Fic Toll de Miss Anunnaki
Capítulo 51
Estaba llegando a las últimas notas, lo hacía como un profesional. Tenía los párpados cerrados y meneaba su cabeza de un lado a otro mientras se mordía apenas el labio inferior de sentir ese placer de tener la guitarra en su poder, deslizó la púa por las cuerdas, dando por finalizada la canción, estirando el brazo a lo lejos. Hubo un corto silencio luego de eso, el pelinegro sonrió y juntó sus manos para aplaudirle entusiasmado, él era el único público que ovacionaba desde la terraza del edificio en el cual vivía junto a su novio. Se puso de pie, exagerando un poco, y no dejaba de sonreír a Shannon.
— ¡Me encanta! —Exclamó aún más emocionado, siempre le cantaba la misma canción y jamás perdía su magia. Se habían juntado esa noche porque ninguno de los dos tenía algo que hacer, además, porque el baterista de Mars no iba a dejar solo a Bill después de que ese Biersack intentara robárselo de alguna manera.
—Ya estás ebrio. —comentó con una sonrisa, dejó la guitarra a un lado y paseó sus manos por sus piernas, frotándolas suavemente.
La noche era cálida pero las brisas veraniegas te mantenían en ambiente. Kaulitz volvió a su lugar ignorando el comentario sobre su estado, tenía una vaga sonrisa en la cara y sus ojitos se entrecerraban un poco; se sentó cruzado de piernas en la manta que habían tendido en el suelo, y agarró la botella que había estado bebiendo.
Leto hizo lo mismo con la suya, ambos lo alzaron en señal de brindis, asintieron sin dejar de mirarse, dando por definitivo el motivo de esa acción. Bill dejó escapar una carcajada y el otro tan solo le observó divertido, tal vez el pelinegro recordaba algo de ellos y por eso rompía en risas, ingirieron las bebidas al mismo tiempo y el chico del café terminó todo de un solo estar.
—Creo que ya deberías dejar de beber. —le decía Leto acercándose a él para quitarle la botella vacía de la boca de su amigo cercano.
— ¡Hey! —dijo con el entrecejo fruncido pero esa actitud la cambió por una sonrisa estúpida.
—Tu novio va a matarme —dijo entre dientes depositando la botella cerca de la suya. Enfocó la mirada en el pelinegro y se desmoronaba de risa, tenía las mejillas sonrojadas y se tapaba la boca con una mano para ocultar esa risa tan característica de él que solo mostraba cuando se encontraba subido de alcohol. Era contagiosa, no podías negarte a hacer lo mismo.
—Mi novio confía en ti, así que esto solo quedará entre nosotros. —decía con dificultad, sus palabras se arrastraban.
A Shannon le pareció algo morboso esa frase, pensó en muchas cosas que estaban prohibidas entre ellos debido a que ahora ya no estaban más juntos, y hasta podría aprovecharse de la situación si quisiera, pero tenía límites y el respeto hacía la promesa que le había hecho a Tom. Aunque tenía la opción de mandar todo al demonio y volver a retomar el pasado junto a Bill pero sentía que no iba a ser correspondido de la misma manera.
—Bien, creo que debemos irnos a dormir. —se dio cuenta de que el pelinegro enarcó una ceja de manera graciosa ante sus palabras, y arregló las cosas: —Me refiero a que tú irás a tu cama y yo a mi departamento.
Lo ayudó a levantarse ya que estaba muy pasado con el alcohol, colocó con mano sobre la cintura del pelinegro y lo atrajo a su cuerpo mientras subían para quedarse parados. Bill tenía su brazo por encima del hombro del baterista, se sentía pesado y liviano a la vez, era tan raro. Como pudo alzó la manta y la envolvió sobre su cuello, caminó junto con su amigo hasta tomar la guitarra y mandó a la mierda las botellas. Salieron de la terraza y fueron hacía el interior del edificio, transitaron por el pasillo hasta localizar el ascensor, Leto apretó el botón para llamarlo.
