66: QUIEN TE CUIDA DE ÉL
Sofia bosteza y se remueve incomoda en el molesto sillón de piel de la sala de espera. Se encontraba en la consulta del médico traumatólogo que la había operado, esperaba que con un poco de suerte esa fuera su última visita, ya habían pasado las cuatro semanas desde su accidente y ella se encontraba ansiosa por que le retiraran la odiosa bota, que no hacia otra cosa más que entorpecer su vida diaria y no era la única que contaba con que esa visita fuera la última.
La noche anterior tras haber terminado de hacer el amor con Bill y ambos esperaban que su respiración volviera a la normalidad, él había expresado su deseo por deshacerse de esa porquería, sonrió al recordar como él decía que extrañaba acariciar libremente sus piernas mientras hacían el amor.
—Espero que esa sonrisa no sea ¿Por qué estás pensando cochinadas? —Lemir a su lado le dio una mirada molesta.
—Estaba pensando que ya quiero deshacerme de esta cosa—le respondió y se acomodó de nuevo en el caro e incómodo mueble.
—¿Por qué Bill, no pudo acompañarte? —pregunto lleno de curiosidad, le había extrañado cuando temprano esa mañana recibió una llamada de la rubia a su lado, que hojeaba una revista, para pedirle que la acompañara a su cita con el médico.
—¿Te molesta que te lo haya pedido a ti?
—No, claro que no, es solo que me sorprendió.
—Bueno hace mucho que no nos veíamos y extraño hablar contigo, no es tan divertido hacerlo por teléfono—le golpeo el hombro con la revista—y respondiendo a tu pregunta sobre él, tenía una reunión importante en la compañía de su padre.
Lemir sonrió y le devolvió el golpe aun riendo—Yo también extraño pasar tiempo contigo—confeso—¿Todo bien en Kaulitzlandia?
—Bueno Bill sigue actuando un poco extraño—soltó un suspiro y torció los labios.
—¿Aun crees que te engaña?
—No eso ya quedo aclarado, sé que es otra cosa, pero no logro entender que es.
—Tal vez aun le preocupa que Rachel vuelva aparecer y a eso se deba su actuar extraño.
Sofia se encogió de hombros como respuesta—Hablando del diablo aún no sé qué hacer con ella.
—Deberías internarla o…—fue interrumpido por la enfermera que le informo que el medico estaba esperando por ella.
***
Una hora más tarde Sofia bajo saltando los últimos escalones de la torre médica, ante la mirada preocupada de Leo y Lemir, quienes temían que terminara pisando mal y Bill les arrancara la cabeza por culpa de ella, pero la rubia estaba feliz, su última radiografía había mostrado lo bien que había que se había recuperado y lo mejor aún es que no necesitaría rehabilitación ni usar un bastón, su pierna estaba fuerte y curada.
—¡Con cuidado! —advierte Lemir—Sofia por favor, que si te rompes de nuevo Bill nos mata y no creo que encontremos respuesta—le regaña, pero aun así rie.
—¡Oh, no seas molesto! —se queja sacándole la lengua—¡Vamos por un helado, yo invito!
—Pero que sea uno grande—acepta, caminando hacia la lujosa camioneta que los esperaba con el motor en marcha y la puerta abierta.
—¿A dónde vas? —lo detuvo tomándolo por la muñeca—vamos a ir caminando.
—¡¿Caminando?! Está haciendo mucho calor y el coche tiene aire acondicionado.
—Pero yo quiero caminar.
—Señorita Sacks—interrumpe Leo la conversación de ambos—no creo que sea muy prudente de su parte que se esfuerce, le acaban de quitar el yeso de la pierna—espera que su argumento sea lo suficientemente convincente para que la rubia entre en el coche.
—Leo por favor, no me llames así, Bill no está aquí para que mantengamos esta clase de formalidades y si te preocupa mi seguridad ven con nosotros—se da la vuelta y comienza a caminar dejando detrás de ella a los dos hombres, se gira y les hace una señal con la cabeza de que la sigan.
—Se te acabaron las vacaciones, Leo— Lemir palmea la espalda ancha del hombre antes de caminar hacia la rubia, el guardaespaldas se gira y le da instrucciones al hombre que se encuentra dentro del auto, de seguirlos.
***
—Te he dicho cuan snob me parece este barrio — se queja Lemir mientras ambos caminan por las calles de Mitte, Sofia solo se encoje de hombros, ha caminado esas calles con Bill antes y ahora no le parecen tan espeluznantes como al principio, aunque de vez en cuando no entiende porque la gente gasta cantidades obscenas de dinero en ropa de diseñador, cuando puede conseguir prendas en tiendas más económicas e igual de hermosas.
—Solo vamos al parque que está aquí cerca, no hagas drama.
