su hogar en una sola pieza, ya que cada tres pasos resbalaba por la nieve. Cuando al fin lo logró y estaba a punto de subir las escaleras del porche, una voz le detuvo.

– ¿Bill? – escuchó

El pelinegro se paralizó, al principio pensó que era un fan que le había reconocido, pero no, esa voz la conocía muy bien y no era un fan. Dio un respiro y giró lentamente sorprendiéndose al ver al dueño de esa voz.

– No puede ser, el famoso Bill Kaulitz en mi barrio – rio el chico

– Gareth – murmuró Bill un poco incómodo

Vio como el rubio se aproximaba a él y retrocedió. Tenía miedo de que el chico fuera a golpearlo ya que su último encuentro no fue muy rat que digamos.

– Bill, qué placer verte – dijo Gareth una vez frente a él

El cantante le miró extraño y retrocedió un poco más hasta que vio la sonrisa que el chico le dirigía, esa jodida sonrisa de comercial que una vez le había conquistado el corazón.

– ¿Estás bien, Bill? – preguntó extrañado Gareth

– Sí, sí, es solo que… – comenzó a decir torpemente – ¿Cómo estás?

– Genial, muriendo de frío, pero bien – contestó amablemente – ¿Y tú? ¿Últimos preparativos navideños? – preguntó señalando la bolsa que el menor cargaba en brazos

– Sí, bueno algo así… – murmuró el moreno odiándose a sí mismo por ponerse incómodo frente al hombre, pero no podía evitarlo, se sentía avergonzado

– ¿Y bueno… qué te trae por acá? – preguntó el rubio intentando que la conversación no muriera –  ¿Ya te cansaste de la fama?

– No, bueno… no sé – contestó colocando un mechón de cabello detrás de su oreja, mostrándole al rubio lo nervioso que estaba – Necesitaba alejarme del caos por un momento, no tienes idea de todo lo que ha pasado – dijo sinceramente

– Sí, supongo que tu vida ha cambiado tremendamente – sonrió Gareth – Ya no es como antes

– Para nada – susurró inaudiblemente

El pelinegro se odió más al sentir como sus ojos se llenaban de lágrimas y como era de esperarse de su exprometido, las notó inmediatamente.

– Hasta luego – dijo Bill volteándose para no tener que lidiar con las preguntas del mayor

– Hey – dijo el otro deteniéndole por el brazo – ¿Qué sucede?

– Nada, estoy bien – contestó el moreno negándose a mirarlo a los ojos

– Bill, nunca aprendiste a mentirme – dijo haciendo que lo mirara

El cantante rompió a llorar y como era costumbre, Gareth le abrazó tan fuerte como pudo, brindándole su consuelo a lo que fuera que estuviera afectando al moreno en ese momento, Bill solo se dejó, realmente lo necesitaba.

– Ven – dijo el mayor dulcemente guiándolo a las escaleras del porche para sentarse en la última – Tranquilo pequeño, no pasa nada – le decía mientras le acariciaba el cabello

Bill sorbió por la nariz y se limpió las lágrimas con la manga de su abrigo sintiéndose patético por alterarse así delante de un exnovio.

– Lo siento – se disculpó

– No pasa nada – sonrió dulcemente Gareth limpiando un pequeño rastro de lágrima de la mejilla del menor

El menor alejó su rostro por reflejo, no creía que fuera correcto que le tocara de esa manera, no quería que Gareth se diera una idea equivocada, pero al ver la sincera sonrisa que e brindaba el chico, se dio cuenta que lo hacía solo para hacerlo sentir bien, sin ninguna mala intención.

– Lamento… lamento que lo nuestro haya terminado tan mal – susurró el pelinegro desviando su mirada

– Bueno, supongo que debía pasar – dijo el rubio metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo – Habría terminado cuando te convirtieras en cantante, de todos modos

– ¿Qué? – dijo el moreno sin creer lo que escuchaba

– Ya sabes, no habríamos seguido juntos por eso, habrías estado fuera de mi liga, tu cantante famoso y yo un profesor

– ¿Por qué dices eso? – preguntó el pelinegro ofendido – Yo te amaba, Gareth… no habría sido así

– Bill, seamos sinceros – rio el rubio

Bill apretó sus labios hasta formar una delgada línea y desvió la mirada molesto, en realidad no podía saber si en verdad lo de ellos terminaría así, pero jamás lo admitiría. Se quedó mirando a un arbusto cubierto de nieve como si fuera lo más interesante del universo, mientras en su mente recorría la idea de decirle o no a Gareth lo que había sucedido meses atrás, aunque en una parte tenía derecho de saberlo.

– Gareth, yo… – comenzó a decir mirándolo de nuevo – Creo que… debo decirte algo

El hombre le miró con el ceño fruncido y luego asintió como señal para que Bill continuara, el pelinegro dio un largo suspiro y después de acomodarse el cabello hacia atrás habló.

– Yo… yo perdí un bebé… otra vez – susurró

Bill casi pudo ver como el color abandonaba la piel del mayor y su mirada se llenaba de sorpresa y confusión, pidiéndole que le dijera que era mentira, que era una broma de mal gusto, pero el menor negó con la cabeza.

