«Believer» Fic TWC de MizukyChan
“Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos…”
(Amós 3:7)
Capítulo 8: Revelación
John sacudió a Thomas, hasta que despertó de la pesadilla, sudando frío y temblando como si hubiera visto las profundidades mismas del infierno.
—¡Nooo! —Seguía gritando, incluso cuando sus ojos se abrieron.
—Thomas, fue sólo una pesadilla.
—¡No! —Gritó más fuerte, intentando soltarse del agarre de John.
—Ya pasó, Thomas. Ya terminó.
El más joven dejó de gritar y ajustó su visión a la oscuridad del lugar.
—Fue sólo una pesadilla. Ya terminó, Thomas.
No ha terminado. Pensó temeroso—. ¿Qué? —Miró desorientado—. ¿Qué hora es?
—Casi las cinco —respondió John.
—Tengo que levantarme. La misa de seis —dijo y sacó un pie de la cama, pero cuando intentó apoyarlo, una punzada de dolor le hizo caer. Mierda.
—La iglesia está cerrada —respondió John, dando un paso al frente para ayudar a su protegido. Pese a tener más de cincuenta, su cuerpo robusto todavía podía sujetar a Thomas con total soltura, así que lo puso de vuelta en la cama.
—Pero yo…
—Fue decisión del sheriff, después de lo que ocurrió ayer. —John lo miró con el ceño apretado y puso una mano en su frente—. Además, tienes fiebre.
Tom notó un ligero mareo y cerró los ojos con fuerza. Mierda—. Yo…
—Has estado usando el agua fría, ¿no es así?
No era necesaria una respuesta, John sabía todos los métodos de auto-castigo que Thomas usaba en su propio cuerpo.
—¿Qué ha sido esta vez? —Preguntó John, pasando una mano por su cansado rostro—. Puedo entender el corte de ayer —suspiró—. Cielos, en parte creo que eso fue culpa mía, o de la iglesia, por no permitirte hablar abiertamente con el sheriff sobre la confesión del asesino, pero…
—John… —quiso hablar, pero el mayor lo interrumpió.
—Basta, Thomas, ¿hasta cuándo vas a culparte? Lo que la gente haga, lo que pasa en el mundo, nada de eso es tu problema… —John se detuvo un segundo, soltando el aire que había estado conteniendo—. Eres sólo un hombre, Thomas, no puedes… no es justo… no puedes castigarte a ti por el mal que hay allá afuera.
—Lo siento…
John soltó un suspiro y se acercó a la cama, donde Thomas estaba tendido con los ojos cerrados. Tomó su mano y le dio un beso en el dorso.
—No eres sólo un miembro de la orden, Thomas —dijo cuando el joven abrió los ojos para verlo—. Para mi eres como el hermanito pequeño que Dios me obsequió cuando renuncié a tener hijos propios. Eres mi pequeño, Thomas. Deja de crucificarte por los pecados de los demás, eso ya lo hizo Cristo y mira cómo acabó.
—John… —respondió Tom en modo de reproche.
—Lo que quiero decir, Thomas… Cuídate, ¿si?
El otro asintió—. Lo haré —Hasta donde pueda.
—Voy a preparar un té.
—Gracias.
La fiebre de Tom no bajó ni con el té con miel que John le preparó, al contrario, pareció aumentar de intensidad para cuando salió el sol.
Tom gruñó con el sonido del teléfono de la oficina. John contestó la llamada y regresó con semblante serio a la habitación.
—Voy al centro —anunció sin emoción.
—¿Quién era?
—El sheriff —respondió, sacando la billetera de su bolso de mano—. Pasaré a verlo ahora para ver cómo va el caso.
—Voy contigo —dijo Tom y se sentó en la cama, cayendo hacia adelante, de no haber estado John, se habría ido de bruces al suelo.
—Ni hablar. Te quedas aquí —contestó, volviendo a meterlo en la cama—. De regreso traeré medicina para tu fiebre. Dejaré todo cerrado, por si acaso.
Tom quiso protestar, pero sus ojos se sentían muy pesados.
&
Tom despertó sobresaltado cuando escuchó un ruido en la iglesia, al estar vacía el eco lo incrementaba, haciéndole pensar que había sido un golpe fuerte. Se sentó en la cama y parpadeó, para alejar la sensación de mareo de su cuerpo.
Descalzo, caminó evitando hacer ruidos, hasta que llegó a la entrada de la iglesia. Entró por el costado que daba al altar y se quedó muy quieto, observando todo. No había nada extraño.
—¿Hola? —Llamó no muy fuerte, sabiendo que si había alguien allí, sin duda lo escucharían.