Lemir corre en dirección a la tienda de helados cuando llegan al parque, Sofia se rie y camina hacia una banca, dándole la espalda al rio Spree, Leo se mantiene a una distancia prudente, a su lado se ha posicionado el otro guardaespaldas de Sofia. La rubia saca su teléfono del interior de si bolsa y llama a Bill, pero el buzón de voz entra rápidamente, así que vuelve a guardarlo en el interior de su bolsa, mira hacia la tienda de helados donde esta Lemir, la cual se encuentra exageradamente llena, así que supone que le va a tomar un poco de tiempo a su amigo volver con los helados.
Comienza a mover las piernas solo para comprobar que la pierna que tuvo inmovilizada por casi seis semanas está bien, aunque el medico dijera que se encontraba bien, aun no lo puede creer.
—¿Sofia? —Levanta la mirada y se encuentra con Jake frente a ella—Hola.
—Jake, Hola—saluda—¿Cómo estás? —pregunto solo por preguntar.
—Bien, ¿Estás sola?
—Amm, no, ammm Lemir está en la tienda de helados—Jake asiente.
—¿Puedo sentarme? —Sofia duda en aceptar, pero también le parece algo grosero negarse, finalmente asiente, mira sobre la cabeza de Jake a Leo y Wali que la observan, pero no se acercan—Supe de tu accidente, incluso intente una vez ir a visitarte, pero tu novio te tiene bastante vigilada por lo que veo, es algo paranoico—mira hacia los hombres de traje que están bajo los árboles.
—Es por protección.
—¿Protección?
—Mi accidente se dio a una discusión con Rachel, quise alejarme de ella y no me fije cuando cruce la calle y bueno el resultado salió en los diarios.
—¿Aún vive?
—Lamentablemente sí.
—A estas alturas pensé que estaría muerta.
—No aún está viva y Bill, cuida que ella no se me acerque de nuevo.
—¿Quién te cuida de él?
Sofia frunce el ceño —¿A qué te refieres?
—A que él es alguien peligroso, no deberías seguir con él.
—Solo estas celoso y estas mintiendo, él no es peligroso.
—No estoy mintiendo.
—Esto es ridículo—se pone de pie, Jake también lo hace tomándola de la mano.
—Me divorcie de Esther— parpadea ante la noticia—Dos meses despues de que naciera Nathan.
—Lamento escuchar eso, pero ¿no sé qué esperas obtener con eso? —se suelta del agarre de Jake.
—Aun te amo.
—Esto es ridículo.
—No lo es, Sofia solo quiero que entiendas que él es alguien peligroso.
—Bill no es peligroso.
—Si lo es.
—¡No lo es! —levanta la voz, Leo y Wali comienzan a caminar, pero Sofia hace una seña para que se detengan—Tu no lo conoces. —le mira molesta.
—Conozco la parte que él me dejo conocer, recuerdas mi supuesto asalto, estoy seguro que fue él quien dio la orden de hacerlo.
—Eres increíble, te pregunte en esa ocasión y negaste que fuera él, escucha Jake que te hayas divorciado no me importa, por mucho que te cueste creerlo estamos enamorados y nada de lo que tú o los demás opinen tiene relevancia alguna.
—Estas cegada por él, abre los ojos, no seas incrédula no es de fiar.
—¿Seguramente tu sí? —Lemir interrumpe la conversación, alcanzo a escuchar un fragmento de la conversación de Sofia con él—¿Qué haces aquí? ¿no se supone que deberías estar con tu esposa y tu hijo?
—Vi a Sofia y quise saludarla y si tanto te interesa estoy divorciado.
—Lo mejor que le pudiste hacer a Esther, no se merece alguien como tú, ¿pero no entiendo que haces molestando a Sofia?
—No la estoy molestando.
—A mí me parece que sí.
—Solo le estoy advirtiendo de Bill.
—Esto es ridículo, vámonos Lemir—le hace una seña a Leo y Wali para que se acerquen.
—Aléjate de Bill, aun estas a tiempo, es peligroso no solo para ti, sino también para él y estos no son mis celos hablando, es mi preocupación por tu seguridad—le advierte, Lemir frunce el ceño, pero atribuye el comentario a los celos, celos que despiertan de vez en cuando en él, aunque está claro que Jake los niega, con ese argumento estúpido.
Ambos chicos entran en silencio al coche, los helados han terminado en el bote de la basura. Sofia cierra los ojos y apoya la cabeza en el asiento, siente un enorme dolor de cabeza.
—¿Qué rayos fue eso?
—No tengo idea—responde despues de unos segundos de silencio.
— ¿Por qué te dijo que te alejaras de Bill?
—Seguramente por lo mismo que me lo dijiste tú las primeras veces.
—¿Celos? —cuestiona intrigado.
