Y tras un milenio sin actualizar, he vuelto para terminar con este fic. Espero les guste.
«Believer» Fic TWC de MizukyChan
“… vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño”
(Hechos 20:29)
Capítulo 17: Lobos con piel de oveja
A la mañana siguiente, el primero en llegar al hospital fue John, cargando un bolso con ropa de cambio para Thomas, no alcanzó a tocar el botón del ascensor cuando una mano le sujetó por el hombro, haciéndole dar un respingo.
—Tengo que hablar con usted y con el sheriff —dijo Donna Johnson, la enfermera del turno de noche—. Se trata del Padre Kaulitz —su voz era seria y su semblante duro.
—¿Le ha pasado algo?
—No todavía, pero si no lo protegen como deben, le pasará algo más terrible que caer en manos del asesino —sentenció la mujer con verdadero enojo.
El padre Morgan arrugó el ceño y preguntó—. ¿De qué está hablando?
—Lo diré sólo una vez —dijo la mujer—. Avíseme cuando llegue el sheriff. Tengo un informe que llenar.
John tragó pesado y respondió—. Lo haré.
Donna caminó rápido por el pasillo del hospital, dejando a John con una sensación de angustia en la boca del estómago. Presionó el botón del ascensor varias veces, sintiendo que debía ver con sus propios ojos que Thomas estaba bien.
Cuando llegó al tercer piso, volvió a apretar el ceño al no ver rastros del policía asignado a la vigilancia de su amigo. Caminó por el corredor hasta la habitación de Thomas y miró por la ventana, como dormía, procedió a recorrer todo el piso, buscando al guardia, pero no lo encontró, retrocedió sobre sus pasos hasta la habitación C35 y entró, dejando el bolso sobre una silla.
—¿Thomas? —llamó, tocando la frente del joven, quien dormía, pero apretaba los ojos, como si nuevamente estuviera viviendo una pesadilla—. Thomas, despierta. Es sólo un sueño.
El Padre Kaulitz sacudió la cabeza, pero no podía despertar. Morgan se preocupó, recordando las palabras de la enfermera y decidió salir de la habitación en busca de apoyo.
Corrió por el pasillo, hasta las escaleras, y bajó un piso, donde se encontró con el hombre de uniforme que vigilaba la habitación de Mandy Sheppard.
—¿Oficial? —habló fuerte y claro, llamando la atención del policía, quien se acercó hasta él, asintiendo con la cabeza para hacerle saber que lo había oído—. ¿Qué ha pasado con el oficial del tercer piso?
El hombre ladeó la cabeza—. ¿A qué se refiere? O-Conell debería estar en su puesto.
—¿O-Conell? —Preguntó el padre, intentando recordar—. ¿No era Sullivan quien estaba a cargo de Thomas?
—Sí, Rick Sullivan estaba asignado, pero llamó antes del cambio del turno de noche, porque sufrió un problema digestivo, solicitó un sustituto, pero no se fue del hospital hasta que Alfred O-Conell llegó. Lo sé, porque yo entré al turno de noche junto a él.
—Pues no está en su puesto —declaró Morgan con un tono bastante preocupado—. ¿Mitch ya llegó?
—No —respondió el oficial—. El sheriff se quedó en la estación hasta tarde anoche. Se supone que hoy vendría la oficial Smith al primer turno.
—¿Puede preguntar si ya está aquí? ¿O a qué hora va a llegar?
El oficial asintió y giró, presionando un botón en su radio, conectando de inmediato con la estación de policía. Hizo las preguntas necesarias y giró un poco preocupado.
—Van a contactar con el sheriff para que venga de inmediato. O-Conell no se ha reportado.
—¿Qué?
—Debió dar un informe hace una hora.
Morgan apretó las manos en puños—. Thomas —dijo con los dientes apretados. Corrió directo a las escaleras, seguido de cerca por el policía, quien seguía hablando por radio, pidiendo al guardia de seguridad del mismo hospital que subiera a proteger el cuarto de Mandy, mientras él aseguraba el tercer piso.
—¡Espere! —Gritó el policía, antes de que el sacerdote abriera la puerta.
Morgan se detuvo con la mano en el pomo y retrocedió cuando el hombre sacó su arma de servicio e hizo un gesto para que le dejara entrar primero. La habitación estaba vacía, salvo por Thomas, que seguía dormido. No había nada extraño, nada nuevo, salvo por el bolso que John había dejado sobre la silla sólo unos minutos atrás.
Thomas gruñó en sueños y Morgan llevó toda su atención a él—. ¿Thomas? —Lo llamó, sacudiéndolo un poco, pero nuevamente el intento fue en vano—. Thomas, despierta.
El oficial terminó de revisar la habitación, cerrando la puerta del baño y el pequeño closet, giró y miró preocupado al sacerdote que movía con brusquedad al paciente.
—¿Qué sucede?
—No despierta. Recién lo moví y tampoco despertó.
—Llame a la enfermera —ordenó—. Buscaré a O-Conell.