Caminó, vistiendo nada más que el bóxer y la playera de algodón con la que había dormido, no le importó si alguien lo encontraba, porque sabía que quien estaba ahí no iba precisamente a ver su atuendo, sino más bien, a dejar un nuevo trofeo de su crimen.
—¿Hola? —Volvió a llamar.
Escuchó un ruido y giró el rostro. El confesionario. Tembloroso por la fiebre, caminó hasta el lugar de madera y entró, cerrando la puerta.
—Perdóneme, Padre, porque he pecado —dijo la voz tan familiar—. He drogado a alguien.
Tom quiso decir algo, pero encontró que su boca no respondía como él quería.
—Le he drogado, Padre, a usted y a otra persona —agregó el hombre—. Probablemente ahora está sufriendo los efectos de la droga: fiebre, incapacidad motriz, alucinaciones, tal vez.
—¿Quién… más? —Preguntó con dificultad.
—Oh, no se preocupe, la pequeña Mandy no está muerta. Ella no es una pecadora, después de todo, es sólo una chiquilla —respondió el encapuchado, con un toque de diversión en la voz. Luego soltó un suspiro y continuó—. Fue muy útil para mi que cerraran la iglesia, Padre.
Tom giró el rostro y se sorprendió de ver que el hombre hacía un gesto para bajar la capucha. Contuvo la respiración, esperando ver el rostro del asesino, pero la tela sólo subió lo suficiente para que Tom pudiera ver la piel blanca y tuviera una visión directa desde la nariz a la barbilla del hombre. Se veía joven y tenía un lunar justo bajo el labio.
—Padre… —el hombre jadeó y Tom comprendió que aquel jadeo era de excitación.
Tragó pesado y preguntó—. ¿Qué demo…?
—Cuide su lenguaje, Padre —respondió en tono de burla.
Tom no pudo evitar girar el rostro y abrir grandemente los ojos. El hombre al otro lado de la ventanilla labrada, respiraba agitado. Pese a su estado febril, Tom apretó los puños, dispuesto a darle una paliza al extraño, pero entonces, el hombre giró el rostro y un destello de fuego en sus ojos lo paralizó.
—Sólo yo sé donde está la chica, Padre —dijo, soltando un hondo suspiro—. Si abre esa puerta, puede darla por muerta.
Tom giró el rostro, miró de frente a la puerta de su lado del confesionario—. Puedo llamar a la policía.
—Ella está drogada, Padre, necesita un lavado intestinal lo antes posible… igual que usted.
Tom pudo sentir la diversión en su voz y apretó los dientes—. ¿Qué quieres que haga?
—Sólo quédate ahí, Tom…
Tom apretó los ojos, nadie lo llamaba así, nadie excepto este hombre. Hacía años que le pidió a su mentor y amigo llamarle Tom, no Thomas, pero fue un acto inútil. Y cada miembro de su congregación lo conocía como Padre Kaulitz o Padre Thomas, nadie se había atrevido a utilizar el diminutivo cariñoso de Tom.
—Aquí… —El hombre puso una palma abierta sobre la rejilla labrada, su mano enguantada de negro—. Pon tu mano aquí.
Tom quería vomitar y sabía que no tenía relación con las drogas en su sistema. Lentamente, levantó la mano y puso su palma contra la del extraño. Podía sentir su calor, no había un contacto directo con ella, pues el material de la ventana lo impedía, pero el calor que irradiaba era suficiente para hacerle sentir en toda su espina, una corriente eléctrica.
—Sigues siendo tan cálido como antes, Tom —dijo la voz y soltó un suspiro.
Tom deseaba estar en otra parte, pero la frase del hombre captó su atención. Ignorando los gemidos que indicaban claramente que aquel hombre se tocaba, preguntó—. ¿Como antes? ¿Me conocías?
—Por supuesto, Tom. Desde hace mucho, mucho tiempo. Tú y yo tenemos historia. Ambos pasamos por el infierno.
Tom se estremeció ante el jadeo sonoro que salió de la boca del hombre y Tom no pudo evitar girar el rostro, viendo el resplandor dorado en los ojos del extraño. No se dio cuenta que su mano se presionaba más fuerte contra la ventanilla de madera labrada.
—¿Cómo? ¿Quién eres tú?
—Ya lo sabes… soy todo lo que eres, todo lo que fluye por tus venas…
—¿Bill?
Como si la sola mención de su nombre fuera lo más importante del mundo, el extraño exhaló. Tom sabía que había eyaculado y, lejos de sentirse asqueado por eso, sintió que el aire se quedaba atrapado en su garganta.
