CAPITULO 7¿POR QUÉ PREGUNTAS?
Dos semanas desde el incidente del bar, Harry ha tomado medidas drásticas, la pobre chica envuelta en el escándalo, fue despedida, el pobre tipo que golpeo a Gustav recibió tremenda paliza por parte de los gemelos Kaulitz y sus amigos, la cual no fue denunciada, quien iba a creer que pudieran hacer eso, además era la palabra de dos jóvenes con dinero y una posición muy buena, contra la de un pobre imbécil, drogadicto, desde ese día no se habían parado por el local, al menos no Bill, su escándalo aun no era olvidado y su padre le había ordenado expresamente que no quería enterarse de sus andanzas en ese lugar o lo cerraba, al le deba igual si seguía abierto o cerrado, pero sabía que si eso pasaba, no podría ver a Nina, y eso era lo que más deseaba, verla de nuevo, aunque lo ignorara olímpicamente, la pobre no sabe que ha firmado su condena, sin enterarse, pues nadie lo rechazaba y ella no va hacer la primera, además, hay algo en ella, que hace que todo el mundo caótico de Bill se remesa en un mundo de paz y está dispuesto a tenerla a su lado, con tal de sentirse tranquilo.
Por otro lado Tabatha es el sueño de todo hombre, tenía los rasgos más exóticos que Bill, jamás había visto, unos hermosos ojos azules, unos labios rojo y apetitosos, una piel suave y tersa, además de un espectacular cuerpo, del cual Bill disfrutaba sin restricciones, la chica era una diosa en la cama y era algo que lo complacía, pues no tenía inhibiciones y lo complacía en todas sus fantasías.
— ¿Cuándo vendrás de nuevo a verme? — Bill mira de reojo a la chica que se pavonea desnuda por la habitación, mientras el aún sigue desnudo, fumándose un cigarrillo, por suerte están en el departamento de juegos de Tom, o de lo contrario, no habría podido tener su sesión de sexo con la morena, con Simone en la planta baja, aunque no es que le molestara, pero seguro su madre habría hecho un escándalo por tener una puta en su respetable casa —Sabes que mis bailes son solo para ti y no es divertido hacerlos, si no estás para verlos—hace un puchero, que logra sacar una ligera sonrisa de Bill.
— Aún no lo sé Tabatha— y es cierto aún no sabe cuándo volverá al club, pero se muere por ir, desde que viera el rostro sin antifaz de Nina, no ha podido sacarla de su cabeza, había estado tranquilo, solo con imaginar sus ojos y jugando a imaginar cómo sería su rostro, pero ahora que lo conoce, quiere verlo todos los días— ¿oyes la barman, es amante de Harry? — pregunta fingiendo poco interés, Tabatha lo mira un segundo antes de responder.
— ¿Nina, amante de Harry? —Ríe, Bill hace una mueca, pero no dice nada, la observa comenzar a vestirse y espera a que le responda— Harry está casado, con una ex conejita, crees que tendría ojos para una rubia sin gracia como Nina. — le mira con los ojos entrecerrados y él se encoje de hombros
— ¿Siempre usa antifaz? —prefiere cambiar la pregunta, para no levantar sospechas en ella, aunque ya es demasiado tarde.
— ¿Por qué lo preguntas?
—Curiosidad — da una calada al cigarrillo y después bota las cenizas — ya sabes, atendió a Gustav el día del incidente. —Tabatha asiente, mientras comienza a vestirse.
—Desde que llego a Edén, llego con el antifaz, en realidad no sé porque la contrataron, solo sé que una noche apareció y junto con ella, la orden de que debían cuidarla.
— ¿Cuidarla?
—No lo sé, algo de que los clientes no debían molestarla y esas estupideces — Bill asiente, aunque su curiosidad por ella crece a cada instante — incluso tiene un coche que la lleva cada noche a Edén el mismo que la lleva hasta su casa, bueno ese privilegio lo tenemos todas, pero ella es una simple barman, además Harry no le permite que se quede cuando son eventos privados.
—Eso es extraño —Tabatha se encoge de hombros indiferente, antes de acercarse al tocador. — ¿Si no es amante de Harry, porque la cuidan tanto?
— ¿Seguro que solo es curiosidad?
