Notas: Fic escrito en septiembre del 2008

«Atrévete a besarme» Fic de lyra

Capítulo 1.La invitación

—No sé por qué has aceptado—dijo Tom a su hermano.

Bill le miraba sin saber que decir. Se acomodó mejor en la silla y se cruzó de brazos sin levantar la mirada, para no ver la cada vez más enfadada cara de Tom.

—Si tu hermano no va, tú tampoco—amenazó Simone a su hijo mayor.

— ¡Mamá! Es una fiesta y me han invitado, solo a mí—aclaró Tom.

—Os han invitado a los dos. Sólo tenéis 15 años, no me gusta que vayáis solos por la calle cuando ya es de noche—insistió Simone.

— ¡Joder!—murmuró Tom por lo bajo.

—Tom Kaulitz, estás agotando mi paciencia. Irás con tu hermano a esa fiesta, no hay más de que hablar—sentenció Simone.

Salió de la cocina dejando que sus hijos recogieran la mesa de la cena, entrando en el salón para esperar a que su marido regresase de trabajar y poder disfrutar de la casa para ellos dos solos.

—Tranquilo, que no te daré el coñazo en la fiesta—le dijo Bill a Tom.

—Eso espero—contestó Tom levantándose.

Cogió su plato y lo llevó a la pila dispuesto a fregarlo antes de que su madre le castigara sin salir por dejarlo sucio. Se concentró en su tarea, sin mirar como Bill se colocaba su lado y esperaba a que le dejase libre la pila.

—No sé porque quieres venir. Una fiesta no es tu sitio. No bailas, no bebes,… ¿qué vas a hacer?—continuó Tom con su enfado.

—Puedo hablar con Andreas—dijo Bill en voz baja.

— ¡Andreas! No creo que tenga tiempo para ti, estará muy ocupado—dijo Tom con una pícara sonrisa.

— ¿De qué estás hablando?—preguntó Bill desconcertado.

— ¡Joder, Bill! A veces no te enteras de nada…en la fiesta habrá chicas—explicó Tom con cansancio.

— ¿Chicas?—repitió Bill sin entender.

—Sí, chicas, esas personas que no te quieres follar—rio Tom a carcajadas.

Sintió como si le hubieran tirado un jarro de agua fría por encima. ¡ Tom riéndose de sus sentimientos! Solo porque le confesó que no se veía capaza de hacerlo, de que no era el momento.

Y él se lo echaba en la cara como si de una broma se tratara. Apretó los labios y dejó caer el plato que llevaba en las manos, rompiéndose en la pila en la que Tom fregaba y reía.

— ¡Cuidado!—gritó Tom dando un salto.

—Eres un cabrón—le escupió Bill a la cara en cuanto le miró.

Se dio la vuelta enojado y salió de la cocina antes de que el capullo de Tom se riera de las lágrimas que iba derramando. Echó a correr escaleras arriba mientras se pasaba las manos por las mejillas. Entró en el baño y en la seguridad de sus paredes rompió a llorar amargamente.

Sin dar la luz, se apoyó en el lavabo, mordiéndose los labios para que no se le escaparan los sollozos y los oyera Tom. ¡Reírse así de sus sentimientos! Todavía no lo había hecho con ninguna chica, porque no quería, porque no lo sentía…

En cambio miraba a los chicos y algo en su interior le hacía cosquillas,….miraba a Tom y se le cortaba la respiración…

Sacudió la cabeza, tenía que dejare de pensar de esa manera, si hasta le daba empezando a dar miedo…

Extendió una mano y dio la luz, viendo que su maquillaje se le había corrido. Suspirando resignado se recogió el pelo y se lavó la cara, para volver a maquillarse de nuevo.

&

— ¿Qué ha sido ese ruido?—preguntó Simone volviendo a la cocina.

—Se me ha caído un plato—mintió Tom a su madre.

Nunca había visto a Bill en ese estado. Solo era una broma, y se lo había tomado muy mal. Incluso había visto cómo se deslizaba una lágrima lentamente por su mejilla.