—Qué se yo, solo sé que fue una pérdida de tiempo escucharlo.
—Tal vez, pero continúa intrigándome eso de que Bill es peligros, ¿a qué se refiere?
—Qué se yo, Lemir—responde claramente molesta por las palabras de Jake—¿no decías tú lo mismo hace unos meses sobre él?
—Yo nunca dije que fuera peligroso o si lo dije no lo recuerdo, lo único que dije y aun los sostengo es que son diferentes, pero ya entendí y no vamos a retroceder de nuevo, en ese asunto.
—Gracias.
—Cambiando de tema, ¿Vas a decirle?
—Supongo que tengo que decirle, no es como si no se fuera a enterar—dice lo último un poco más alto, para que Leo escuche, aunque el hombre finge no hacerlo.
***
Sofia entro en casa aun con el dolor de cabeza punzando en sus sienes, intento convencer a Lemir de entrar, pero el coche de Bill estacionado le hizo declinar la oferta, durante las últimas semanas ambos, habían desarrollado una relación de amienemigos, se dirigían comentarios mordaces y divertidos, pero al menos ya habían pasado la etapa de querer saltar el uno sobre el otro para sacarse los ojos, ahora eran más tolerables el uno con el otro, Andrew los llamo el sol y la luna, siempre orbitando en torno a ella como si fuera la tierra, pero sin llegar a estar lo suficientemente cerca el uno del otro.
Tom por su parte, había aceptado mejor a Lemir, él no tenía tantos conflictos con el castaño solo estaba de lado de su hermano, pero al ver como ambos comenzaban con algo que, si no era catalogado en el rubro de nuevos amigos, al menos entraba en un grado de más tolerancia, así Sofia había sentido que se había quitado un peso de encima.
Camino hacia el estudio de Bill, la ama de llaves le informo que el señor Kaulitz se encontraba, si él no hubiera estado en casa, probablemente habría planeado toda una sorpresa para enseñarle su pierna sin la incómoda bota, que no los dejaba tener la intimidad que estaban acostumbrados, pero ahora sí podrían.
Rara vez entraba en el estudio de Bill no porque él no la dejara entrar, la realidad es que le deba algo de pavor arruinar alguna pintura. Toco la puerta una vez y al no obtener respuesta decidió entrar, Bill estaba sentado ligeramente encorvado sobre la mesa de dibujo, sus manos no parecían moverse, pero podía ver que estaba concentrado en algo.
—¿Bill? —llamo adentrándose en la habitación, él rubio levanto la cabeza y rápidamente cerro el cuaderno frente a él, metiéndolo debajo de una pila de otros cuadernos, lo que llamo la atención de la rubia.
—¿Cómo te fue? —pregunto girándose—¡Te quitaron la horrible bota! —se puso de pie rápidamente y cruzo la habitación hasta llegar a ella. Su mirada recorrió ambas piernas sin nada que obstruyera su vista—¿Qué dijo el médico?
—Que había sanado de maravilla, ¿Qué hacías?
—Me alegro, tenemos que celebrar que por fin podre acariciar esas largas piernas como me gusta—respondió ignorando la pregunta, el tomo de la cintura y la acerco a su cuerpo.
—¿Estabas ocupado? —pregunta nuevamente, rodeando su cuello, pero su mirada esta fija en los cuadernos de dibujo sobre la mesa.
—No estaba repasando algunos viejos dibujos los cuales me gustaría mejorar y tal vez montar en una exposición, pero aun no estoy seguro—Solo asintió en respuesta—Pero cuéntame dime que te dijo el médico.
—Dijo que estoy bien, que no necesito terapia y que puedo volver a mis actividades normales—sonrió.
—Bien, entonces hay algo que ya puedo hacer sin temor a lastimar tu pierna.
***
Sofia bostezo y se estiro sintiendo la sabana rozar su espalda desnuda, parpadeo para acostumbrarse a la tenue luz del atardecer que se filtraba por los ventanales de la habitación.
—Buenos días—murmuro Bill besando su oreja.
—Me dormí.
—Siempre lo haces—se rie—tres orgasmos para ti son como un sedante.
—¡Oye! —se queja—¿Qué haces?
—Leo uno estos informes sobre un negocio que mi padre quiere hacer, la verdad no entiendo nada, pero tengo que leerlo de todas formas, para que Tom pueda explicarme esto—ella asiente y se acurruca a su lado, Bill pasa un brazo sobre sus hombros, pero deja de leer y la mira fijamente, aparta algunos mechones rubios de su cara—¿Qué hicieron tú y Lémur, despues de ver al médico?
—Lemir, Bill, que se llama Lemir—le reprende.
—Estoy jugando, además él ya sabe que lo llamo así o es ¿que acaso ya dejo de llamarme Billimierda?
