55: Deja de culparte

55: DEJA DE CULPARTE

El timbre de llamada suena, una, dos, tres veces y nadie responde, vuelve hacer el mismo procedimiento y vuelve a obtener el mismo resultado, un tercer intento y la llamada pasa directo al buzón.

Bill lanza el teléfono de regreso al asiento, presta atención al camino, no desea tener una multa solo porque su llamada no ha sido atendida, además esta, pronto a llegar a su destino, le toma exactamente veinte minutos llegar a su destino. Estaciona el coche frente al edificio de apartamentos en el que pasa más tiempo ahora que en su casa, cruza la calla y saluda a la mujer de la entrada que le sonríe y responde a su saludo. Sube los escalones hasta el tercer piso, cruzándose en el pasillo con Pier que le saluda rápidamente y desaparece escaleras abajo sin darle oportunidad de preguntarle sobre Sofia se encuentra en casa.

Se detiene frente a la puerta y saca el teléfono de su bolsillo, marca de nuevo a Sofia, obteniendo la misma respuesta de hace un rato, toca la puerta una y otra vez hasta que escucha el ladrido de Lucas al otro lado de la puerta, la cual se abre rápidamente.

Una adormilada Sofia, vestida únicamente con un short negro de puntos blancos a juego con una camiseta de maga larga y pantuflas rosas, y el cabello desordenado. Le mira con los ojos entrecerrados.

¿Qué rayos te pasa? —Su voz es ronca y con un ligero matiz de molestia en ella— ¿Dónde es la emergencia? — se hace a un lado, para que Bill entre, lo observa caminar ligeramente tambaleante por el pasillo hasta llegar a la habitación— ¿Bill?

Llega a la habitación y se encuentra con una imagen que nunca en los seis meses que lleva con él ha visto, Bill se encuentra inclinado sobre sí mismo, con los codos apoyados sobre sus rodillas y rostro oculto entre sus manos, su cuerpo se estremece ligeramente, se acerca un poco — ¿Estás llorando? — hace la pregunta más estúpida que le cruza por su cerebro adormecido, se golpea la frente al comprender la idiotez que ha salido de su boca, camina hasta a él y se sienta a su lado, observa a Lucas que está parado en la puerta, y después a Bill intentando descifrar que tiene que hacer, lleva su mano a su hombro y frunce el ceño,  preguntándose ¿desde cuándo sus habilidades para consolar alguien, eran tan pobres?, escucha como Bill sorbe y lo único que atina hacer es abrazarlo.

¿Qué sucede? —Obtiene un movimiento en negación de Bill— ¡Vamos, no puedes estar así solo por nada! —Intenta nuevamente esta vez logrando que sus ojos acuosos se fingen en los de ella, el cálido aliento de Bill le rosa las mejillas, pero frunce el ceño al notar un ligero aroma a whisky— ¿Estás ebrio? —le suelta y se pone de pie— ¿Por eso estas así?

Soy un monstruo y me odia—murmura con la voz gangosa debido a las lágrimas.

¿De qué rayos hablas? — Toma su rostro entre sus manos y la obliga a mirarlo—No entiendo de que estas hablando.

¡Estoy hablando de Gordon!

Tu padrastro te adora, porque pensaría eso.

Porque soy un imbécil, que le dejo creer hace mucho que soy un asesino.

El rostro de Sofia palidece al escuchar lo último, pero rápidamente desecha la idea y lo atribuye al estado alcohólico en el que se encuentra, suspira y se pone de pie, dejando a Bill solo en la habitación para dirigirse a la cocina y prepararle un taza de café negro extra cargado, con la finalidad de bajarle la borrachera que se carga, frunce el ceño al recoger las llaves del coche de Bill del suelo, mira sobre su hombro en dirección al pasillo y gruñe al darse cuenta que el idiota que tiene por novio no solo se expuso al conducir en ese estado, si no que expuso a más personas.

Regresa a la habitación con la taza de café encontrándose con Bill acostado y medio dormido.

Bill, necesitas tomarte esto—le frota el hombro consiguiendo que abra los ojos, le ayuda a incorporarse y le entrega la taza de café—Ahora que estás un poco más tranquilo, ¿quieres explicarme eso que dijiste hace un rato?

Que Gordon me odia.

¿Estoy segura que estas sobre reaccionando?

¡Claro que no! —grita, haciendo que Sofia de un bote en su lugar— ¡Se perfectamente de lo que estoy hablando! —lanza la taza de café, que es estrella contra la pared de la habitación, manchándola del líquido oscuro, Lucas sale corriendo de la habitación asustado, Sofia mira la pared y después a Bill con los ojos muy abiertos— ¡Gordon, me culpa de la muerte de mi hermana! Me lo dijo hace un rato—se deja caer de nuevo en la cama y se cubre el rostro.

Sofia parpadea y se sienta de nuevo en la cama, pero esta vez manteniendo una cierta distancia con Bill.

¿Por qué piensas eso?

Porque hoy le pregunte si me culpaba y sabes que me contesto—hace puño las manos, conteniendo la impotencia que lo invade— ¡Que él me perdono! —responde dejando escapar una risa irónica—No me culpa directamente, pero me ha perdonado, ¿Qué rayos significa eso?

Sofia traga el nudo que se hace en su garganta—Nunca me has contado, como murieron tus hermanos, tal vez si me lo cuentas te sentirás mejor.

¿Mejor? No digas estupideces, como hablar de la muerte de ellos, me hará sentir mejor.

¡Bueno y que quieres que te diga, trato de entenderte, pero simplemente no puedo! —se vuelve a poner de pie y se cruza de brazos—No me dices que paso, ¿Por qué no confías en mí? —la voz le sale ligeramente cortada.