—Claro, lindura —le dedica una sonrisa.
Tabatha no se fía mucho de las palabras de Bill, aún recuerda el día que los observo desde un rincón del bar hablar, en el poco tiempo que llevan juntos ha conocido todos los movimientos de Bill, cuando intenta conquistar y sabe de sobra que en ese momento, él está en plan de caza. Pero el muy estúpido está equivocado si piensa que va a jugar con ella, mientras espera a que Nina lo mire, así que decide decir algo que hará que Bill, deje de preguntar por la estúpida de Nina.
—Bueno en realidad creo que con quien tiene una aventura es con Lemir, siempre se están riendo y tocándose, cuando él está en el bar y al ser hijo de Harry, bueno ya te imaginaras— observa a Bill, quien pone cara de haber recibido un golpe en el estómago, mientras ella sigue aplicándose el maquillaje y cuando esta lista se acerca a Bill, y lo besa — en verdad espero verte pronto.
Bill observa la puerta que se ha cerrado detrás de Tabatha, su perfume dulzón impregna la habitación, el aroma es algo que lo excita, sin duda esa mujer sabe cómo volverlo loco, lamentablemente para ella, ese efecto es solo en la cama y mientras está en la tarima, bailando y dejando caer las prendas hasta quedar en la más fina lencería. Pero no puede sacar de su cabeza las últimas palabras de ella, Nina y el hijo de Harry.
***
— ¿Qué te dijo Tabatha? —Tom pregunta entrando a la habitación de su hermano, se dirige a la ventana y las abre, para que el aire, circule y saque el olor a sexo de la habitación.
—Nada que me pueda servir, solo que no es amante de Harry, pero que tiene algo con el hijo— hace una mueca.
—Gustav, está encantado de la buena mano de Nina, parece ser que las cicatrices serán tenues o algo así, estaba en medio de algo importante cuando recibí su llamada—Bill sonríe, antes de ponerse de pie—¡Bill cúbrete, mis ojos! —grita, arrancando risas de Bill, que lo golpea al pasar por su lado.
—Tengo que verla de nuevo—Tom deja escapar un suspiro, mientras se sienta.
—No de nuevo Bill.
—Vamos Tom, esta vez será diferente te lo aseguro.
— ¿Según tú? — se pone de pie y comienza a revisar entre las cosas de su hermano
—Sí, esta vez, no dejare que mi ira me controle.
—Júramelo— le mira seriamente
—Lo juro, y en caso de que sienta que pierdo el control, te lo diré, pero eso no ha pasado, desde que la vi por primera vez, es como si su sola presencia en mis pensamientos, callara todo lo que tengo en mi mente, es por eso que la quiero para mí.
—Está bien—se pasa la mano por el cabello— le diré a Georg que me ayude a averiguar algo sobre la tal Nina.
—Gracias
—Esas me las darás cuando hayamos dado con ella, esta noche iré a Edén pero tú vuelves a casa y te quedas quieto en tu habitación, Simone está furiosa porque no dormiste en casa—ambos ponen los ojos en blanco—prometo que volveré con noticias.
Bill asiente y lo mira salir, sabe que Tom, va a dar con ella, porque lo que él quiere Tom se encarga de conseguirlo, y lo que Bill quiere en ese momento es a Nina, camina hacia su escritorio y saca su cuaderno de dibujo, pasa las paginas, se detiene en una observa dos pares de ojos unos libres y los otros cubiertos por un antifaz, tan parecidos en el color y tan diferentes en sus dueñas. Los primeros traen con ellos, un sentimiento de rabia y odio, mientras que los segundos lo hace sentir tranquilo, porque puede ver que hay tristeza y soledad en ellos y por alguna extraña razón siente suyo ese dolor.
En una hoja nueva, comienza a dibujar el rostro de Nina, esta vez sin antifaz, cierra los ojos antes de comenzar a trazar las líneas y puede verla nítidamente detrás de su retina, sus rasgos firmes y suaves en completa concentración, la forma en que muerde su labio, mientras pasa la aguja por la piel del cráneo de Gustav, tal vez no era es el mejor recuerdo, pero hasta ese momento, era el único que posee de ella, sin el antifaz y el que más aprecia.
& Continuará &