Comenzó a recoger los cristales con cuidado de no cortarse, aunque en el fondo sabía que se lo tendría bien merecido, obtener algo del dolor de su hermano que él mismo le provocaba.

Terminó y secándose las manos a la camiseta subió corriendo las escaleras para cambiarse de ropa y tratar de hacer las paces. Entró en su habitación y con cuidado de no tirar su gorra se cambió de camiseta. Con eso ya estaba listo, no como Bill, que se tiraría media hora en el baño, más otra media eligiendo el vestuario.

Y hacia el baño se encaminó, parándose ante la puerta, con una mano levantada a punto de llamar cuando la puerta se abrió de repente, dejando ver a Bill ya preparado.

— ¡Ah! Has tardado poco—dijo Tom sorprendido.

Pasó a su lado sin contestarle, solo evitando mirarle. Pero un solo segundo le bastó a Tom para ver que aunque su maquillaje estaba impecable, sus ojos estaban muy brillantes, señal de que había estado llorando.

Le siguió hasta su habitación, en la que se coló antes de que le cerrase la puerta.

—Me voy a cambiar de ropa, espera fuera—ordenó Bill sin girarse.

—Vamos Bill, que soy tu hermano—dijo Tom con una sonrisa.

—Por eso mismo—murmuró Bill muy bajito.

— ¿Qué?—dijo Tom sin entender.

—Nada, que tú mismo—rectificó Bill andando hacia el armario.

Con los ojos Tom fijos en él, comenzó a escoger la ropa que se iba a poner con mucho cuidado, pero ¿para qué? ¿A quién iba a querer impresionar?

La única persona a la que lo haría se encontraba detrás de él, riéndose de sus sentimientos, no dándose cuenta del todo el daño que le hacía. Sus crueles palabras, sus miradas,…sus dulces sonrisas que todas las mañanas le regalaban…

—Date prisa, ya llegamos tarde—le sacó Tom de sus pensamientos.

—Sí, no hagamos esperar a las chicas—murmuró Bill enojado.

Cogió la primera camiseta negra que vio y quitándose la que llevaba puesta sin despeinarse se la puso. Miró sus pantalones y decidió que esos mismos le valdrían, así como el calzado.

Cerró el armario y se giró, tropezándose con la mirada de Tom. Se quedó parado sin saber qué hacer, sintiéndose incómodo bajo su atenta mirada.

— ¿Tom?—le llamó en un susurro.

Pero Tom ni se inmutaba, seguía sin apartar su mirada de Bill. Ni siquiera pestañeaba, ni si quiera le oía cuando le llamaba. Solo le vio unos segundos la espalda y eso sirvió para que se perdiera. Nunca se había fijado en lo pálida que era su piel, sabiendo que era muy suave y queriendo tocársela para comprobarlo.

—Vamos a llegar tarde—dijo Bill chasqueando los dedos ante sus ojos.

Eso le hizo reaccionar. Pestañeó con fuerza y logró desviar la mirada avergonzado. Se dio la vuelta y salió de la habitación sin molestarse en saber si le seguía o no. Bajó las escaleras y se despidió de su madre que se encontraba de nuevo en el salón.

—No volváis muy tarde, y cuidado con lo que bebéis—les advirtió Simone saliendo a despedir a sus hijos.

—Es una fiesta, habrá bebidas y no creo que sea agua—rio Tom por lo bajo.

—Bill, por favor vigila a tu hermano, que no se pase bebiendo—pidió Simone a su hijo pequeño.

—Déjale que lo haga, ya verás lo bien que se lo pasa mañana con la resaca—murmuró Bill mirando a su madre.

—Prometo no beber—dijo Tom viendo que su madre estaba a punto de no dejarles ir.

Se apresuró y le besó en la mejilla a modo de despedida, viendo que Bill hacía lo mismo. Salieron a la calle y comenzaron a caminar hacia la casa vecina en la que se haría la fiesta.

Continuará… 

por lyra

Escritora del fandom

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