John presionó el botón de emergencia y esperó, angustiado al ver como el rostro de su amigo se contraía, en lo que sabía era una horrible pesadilla.
Una enfermera llegó a los pocos minutos, junto a Donna, ambas arrugaron el ceño y se pusieron manos a la obra, controlando los vitales de Thomas. La mujer del turno nocturno terminó, dando una mirada a la más joven y mandó que fuera en busca de la doctora Mills, quien estaba a cargo del sacerdote.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no despierta? —Preguntó Morgan con voz dura.
—Me temía que algo así sucedería —respondió la mujer—. ¿Ya ha llegado el sheriff?
—Viene en camino —respondió John, acercándose a la rubia, que miraba con el ceño apretado al desmejorado paciente—. ¿Qué rayos ha pasado?
—Ayer revisé la tabla del Padre Kaulitz, nadie le suministró ningún calmante, ni sedante antes de que yo ingresara a mi turno, pero él dormía profundamente, salvo por sus episodios…
—Las pesadillas, entiendo —terminó John, sabiendo a qué se refería—. ¿Pero por qué no despierta?
—Es lo que quería decirle —la mujer dudó—. Me temo que lo han drogado.
—¿Qué?
—Anoche, justo antes de tener un altercado con el idiota que pusieron a vigilar el pasillo, le tomé una muestra de sangre. Los resultados deberían estar listos en un par de horas.
—Pero la tomó anoche —gruñó el cura—, ¿no deberían estar ya los resultados?
—Es un hospital pequeño, Padre, no hay mucha gente trabajando en turnos nocturnos, mucho menos en el laboratorio.
La puerta se abrió, sobresaltando a ambas personas. La doctora Mills entró, pidiendo a John que se retirara, mientras procedía a examinar a Thomas, quien seguía sin despertar.
John salió del cuarto y se apoyó contra la pared junto a la puerta. Cerró los ojos y soltó un suspiro profundo, elevando una oración silenciosa al cielo.
—¿Qué está pasando? —Preguntó una voz femenina.
John abrió los ojos y vio a Mary Ann acercándose con cara de pocos amigos—. Lo están revisando —respondió con voz tenue.
—¿Por qué?
—Parece que lo han atacado… otra vez —contestó el sacerdote, pasando una mano por su cara, se veía cansado, al punto de la extenuación.
—¿Atacado? ¿Y el guardia?
—Esta mañana llegué y no lo vi, pregunté al oficial del segundo piso y, tras consultar en la estación, dijo que O-Conell no se había reportado. Ahora mismo salió a buscarlo.
—¿Y qué hay de Thomas? —Insistió la oficial, mirando por la ventana como las mujeres del hospital se movían por toda la habitación, revisando y controlando al paciente.
—No despertaba, así que pedí ayuda. La enfermera del turno de noche dice que se temía algo así, dice que le tomó una muestra de sangre, que cree que lo han atacado. Pidió hablar con el sheriff.
—Yo hablaré con ella.
—Yo estaré presente —John sujetó el brazo de la mujer con autoridad.
—De acuerdo.
.
A los pocos minutos, la misma enfermera los guió al salón del personal del hospital, a esa hora no había nadie así que podrían hablar en privado.
—¿De qué quería hablar con el sheriff, señora…? —Preguntó Mary Ann, yendo directo al grano.
—Johnson, mi nombre es Donna Johnson. —La mujer la miró con el ceño apretado, pero luego asintió al ver que John le pedía que continuara—. Ya le había advertido al sheriff Pileggi sobre el chico —comenzó soltando un suspiro y apretando los puños—. Ese chico, deberían arrestarlo. Cuando consiga las pruebas yo misma voy a levantar cargos por acoso.
—¿Qué chico? —Preguntó John, ladeando la cabeza.
—Ben, el amigo de Mandy Sheppard.
La enfermera procedió a relatar lo que había sucedido la vez anterior, cuando descubrió a Ben posiblemente besando al sacerdote. John comenzó a pasear por la habitación, sintiéndose impotente y cabreado.
—¿Fue por eso que creyó que el Padre Kaulitz podría ser atacado? —Preguntó Mary Ann, con las manos apretadas en puños.
—Le pedí al sheriff que protegiera al Padre tanto como hacía con Mandy, pero no me hizo caso —se quejó.
—Sí pusieron un oficial en el piso —interrumpió Marry Ann.
—Sí, pues el oficial no estaba ahí cuando Ben decidió atacar otra vez —reclamó la mujer, sin evitar mostrar su desagrado.
—¿Otra vez?
—Anoche, justo antes de que iniciara mi turno, subí al tercer piso y como no vi al oficial, pasé por la habitación C35 y ahí estaba el chiquillo… —cerró los ojos y golpeó a mesa con un puño—. Lo estaba tocando.
—Santo Dios —gimió John, deteniendo sus pasos, quedándose completamente quieto.
—¿Hay evidencia de abuso? —Preguntó la oficial Smith, igual de impactada que el sacerdote—. ¿Le hizo daño? ¿Lo violó? —Preguntó tan rápido que la enfermera, tuvo que esperar para digerir las preguntas, antes de negar con la cabeza.