Por qué no quiero que pienses que soy un monstro, ya suficiente tengo lidiando con Gordon, para tener que hacerlo contigo. —Se frota las manos sobre los jeans— Asfixie a Kay—al decir eso, su mirada está puesta sobre la de Sofia, puede ver como sus ojos refuljan ante la confesión—Eso dice mi madre, yo solo recuerdo haber estado meciéndolo, mientras le cantaba una canción de cuna y de repente su pecho ya no subió, espere unos minutos antes de decirle a mi abuela, per el nunca despertó.

Sofia cierra los ojos y deja escapar un ligero suspiro de alivio, regresa junto a Bill y toma su rostro entre sus manos nuevamente—Bill, escúchame bien, la muerte de tu hermano, se conoce como muerte de cuna y lamentablemente es algo que le ocurre a uno de cada dos mil niños en el mundo, entre los 2 y 4 meses de vida, pero puede ocurrir en los que solo tiene semanas de nacidos y hasta el día de hoy la ciencia no ha podido explicar el porqué de esto, pero no fue tu culpa—limpia las lágrimas que están en las mejilla de Bill y le ofrece una sonrisa cálida.

Eso no es lo que piensa Simone.

¿Qué hay de Minna?

Bill retira las manos de su rostro mira fijamente la mancha café en la pared, mientras se debate si contarle o no, siente como Sofia entrelaza sus brazos y apoya la cabeza en su hombro.

Faltaban unos días para navidad, Gordon y mamá salieron hacer unas compras de último minuto y nos quedamos en casa con la niñera una mujer mayor, pero Tom y yo estábamos aburridos, ya nos había regañado por estar encendiendo unos cohetes  que Gordon nos dio ese día, le dije a Tom que deberíamos salir al jardín, pero estaba nevando y se rehusó, lo siguiente que paso fue que una chispa de ellos callo sobre una guirnalda que había en la cocina, y rápidamente comenzó a incendiarse el lugar, Tom y yo nos quedamos paralizados—cierra los ojos por un momento— la cocina se estaba quemando y no sabíamos que hacer, la casa estaba llena de botones de pánico que enviaban una señal directa con emergencias, fue lo único que atinamos hacer, ante los gritos de nuestra nana, ya era una mujer mayor, así que nos envió rápidamente a buscar a Minna, corrimos al piso superior por ella, pero cuando quisimos bajar el fuego era demasiado, Tom nos jalo directo al baño y nos encerramos en la regadera, claro que mi hermano abrió la llave y esta comenzó a mojarnos, no sé dónde saco la idea pero no sirvió pronto el baño se llenó de humo y creo que nos desmayamos— se detiene por un segundo y hace puño sus manos—cuando desperté estaba en el hospital, una enfermera nos dijo lo de mi hermana, Tom se puso realmente mal dejo de dormir y comer y estaba asustado, así que un día simplemente decidí que era mi culpa, debí hacer que me escuchara y salir y así ahora Minna estaría con nosotros—siente los labios de Sofia rozar su cuello.

No fue tu culpa, ni de Tom—dice eso ultimo no muy convencida—eran unos niños y fue un accidente, Bill los accidentes pasan.

Lo sé, pero eran muchos en el mismo año, puedo lidiar con el odio de mi madre es algo a lo que estoy acostumbrado desde hace trece años, pero no al de Gordon, es la única persona que me quiere—se lleva las manos al cabello y tira de ellos.

Eso no es verdad—dice desesperada—Tom y tus amigos te quieren, yo te quiero—le acaricia la espalda.

No es igual, Gordon es más padre para mí que el propio. Ah estado conmigo en cada estupidez que he cometido, jamás me ha dejado solo como mis padres.

Lo sé, porque el significa tanto para ti, como Morgana para mí y se lo que se siente decepcionar alguien, pero él te quiere.

Sofia dijo que me perdono, eso significa que me culpa.

Entonces dile la verdad.

No puedo, no puedo decirle que fue Tom quien inicio el incendio, no puedo traicionar a mi hermano de esa forma.

Entonces deja de culparte—dice exasperada—deja de remover el pasado.

No fui yo quien lo hizo, fueron Gordon y Tom.

¿Ellos?

Gordon, descubrió que Simone fue quien me hirió hace unos meses, Tom se molestó porque no lo negué, Sofia estoy harto de mentirle a Gordon, no podía seguir haciéndolo, pero tampoco puedo ir y decirle la verdad, no voy a exponer a mi hermano, siempre hemos estado el uno para el otro, siempre y cada maldita vez, no importa que él cuenta conmigo y yo con él y simplemente no…—Sofia se apodera de sus labios y no lo deja terminar hablar

Solo olvídalo—murmura contra sus labios—deja que pasen unos días, que Gordon, asimile lo que descubrió, ¿Cuándo fue eso?

Esta mañana, creo.

Deja que asimile lo que paso, tal vez en unos días puedan sentarse los cuatro hablar, necesitan ayudan, aunque me hagas esos ojos, Bill necesitan arreglar todo este enredo, tal vez tu madre pueda tener una mejor relación con todo.

Bill estalla en cargadas y toma el rostro de Sofia esta vez y la besa—Vaya que eres ingenua, mi madre y yo vamos a odiarnos, hasta el día que muera y créeme nos vamos a ver en el infierno y continuaremos con eso.

Estas siendo muy duro con ella y contigo, dale una oportunidad—pasa las manos por su cuello y le besa la mandíbula—Tal vez todo se arregle.

No cabe duda que eres lo mejor que conseguido en toda mi vida—dicho eso le abre la blusa del pijama entre risas, Sofia se deja seducir por Bill.

Publico con autorización del autor

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