«As the lights go down» Temporada I
Capítulo 8
Bill se encontraba en el baño preparándose para un nuevo día, maquillando las marcas moradas, otras amarillentas que estaban en su rostro, torso y brazos. La más reciente era una que estaba debajo de su ojo, ya casi no se notaba, solo se percibía una sombra verduzca por lo que fue fácil maquillarla para disimularla, Tom se la había hecho cinco noches atrás.
Habían pasado dos meses desde que Bill se mudó y el ambiente en vez de mejorar empeoraba día con día. Las peleas se daban a diario y a toda hora, la única diferencia era que el menor se defendía. Ya estaba harto entonces si Tom le gritaba, él le respondía y si le golpeaba, le devolvía el golpe más fuerte, así hasta terminar cansados de pelear. Ambos se habían vuelto maestros en los golpes y en ocultar los moretones con maquillaje.
Bill ató su largo cabello en un moño mal hecho y luego bajó a la cocina para preparar el desayuno de su hermano. Preparó tostadas, huevos revueltos y bacon, además del café que tanto le gustaba a Tom.
A los pocos minutos el mayor apareció y se sentó en la barra esperando su desayuno. Ninguno de los dos se dirigía la palabra, Bill se dedicaba a lo suyo mientras Tom tonteaba con su móvil, de vez en cuando levantaba la mirada del aparato para echarle un ojo a su gemelo. Le llamaba mucho la atención su cabello, a veces se preguntaba cómo hacía para tenerlo tan largo y tan sedoso, las veces que le agarraba del cabello podía sentir como se escapaba lentamente de sus dedos por no tener ni un solo nudo, lo mismo estaba pasando en ese momento, ya que el moño que se hizo minutos atrás ya se estaba deshaciendo provocando que unos mechones cayeran sobre su rostro. También le llamó la atención la pálida piel que tenía, siempre fue pálido por naturaleza, pero ahora su piel parecía de porcelana.
Bill carraspeó sacando a Tom de su inspección matutina, le incomodaba de sobremanera que su hermano se le quedara viendo como si fuera un bicho raro, últimamente su gemelo se quedaba observándolo mientras él hacía otras cosas, aunque no lo miraba podía sentir los ojos chocolate del mayor clavados en su espalda, seguramente pensando en qué parte le golpearía ese día.
– ¡Buen provecho! – dijo Bill poniéndole a su hermano al frente el plato con el desayuno para luego irse hacia el salón
Comió lentamente su desayuno, degustando cada sabor, su hermano cocinaba muy bien, igual que su madre. Cuando terminó decidió irse al estudio que tenía en el sótano de su cada. Hoy no tenía que ir a la discográfica ni tenía ánimos de salir así que podía quedarse allí encerrado todo el día haciendo lo que más le gustaba.
A pesar de no tener nuevo cantante para la banda aún, los chicos escribían y componían canciones para que así el chico nuevo solo llegara a aprendérselas y a grabar, no podían perder más tiempo, ya se habían tardado mucho, pero el maldito nuevo integrante no llegaba ¿Qué nadie podía cantar bien en este tiempo? Al paso que iban, Georg terminaría siendo el nuevo cantante y eso no sonaba muy alentador.
Tom bajó al estudio y se sentó en la silla frente los controles, tomó su guitarra y comenzó a tocar unas cuantas notas. La nostalgia lo invadió, el lugar se sentía muy vacío sin los chicos, cuando Tokio Hotel estaba completo aún, se reunían allí para escribir nuevas canciones, las cuales no lograron salir a la luz por su culpa.
Esos no eran sus planes, se suponía que en esos momentos deberían estar grabando todos juntos o en una gira, no debería estar sentado solo en el sótano de su casa y con la banda estancada en el limbo.
Nunca fue su intención separar la banda, pero qué otra cosa podía esperar, fue muy tonto de su parte pensar que después de traicionar a su amigo este le perdonaría y seguirían cosechando logros junto Georg y Gustav. Ahora John tenía una nueva banda, la cual, según rumores, trabajaba noche y día para su álbum debut.
– Too late Marlene – susurró Tom – Too late Marlene – ese era el nombre de la nueva banda de John
Le seguía molestando la idea de que John formara otra banda, pero ¿qué quería, que John se lamentara y llorara toda su vida su traición? Al parecer lo había superado y él seguía sintiéndose como la peor mierda del mundo, al traicionar su mejor amigo por una mujer, al amigo que sabía absolutamente todo de él.