—No, no lo hizo. Cuando lo saqué de la habitación y lo llevé hasta la salida del hospital, sin encontrar ni rastro del oficial, regresé a la habitación a revisar al Padre. Estaba bien, no había señales de abuso, nada de marcas, si no lo hubiera visto con mis propios ojos, ni siquiera lo habría imaginado.
—Oh, por Dios —repitió John, sin salir de su estado.
—El Padre Kaulitz no fue violado, pero me temo que si no hubiese parado al chico, quién sabe lo que habría sucedido —terminó la mujer, tragando un nudo en su garganta—. ¿Quién le haría algo así a un hombre bueno como el Padre Thomas? ¿Quién es capaz de drogar a alguien para tocarlo en sueños?
—Una mente perturbada —respondió Mary Ann.
—¿Qué van a hacer ahora? —Preguntó Donna—. Espero que no pongan a ese oficial estúpido otra vez. Cuando lo vi por la noche, lo regañé por no estar en su puesto y ¿saben qué me dijo?
—¿Qué?
—Que el bello durmiente no sabría nada. Que “ojos que no ven, corazón que no siente” —dijo con sarcasmo—. ¿Pueden creerlo? —La mujer estaba furiosa y John también.
—Me encargaré personalmente que el oficial O-Conell reciba una carta de amonestación por su comportamiento —afirmó Mary Ann—. Gracias por la información que nos ha dado.
—Oh, antes de que me vaya —dijo la enfermera—, le comenté algo a una amiga sobre el chico, Ben, ella rió recordando que hace poco lo había visto en un control médico, al parecer el chico había contraído una alergia genital y estaba muy avergonzado por ello, le pidió al doctor que no avisara a sus padres.
—¿Podría conseguirme el historial médico del chico? —Pidió la oficial Smith.
—Por supuesto.
Salieron del salón los tres juntos y notaron el revuelo que había en la primera planta. Mary Ann caminó directo a un oficial en la entrada, mostrando su identificación.
—¿Qué ha pasado?
—Encontramos el cadáver de Alfred O-Conell.
& Continuará &
OMG, ni siquiera van a poder castigar al policía wn del tercer piso, porque ya está muerto. ¿Alguien imagina quién lo hizo? Chan, chan, chan…
PD: Gracias a Aurora, quien fue la última persona en comentar el fic, pidiendo que continuara. Ya vez, linda, nunca dejo las cosas sin terminar.
Esto se pone más complicado.
Por un lado creo que en cierta forma a Bill le conviene que la atención y sospechas caigan ahora sobre Ben y así con esa distracción él puede estar cerca de Tom (dentro de lo que cabe porque obviamente reforzarán la seguridad) el otro punto es que no sé si ahora no sólo deben de tratar psicológicamente o clínicamente al chico porque además su vida corre peligro, Bill no descansa. ..
Me encantó que volvieras a la escritura con este fic! Me urge saber lo Qué pasó con Bill de niño y si Tom corresponde a sus sentimientos.
Muakkkk! ♥
Mi querida Ady, yo también estoy muy feliz de haber vuelto a escribir esta historia, no sabes como me picaban los dedos una vez decidí ponerme a escribir jijiji.
Como siempre, no puedo darte adelantos de lo que pasará, pero sí te aseguro que sabremos qué pasó la noche del incendio, lo sabremos tarde o temprano. Por el momento sólo tengo que decir que tengo ya varios capítulos, así que esto no termina todavía, chan, chan, chan…
OMG !!! buenisimo que hayas continuado con este hermoso fic …. la trama es tan atrapante …. ahora espero que se sepa que fue lo que pasó en el pasado con Bill y Tom …. gracias por actualizar. Besos ! continua porfisss.
Por supuesto que sabremos ocurrió en el pasado de los chicos, sólo hay que tener paciencia hasta que Tom recuerde todo… Muchas gracias por tu apoyo. (MizukyChan)
Dnsbavaavahasv ya ya ❤️ Estoy tan feliz de volver a leer esta historia es una de mis favs sin duda :3 aunque me pierdo en algunos asuntos por el tiempo sin leer quizás me pase a leerla de nuevo para entenderla al 100 como antes :3 gracias como siempre muy buen trabajo besos
Es cieeto, me tardé forever en volver a retomar este fic, pero dale una vuelta a los últimos capis y ya volverás a entender todo. MUAK, gracias por seguir leyendo y comentando.
Yey! Muchas gracias *0* Tengo varias teorías sobre lo que pasa pero no contaré nada, me gusta seguir descubriendo. Gracias por mencionarme, fue muy lindo de leer. Sigo al pendiente.
Gracias a ti, porque el volver con este fic me ha dado más fuerzas para seguir en el fandom.
Me alegro de leer eso, a mi prácticamente los fics son lo único que me mantiene en el fandom u.u
No puedo creer que volvio believer. amo esta historia. Me pongo al dia y te comento bien.