—Si ya dejo de hacerlo—Aunque no está segura de eso.
—Si claro, bueno no me respondiste.
—¿Qué cosa? —se separa de su abrazo, toma su bata y sale de la cama.
—¿A dónde fueron?
—Fuimos a caminar por el centro y despues a un parque a tomar un helado, teníamos mucho de que ponernos al día, hacía mucho que no nos veíamos—responde cepillando su cabello.
—Se vieron hace tres días antes de hoy.
—Antes nos veíamos diario.
Bill simplemente asintió, aparto las sabanas y se puso de pie.
—¿Te encontraste con alguien más hoy? —coloco sus manos sobre los hombros de la rubia y tomo el cepillo.
Sofia cerró los ojos y maldijo a Leo por ser un bocón.
—Me encontré con Jake Fritz—confiesa puede ver como los ojos de Bill relampaguean de furia.
—¿Qué te dijo?
—No hablamos mucho, solo dijo que se había enterado de mi accidente.
—¿Solo eso?
—¿Qué te dijo Leo?
—Que hablaste o mejor dicho discutiste con un hombre por casi quince minutos, hasta que apareció Lemir y aun así los tres parecieron discutir.
Sofia dejó caer los hombros y se mordió el labio.
—¿Qué sucedió?
Suspira, infla las mejillas y duda antes de responder.
—Dijo solo estupideces.
—Las cuales te molestaron, ¿Qué clase de estupideces, dijo?
—Dice que eres peligroso.
—¿Por qué razón dice algo como eso?
—Hace un tiempo asaltaron a Jake o eso creo, pero él… él dijo que fuiste tú.
—¿Tú le creíste?
—¿Le pediste que se alejara de mí?
—¿Por qué quieres saberlo?
—¿Se lo pediste sí o no? —toma su rostro para que no desvié la mirada.
—¿Acaso no confías en mí? —pregunta, tomando las manos de ella y apartándolas de su rostro.
—Sabes que lo hago, pero Jake dice que tú lo atacaste despues de amenazarlo, lo dice con tanta seguridad que…
—¿Qué te hace dudar de mí? —termina la oración por ella—Es increíble Sofia, estamos viviendo juntos y aun continúas teniendo dudas sobre mí—se pone de pie y regresa a la cama.
—No son dudas.
—¿Entonces qué es?
—No soy idiota, leo los periódicos y antes de que te conociera, tu reputación no era la mejor del mundo y lo sabes, tenías demasiados problemas con la ley, todas relacionadas a tus juergas.
—Me reforme, cuando te vi, deje de pensar en todo y lo único que quería ser, era ser lo suficientemente bueno para ti, todo lo que he hecho lo hecho por ti.
Sofia le quita la carpeta de las manos, se sienta en sus piernas y le acomoda los cabellos revueltos.
—Yo no quiero que seas un ángel, solo quiero que seas honesto conmigo, es lo único que te pido, respóndeme entonces ¿lo amenazaste?
—¿Qué vas a ganar con eso?
—Tranquilidad.
—Los vi o mejor dicho lo vi besarte en el estacionamiento del hospital, así que esa tarde me aparecí en su consultorio, despues de haber averiguado donde estaba, le conté que estaba interesado en ti y que me parecía una bajeza de su parte que si estaba casado, estuviera cortejándote y el imbécil ese dijo que ya te había tenido una vez y estaba seguro que lo haría nuevamente, no voy a negarlo, quise romperle la cara en ese momento, pero no lo hice, solo le dije que se mantuviera lejos de ti, pero yo jamás lo ataque.
—¿El dijo eso?
—Sí, no quería decirlo porque no tuvo importancia despues, me escogiste y míranos ahora, estamos juntos.
Sofia asiente, esconde su rostro contra el cuello de él, dejando un beso, las manos de Bill aprietan su cintura.
—¿Puedo preguntar algo más, sin que te molestes?
—¿Por qué habría de enojarme? —Sofia se encoje de hombros —¿De acuerdo pregunta?
—¿El asunto de Jake es lo único en lo que me has mentido? Lo digo porque has estado tenso en las últimas semanas, aumentaste la seguridad a mi alrededor y no uses la excusa de mi accidente, no hemos tenido noticias de Rachel en semanas, dime la verdad ¿Qué está pasando?
—Jake es lo único en lo que te mentí y sobre el hecho de tu seguridad, fue una orden de mi padre y Gordon, no tiene nada que ver el asunto de tu madre, perdón Rachel—se corrige al ver la mueca de la rubia sobre él— fue por la seguridad de la familia, y eso te incluye a ti, ahora eres parte de la familia. —le sonríe con calidez esperando que se trague una parte de la mentira, su padre y Gordon si están es en realidad detrás del aumento de seguridad. Todo porque aún no han dado con Sarah.