Fic Toll de Miss Anunnaki

Capítulo 47

El día después de su cumpleaños, el pelinegro fue a trabajar con tremenda resaca, y no solo él se encontraba así, todas sus compañeras estaban malhumoradas debido a que habían dormido poco pero no iban a negar que la habían pasado realmente bien en la fiesta de Bill. Se notaba que el ambiente estaba denso, hasta el gerente se quedaba dormido en cualquier lado, por suerte no había muchos clientes, y no había gente con mal genio.

La hora de salida se le acercaba, se sentía agradecido por eso, entonces comenzó a despedirse de sus compañeras mientras que refunfuñaban porque aún no les llegaba el turno para irse, fue a buscar sus pertenencias y como un rayo veloz se cambió. Cuando salió detrás del mostrador, se encontró con su chico, quién tenía un osito de felpa con un corazón que decía te amo. Se acercó a él y le dio un beso corto en los labios, el chico de rastas saludó con la mano a las chicas y ellas le sonrieron. Los dos salieron tomados de las manos, les importaba una mierda si había gente que no aceptaba su relación, no tenían que agradarle a los demás para que los aceptaran.

Se subieron al auto de Tom, el pelinegro le miraba, ¿Cómo era posible que él estuviera tan reluciente? Claro, el chico de rastas no había bebido hasta caerse antes de ingresar a la habitación, se había moderado.

— ¿Cómo ha estado tu día? —le preguntó el chico de rastas un poco tenso, sabía que debía decirle sobre el viaje de trabajo, si no lo hacia ahora, no sabía qué le iba a deparar después.

—Uf, fue el infierno. Jamás me dolió la cabeza tanto como ahora —le contestó el pelinegro sobándose la frente con el entrecejo fruncido. —Lo bueno es que ahora voy a poder dormir todo lo que resta del día y mañana voy a estar lúcido, ya lo veras.

Le sonrió mirándole, Trümper estaba concentrado en la posible respuesta que le podía dar su novio si le llegaba a decir sobre el viaje; le desanimaba tanto que tuviera que separarse durante un mes o más, dependiendo de las reuniones que se tuvieran que emitir en ese jodido viaje, y no quería saber tampoco la reacción; tal vez armaría un tremendo escándalo solo por estar distanciados unos cuantos y extensos días de verano.

—No lo dudo. —dijo el de rastas fingiendo una sonrisa, relamió sus labios y echó un suspiro, era ahora o esperar hasta que se fueran a dormir, y eso dificultaría las horas de sueño del pelinegro, aunque podía mentirle y … No, tenía que decirle la verdad ahora. —Ah… Hay algo que debo decirte.

El pelinegro le observó algo extraño, de pronto la voz amistosa de su chico se había tornado seria y algo indiferente, como si tuviera asco de decir esa frase. Tragó saliva y se acomodó en su lugar, el vehículo frenó debido a que el semáforo estaba en rojo, Tom dejó que sus pesadas manos cayeran sobre sus rodillas y se quedó mirando el volante unos momentos, eso comenzó a molestar un poco a Bill, no sabía porqué creaba tanto espacio.

— ¿Qué sucedió? —se acercó un poco para observarle mejor.

—Bueno… —bufó y levantó sus ojos para enfocarse en los de su chico, él le sostenía la mirada con total preocupación y curiosidad por saber. —Tengo que hacer un viaje, en dos semanas, lejos y no podremos ir de vacaciones porque justo te dan los tuyos en dos semanas, y yo los tengo cuando regrese de ese viaje.

Lo dijo tan rápido que el pelinegro tuvo que procesar esa información, así que tardó un rato en comprenderlo, movió su cabeza en señal de confusión y adoptó una sonrisa molesta. Abrió su boca pero no sabía qué iba a decir, era como si aún seguía intentando comprender lo que le había dicho hacia instantes.

—O sea… ¿Las vacaciones se van a la mierda? —preguntó en un tono perseverante. —O sea… ¿Adiós Paris?

—Lo lamento, en verdad. —dijo apenado. —Yo quería pasar esas lindas vacaciones contigo, pero… Mira el lado bueno, me darán una buena gratificación por eso y verás que podremos ir en Julio o Agosto, depende de cuando vuelva.

—Espera, espera… A ver si entendí. —Dijo el pelinegro intentando no apurarse con lo que tenía en su mente, pero le era imposible, ¿Acaso se iba por un mes o más? ¿Cómo era posible? No quería estar lejos, pero creía que tampoco podía estar cerca, sabía que ese tipo de viaje consistía en no conocer una mierda de la ciudad a donde debían asistir para las constantes reuniones, y que si él le pedía para acompañarle se terminaría volviendo a la semana siguiente, porque no soportaría que le ignorara solo por tener que ir de un lado a otro. — ¿El viaje puede tardar mucho? ¿No te voy a ver por cuanto tiempo? ¿Un mes, dos?

—Quiero llevarte conmigo, en verdad lo deseo pero no quiero que andes encerrado ni tampoco que estés solo. —Suspiró. —Juro que quiero que estés conmigo, pero…

Tocaron bocina desde el vehículo de atrás, Thomas miró el semáforo y se encontraba en verde. El pelinegro se concentró en mirar la ventana, se apoyó en el asiento de mala gana. Estaba molesto, pero no con Thomas, sino por el idiota de su jefe por cagarle las vacaciones; lo habían estado armando por varios días y ahora se presentaba ese percance.

El chico de rastas apretó el acelerador y siguió el viaje, se sentía aliviado de decirle, pero por otro lado se sentía preocupado y apenado por haberle dicho, no quería que a causa de eso empezaran otra discusión, no quería pelearse de nuevo.

Si antes le dolía la cabeza al pelinegro, con esa noticia ahora tenía ganas de vomitar y la cabeza le taladraba. Cerró sus párpados intentando no ponerse peor o todo se iba a ir al demonio, no tenía porqué enojarse con su chico, él no tenía la culpa; trabajo era trabajo, él lo sabía muy bien. El sacrificio a veces era lo mejor, porque luego se te recompensaba por tus logros.

Exhaló el aire, no quería estar de vacaciones y encontrarse encerrado en el departamento, no quería estar solito en su descanso.

—Bueno, voy a pedir que me muevan las vacaciones hasta que tú vuelvas. —le dijo con un tono de voz que no era de enojo ni fastidio, eso sorprendió un poco al chico de rastas, él pensaba que lo mandaría a la mierda por eso pero el pelinegro era muy comprensivo, y siempre pensaba las cosas antes de hablar.

— ¿Estás hablando en serio? —preguntó sin creerlo. Dobló a la derecha, ya estaba cerca del departamento.

— ¿Piensas que bromeo cuando hablo de vacaciones? —Lanzó una risita. —Por supuesto que hablo en serio. No quiero estar de vacaciones solo, quiero que nos vayamos juntos a descansar de nuestras tareas. En serio Tommy, si debo esperar lo haré.

Trümper se dirigió rápido a la cuadra del departamento, estacionó el vehículo y, sin previo aviso, se abalanzó sobre su chico y lo besó en los labios. Luego le dio un abrazo y Bill cerró sus párpados disfrutando de eso; sí, el pelinegro era muy comprensivo, tal vez por eso siempre terminaba con el corazón roto, daba todo de sí, entregaba mucha confianza y no recibía nada a cambio. Parecía como si se aprovecharan de eso, y se lo devolvían a modo de engaños y problemas.

Continúa…

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por MissAnunnaki

Escritora del Fandom

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