En ese momento un ruido le hizo salir de sus pensamientos, escuchó como algo se hizo pedazos en el primer piso, dejó su guitarra en el suelo y subió corriendo las escaleras que daban al salón, allí encontró a Bill quien lloraba mientras sostenía su móvil contra su oreja con un jarrón hecho trizas a sus pies.
– ¿Bill? – llamó Tom desconcertado
– Papá… – susurró dejando que su teléfono cayera al suelo y si no hubiera sido por un rápido movimiento de Tom que lo sostuvo, también él estaría en el suelo con sus rodillas llenas de pequeños vidrios – Murió… papá está muerto Tom – sollozó
Tom se sorprendió por la noticia. Gordon también era su padre y aunque no se llevara bien con él, eran familia, pero ahora lo que más le preocupaba era Bill, que parecía que el cualquier momento tendría un ataque al corazón.
– Ven Bill, siéntate – dijo llevando al tembloroso pelinegro a uno de los sofás
– Se ha ido – sollozó el moreno – Tom… estamos solos
En eso Bill tenía razón, solo ellos quedaban de los Kaulitz. Eso se sentía… raro
Tom dejó a su hermano un momento en el sofá y fue por el teléfono que estaba sobre una mesa al lado de la chimenea.
– ¿Liz?… No tan bien ¿tu?… tengo problemas, Liz… necesito dos tiquetes para ir a Múnich hoy mismo… ¿En serio? Eres grande Liz, te quiero – finalizó Tom, caminó de nuevo hacia su hermano y acariciándole la espalda dijio – Ven, tenemos que ir a ver a papá
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– Gordon Kaulitz, persona memorable, noble, sencilla y a la vez maravillosa, cuya partida a dejado un profundo dolor y vacío en el corazón de todos aquellos que lo tratamos de alguna manera, excelente padre y esposo – Bill lloró amargamente y Tom no pudo evitar rodar los ojos ante las palabras del padre – Nunca puso sus intereses personales por encima de otras personas y por eso logró ganarse el corazón de todos nosotros- Hablo en nombre de todos cuando digo que lo extrañaremos pero siempre lo vamos a recordar con mucho amor y con una gran sonrisa.
Comenzaron a bajar el ataúd donde estaba Gordon, los presentes comenzaron a dejar caer flores sobre este. Bill, quién había estado llorando desconsoladamente abrazado a su prometido, dejó una rosa blanca de las que tanto le gustaban, mientras susurraba palabras de amor y dolor para su padre.
Por otro lado, Tom había estado al lado de su hermano; sin embargo, no lo había consolado ya que tenía a su “amado prometido” allí para hacerlo. Él no había derramado ni una sola lágrima, se sentía mal por ver a Gordon dentro de un ataúd, pero al fin y al cabo ellos habían tenido problemas y su relación fue muy tensa antes de que Tom dejara la casa.
Poco a poco la tierra fue cubriendo la caja, las personas empezaron a marcharse dejando solo a los “dolidos gemelos” y a Gareth.
– Vamos amor, es hora de irnos a casa – susurró Gareth acariciándole la espalda al moreno
– Sí, ya no soporto estar aquí – sollozó débilmente el moreno – Tom, vámonos – le dijo
– En un momento voy Bill, adelántate – le mandó
El menor obedeció, él y Gareth subieron al auto del rubio para esperar al guitarrista, viendo como este se ponía de pie frente a la lápida de su padre y decía unas palabras.
– Bueno viejo – resopló Tom – Me pediste que me alejara de Bill y así lo hice, pero tú mismo te encargaste de que llegara a mí nuevamente y ya no estarás aquí para cuidarlo – sonrió débilmente – Saluda a mamá de mi parte, si es que llegas donde está ella – finalizó para comenzar a caminar hacia el auto donde lo esperaban.
Continúa…
Gracias por leer, te invitamos a continuar con la lectura.
Hasta ahora no me había dado cuenta de este detalle, cuando se refiere a que John sabe todo de él se refiere a TODO (es decir, su «secreto»)?
P.s. Sí, estoy releyendo la historia.
Q emocionante no se que pasa pero es emocionante