—Sabes… Tú y yo siempre vamos a estar juntos. —decía el pelinegro ladeando la cabeza. —No importa lo que suceda, siempre terminamos juntos de alguna manera. Míranos ahora.
El baterista rotó su cabeza hacia el rostro del chico del café, estaban muy cerca, podía sentir su respiración mezclarse con la suya. Era un momento realmente de tensión, tantas veces lo había tenido así de cerca y nunca podía contenerse, siempre terminaba besando sus labios, aún cuando ellos peleaban. Para Leto, Bill Kaulitz era una droga; una que era imposible dejar.
El pelinegro subió sus ojos para encontrarse con los de Shannon, su sonrisa se le expandió más y se inclinó lentamente hacía él. Leto no sabía qué hacer, lo prohibido era tentador, la carne era débil. Bueno, no había que decir mucho.
El pitido de que el ascensor había llegado los interrumpió antes de concretar el acto, se quedaron quietos en sus lugares. Ambos recapacitaron y el pelinegro se soltó del agarre para ingresar al cubículo, seguido de él fue Shannon. Nadie habló sobre lo que casi iba a ocurrir mientras descendían los pisos.
Cuando entraron al departamento, Leto dejó las cosas sobre el sofá mientras que Bill caminaba como un zombie hacia la habitación, pero detuvo sus pasos. El baterista comenzó a guardar sus cosas en los bolsillos, no había bebido demasiado porque tenía que conducir hasta su hogar.
—No te vayas. —escuchó la voz de Bill. —Quédate a dormir.
El otro le quedó mirando el cabello ya que no se giraba para verle, no comprendía lo que le estaba pidiendo. Era algo extraño, él era su ex, se lo había dejado en claro en miles de ocasiones. Shannon a duras penas lo aceptaba al principio pero ahora se mostraba maduro ante esa petición, y ahora que le pedía algo como eso no sabía como enfrentarlo. Aunque pensaba que se estaba haciendo mucho drama al divino botón.
—No creo que sea correcto. —le dijo la verdad.
—No estaríamos haciendo nada malo —le atajó Bill. —además, ni que fuéramos a dormir juntos.
La risita de Bill que apareció luego de eso fue tan pícara, sabía que eso era una broma ya que en todo el departamento había una sola cama matrimonial, la que antes utilizaba el pelinegro la habían vendido por Internet.
Leto suspiró profundamente, lo meditó unos segundos para terminar confirmando que se quedaría. Los dos fueron a la habitación, Bill se quedó tumbado boca abajo apenas apoyó su cara en la almohada, Leto aprovechó para darse una ducha. Cuando salió, vio a su ex novio todo desparramado por la cama, en una rara posición. Le sonrió, parecía un bebé durmiendo, se colocó la remera y caminó hasta sentarse al borde de la cama, extendió su brazo y con el dorso de la mano acarició la mejilla de Bill.
Recordó cuando solía verlo dormir por las noches, siempre se desvelaba debido a que le gustaba verlo descansar, era un momento único y se debía contemplar al ciento por ciento. Le barrió unos mechones que le tapaban el rostro y dejó que el mismo deslumbrara.
Tenía la opción de quedarse a dormir a su lado, de todas formas, no iba a suceder nada porque el pelinegro estaba muerto de sueño. Pero aunque quisiera hacer eso, el pacto que tenía con Tom le decía que solo debía estar ahí para cuidarlo, nada más.
—No importa cuanto tiempo pase… —Susurró él sin dejar de mirar al pelinegro. —Yo siempre voy a estar para ti. Sea bueno o malo el momento, yo estaré ahí para cuidarte.
Se acercó a él y se inclinó para dejarle un beso sobre su frente, al separarse el pelinegro se movió un poco. Shannon tomó las sábanas y lo cubrió bien, luego salió de la habitación cerrando la puerta sin hacer ruido, se dirigió al living, estaba claro que iba a dormir en el sofá. Se acomodó como pudo y cerró sus párpados, pensó en Bill un momento y luego el sueño hizo el resto.
Continúa…
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