– ¿Cuándo? ¿Cómo? – preguntó sin voz y con el ceño fruncido

– Antes de la última vez que nos vimos – contestó con un hilo de voz – Me embarazaste cuando nos quedamos en tu casa, después de que papá… – continuó un poco avergonzado – Lo perdí a las pocas semanas, de la misma manera que la otra vez

– ¿Por qué no me dijiste? – preguntó Gareth sintiendo un nudo en la garganta

– No sabía que iba a tener un bebé – murmuró el menor – Y u otro… Dios, estaba tan molesto contigo, con todo… no podía creer que estuviera pasando de nuevo

– Pero debiste decírmelo, Bill, era mi hijo y debía estar ahí para apoyarte – gritó sin querer

– Lo siento – sollozó Bill

Gareth se levantó y se alejó del menor, caminando por el porche como si así se fuera a desvanecer la molestia que se expandía por su cuerpo, pero luego al ver al pelinegro sollozando se dio cuenta que nada ganaría con enojarse, así que decidió sentarse al lado del moreno nuevamente.

– Lo siento, Bill – susurró abrazándole nuevamente

Bill se dejó otra vez y escondió su rostro en el pecho del mayor como solía hacerlo antes, lloró y sacó todo el dolor que tanto había guardado dentro de sí por tantos meses, recibiendo el consuelo que solo Gareth podría darle, porque aunque estuviera con Tom, su hijo era del rubio, solo ellos dos sentirían ese dolor, solo ellos dos sabrían como consolarse el uno al otro.

Se quedaron así un momento más y aunque a Bill le costara creerlo, se sentía mucho mejor y se había quitado un gran peso de encima al contarle a Gareth lo del bebé, era como si eso fuera lo que necesitaba para poder estar en paz en ese aspecto. Luego de varios minutos, cuando ya ambos se calmaron, siguieron conversando de todo y nada, entre risas contaron como iban sus vidas ahora y lo felices que eran con sus nuevas parejas, por supuesto el cantante omitió el detalle de que su nueva pareja era su hermano gemelo.

Cuando se dieron cuenta que habían estado hablando por más de cuarenta y cinco minutos, decidieron dar por terminada su charla y con un agradable abrazo se despidieron prometiendo que planearían una cena con todos sus amigos antes de que terminara el año. Antes de separarse, escucharon como la puerta de un auto era cerrada con fuerza y al voltear, vieron a Tom con una expresión indescifrable en su rostro y un ramo de rosas en su mano.

Continúa…

¡Oh Dios! Solo a Bill le pasan estas cosas ¿creen que Tom vaya a pensar mal? Todas sabemos cómo es este niño.

Gracias por leer y comentar! Nos vemos en el siguiente capítulo!

Escritora del fandom

6 Comments

  1. Bill…¿porqué con él todo es así? Él si va por la vida platicando con ex, con ex amigos de Tom como si fuera lo más normal del mundo. .claro, él no hace nada maaaaaaaaaalo, es inocente. .son los otros los que le buscan por otra forma… en verdad que tengo sentimientos encontrados con él. Tom bebé. ..ni modos Tom, así es esto *suspira*
    Qué gusto que ya regresaste y aunque sea poco a poco no te olvides de la historia.
    Gracias! !! :*♥

  2. Ahhhhh, me he leído todo por segunda vez por que ya no me acordaba… Give me more!!! (K)

  3. Bill tenía que cerrar ese ciclo con su ex, aunque le pese a Tom. Además no considero que platicar con su ex sea algo malo pero si entiendo la inseguridad que sintió el otro. Sin embargo si Tom hubiera estado un poco, nadamás un poquito más al tanto de su hermano se daría cuenta de todos los sentimientos que tiene guardados

  4. Dios mujer que bueno que regresas enserio necesito que me l beibi de los twins haga su aparición 🤣 como „boom bitch“ pero de todas maneras … joder de una u otra forma bill y gareth necesitaban cerrar por completo todo y quedar mal o bien , me alegra que todo con el ex de bill haya quedado en amistad aún después de todo creo que es lo mejor pero ay tom …. porque presiento que de nuevo tendremos problemas? Tom es capaz de pensar que bill lo abandonó porqué lo engañaba von gareth :”v solo espero que tom tenga en mentr que bill lo ama y nunca lo engañaría la ptm :”v

  5. Siento que Bill debía de aclarar en algún momento con su ex, supongo que fue un momento muy íntimo entre ellos, ojalá Tom no lo malinterprete 🙁 esta buenísimo el cap, sigue…

  6. ¡Lo que faltaba! D:
    Yo pensando que John iba a ser el causante principal de los celos de Tom y vaya sorpresa que al final va a ser Garret. La verdad no creí que Bill hablara con Garret de su bebé pero si lo analizo bien fue lo mejor para que Bill cierre ese ciclo… siempre y cuando el asunto termine ahí. Me tocó el corazón que Tom enviara todos esos dulces mensajes y, por el contrario, fue descortés que Bill no respondiera ninguno ¿qué pasa con él? ¿Ya no quiere a Tom? ;(
    Me alegra tanto por fin estar al corriente con el fic y aunque el final está cerca estoy emocionada con la segunda parte.
    Espero estés bien y pronto puedas subir otro capítulo.
    Besos

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