—Se oye tan bien mi nombre en tus labios… —dijo en un susurro, con una voz totalmente diferente del hombre frío de hacía unos momentos atrás. Este hombre, Bill, era completamente distinto ahora.
La capucha cayó hacia atrás, revelando la imagen de un joven de su misma edad, piel blanca, tersa, tan suave a la vista, que Tom quiso poder pasar su mano a través de la rejilla y tocarlo.
—Bill… ¿mi Bill? —¿Mi gemelo, Bill?
—Tuyo desde siempre, Tom.
Se vieron de frente, a través de la ventanilla, y Tom ya no vio el fulgor de las llamas en sus ojos, sino un tono avellana exactamente igual al suyo, pero diferente, muy diferente.
—¿Bill? —El hombre asintió con una sonrisa—. ¿Por qué?
—Por justicia, Tom. Justicia…
—…divina.
—Ahora ve por la chica y llévala al hospital —mandó el hombre, arreglando sus ropas.
—¿Dónde está?
—En el maletero de tu coche.
Tom abrió la puerta y salió con pasos tambaleantes, su vista estaba borrosa y ni siquiera pensó en el extraño que dejaba atrás, hasta que cayó en la inconsciencia.
& Continuará &
Chan, chan, chan… apareció. Nuestro encapuchado tiene identidad: Bill… ¿Alguien quiere seguir leyendo? Estoy emocionada con esta historia…
Excelente ! ya sabe quien es el encapuchado …. pero …. porque lo haría ? por justicia ? ya quiero seguir leyendo !!!! continua porfis y gracias por actualizar !!!! besos … !
Si es Bill. No puedo creerlo!!! No puedo creerlo. Qué hará Tom ahora? Quiero mas, necesito mas capítulos.
Espero siempre por esta historia y me desespera, es como si cada capítulo me obligara a desear más. No puedo creer que ese resfrío sea en realidad que Tom está drogado. Y esa pobre chica… Y el descaro de Bill de masturbarse con Tom al lado. Esto es insano. Me encanta!
Oye, oye, oye, más despacio, cerebrito! XD
Acaso Tom y Bill tuvieron «algo» antes, porque creo que no le molestó que Bill se estuviera tocando frente suyo jajaja.
Que será, qué será? NECESITO RESPUESTAS!!
Gracias por este fic, es genial!
Besos!
Finalmente Bill revelo su identidad a Tom, ahora yo quiero saber que demonios sucedio para que los separan.
Espero el proximo, bonito finde 😊
¿Qué relación tiene el pasado de ambos con que Bill sea un auténtico loco? ¿Drogado? Ese Bill se ha pasado… ya quiero saber como continuará todo, no creo que Tom le delate y si lo hace será parcialmente.
Joder esto es ahavajsgahhsbwuw por fin apareció mi bibi quiero saber que más pasa yo muero cuando hay actualización de esto joder me deja con ganas de más gagagahgahaggdadsdavwhh auiero más de esta historia ahora que mi bibi apareció seguro las cosas se ponen buenas aparte que se ve bien lasivo 👌🏻😂🤷🏻♀️
Por fin se desvela que es Bill (ya se sabía pero era necesario que Tom lo reconociera).
Como dijo alguien arriba, Tom no parece muy perturbado por que su gemelo se esté masturbando con él al lado, al menos no tanto como debería estarlo.
Pobre niña, Bill tiene muy poquitos escrúpulos, pero supongo que eso no es ninguna sorpresa.
Ya tenía la idea de que se trataba de Bill lo que me deja muchas dudas ahora sobre sus motivos
«Mi Bill» Bill se maaturbo pensando y sintiendo a Tom, Bill habla de justicia. .qué carajos les pasó? (Tom en bóxer ainsss pos yo también Bill jajajajaja)
Sigo creyendo que Tom no tiene vocación para e sacerdocio, míralo como se auto flajela, Tom siente culpa y eso wn un sacerdote no debe de pasar.
Bill se masturbó en el confesionario!!! Que falta de respeto. Y sigue amenazando a Tom con dañar a otras personas. Es malo pero excitante como provoca a Tom. Y el final fue… ains. Y si Tom muere? Tengo que seguir leyendo.
Por fin, ya reveló su identidad, es Bill y ya se lo hizo saber a Tom. Y aparte le hizo saber que es suyo desde siempre, y aparte de todo se toca viéndolo y sintiéndolo. Por qué? Qué a caso hay algo que no recuerda Tom???? Se le está escapando un detalle??? Por Dios!!! Qué intrigante está esto y ua no tengo batería aaaaa noooooo