Fic Toll de Miss Anunnaki

Capítulo 57

Como un desesperado le siguió, él descendió las escaleras para alcanzarle más rápido, ni él mismo sabía cómo era que tenía esa agilidad para descender las escaleras del infierno, sentía que su corazón se le salía de la boca con cada escalón, tenía un revoltijo en el estómago que no podía describir con exactitud. Llegó antes que el ascensor y le dio algo de tiempo a recuperar un porcentaje de aire, se acomodó la sudadera que tenía y se preparaba mentalmente para el encuentro con su novio, porque aún lo era, porque no habían hecho oficial la ruptura.

El timbre que anunciaba que estaba en la planta baja se escuchó, Thomas suspiró profundamente, las puertas se abrieron y se encontró con el pelinegro, que le miraba algo atónito pero luego frunció las cejas adoptando esa mirada enfurecida, y dolida. Revoleó los ojos y quiso pasar, salió del cubículo pero el chico de rastas no le dejó avanzar, ya que se paró frente a él.

—Quítate. —le dijo en un tono severo, eso le dolió en el alma a Trümper, que le hablara de esa manera significaba el fin de algo tan hermoso. —Vete, aléjate de mí, no quiero estar contigo.

—En serio, mi amor, no quería… No quería… —decía suplicando, intentaba no quebrarse, quería mantenerse fuerte pero Bill le ponía tan frágil que temía romperse.

— ¿No querías, qué? —Puso una mano sobre su cintura, como esperando algo. — ¿Qué se la metieras?

Exhaló el aire resignado y se quedaron mirando a los ojos, el chico de rastas entendió que no podía hacer algo como para remediar las cosas. Adoptó esa posición de macho dominante y su rostro cambió por completo, si el pelinegro estaba tan seguro de terminar todo, él iba a ser el primero en hacerlo.

— ¿En serio quieres esto? —preguntó serio. El pelinegro se estaba impacientando. — ¿Después de todo lo que vivimos? ¿Después de que te amé tantas veces?

—No vengas con frases absurdas porque ya lo he escuchado antes. —decía adrede, recordando cuando sus ex novios le decían cosas similares con tal de que permaneciera a su lado un poco más. —Tom, no quiero sufrir más, no quiero que me usen y después se vayan con el primer par de culo y tetas que vean.

Hablaba con tanta naturalidad, pero por dentro se estaba muriendo. Luego de haber sufrido en la casa de su mejor amiga, recordar lo que ella le había dicho le hacía mantener su postura, demostrando que era fuerte. Aunque quería tirarle de todo e irse a la mierda, él actuaba con toda madurez, y la verdad era que ya estaba acostumbrado a que lo engañaran, por más feo que fuera.

—Lo lamento, en serio, lo lamento tanto. —las súplicas de Thomas eran tan hirientes, Bill parpadeó repetidas veces en un intento de disipar esas lágrimas delatoras que amenazaban con salirse de las glándulas lagrimales. —Haría lo que fuera para que me perdones, pero por favor, no te vayas.

Bill apretó sus labios, las cejas se pusieron tensas. No, no debía llorar.

—Me rompiste el corazón, ¿Qué quieres que haga? ¿Que te perdone y ya? —negó con la cabeza. —No, no es así de fácil.

— ¡Entonces termina, termina esto de una buena vez! —esos ataques repentinos de Trümper aparecieron y el pelinegro retrocedió unos pasos debido al cambio de actitud, le quedó mirando algo sorprendido y tragó saliva. — ¡Si tú no valoras todo lo que hemos pasado, entonces todo lo que he hecho fue en vano! Terminaré esto de una buena vez, total, tú nunca vas a ser amado como corresponde.

Se quedó con la boca abierta, no podía creer el ataque de sinceridad que tenía Thomas para con él, estaba seco, inmóvil, con esas palabras atravesándole el pecho.

— ¡Y no te pasarían estas cosas si tan solo dejaras de andar por la vida haciéndote amiguitos por doquier, como ese Andrew, ese Shannon y todos los demás! —le echó en cara todo lo que tenía cargado en su espalda. — ¿Piensas que no me doy cuenta? ¿Piensas que me trago el cuentito de «amigos por siempre»? ¿Piensas que soy idiota al no darme cuenta en la manera en que miras a Shannon? ¿La manera en la que le sonríes? ¿La manera en la que le hablas? ¿La manera en la que te sientes tan conforme estando a su lado?

— ¡Estás perdiendo la cabeza! —dijo en su defensa, intentando borrar esas palabras de su cabeza. Era inaceptable e increíble, Thomas estaba celoso, todo ese tiempo estuvo celoso. ¿Porqué le había mandado entonces a que Shannon lo cuidara? ¿Acaso era una prueba tentativa? ¿Acaso quería probarlos? — ¡Deja de inventar estupideces! ¡Entre él y yo no hay nada, solo somos amigos!

Thomas se echó una terrible carcajada y dio una vuelta sobre sí mientras intentaba calmar los humos pero no podía, estaba que hervía de celos, de impotencia por no saber como mierda hacer para que el pelinegro no se fuera de su vida.

— ¿Sabes qué? —dijo son una sonrisa desafiante. —Ya encontré más motivos para dejarte.

Se acercó a él rápidamente y lo tomó de las mejillas, le plantó un beso forzado, sin pasar más allá de esos movimientos provocadores; un beso inocente, potente, que derrochaba tantas cosas negativas. El pelinegro le quedó mirando a los ojos mientras intentaba apartarlo, sintió un sabor agrío en sus labios, sentía que ese beso no era con amor: era seco, insignificante y frío. Lo empujó y se quedaron mirando, Thomas se limpió los labios con el dorso de su mano en un intento por borrar la evidencia de ese último contacto, se mostraba serio, con esa mirada intensa que podía matarte, con esas cejas que te intimidaban.

—Espero que tengas una perfecta vida. —dicho eso, pasó por su lado y tomó el ascensor; Bill quedó estático en su lugar, sus labios comenzaron a temblar al caer en la cuenta de lo que había sucedido. Ese beso era todo lo contrario al primero, todo lo opuesto, lo menos imaginado.

Sus ojos de apoco comenzaron aguarse, el nudo en la garganta apareció de repente. Su nariz se congestionó de inmediato y las lágrimas comenzaron a salir, Thomas le había terminado, le había dado el último beso, y ese mismo había sido un pinchazo al corazón. Lloró en silencio en el vestíbulo, ni siquiera sabía si los vecinos del primer piso le habían escuchado, habían gritado tan fuerte que tal vez el edificio entero ya sabía de la ruptura.

Al calmarse un poco, siguió con la idea y decidió abandonar el edificio, al estar en la vereda miró a su alrededor. Hacía bastante frío y no sabía donde mierda ir.

¿A dónde podía alojarse?

Continúa…

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por MissAnunnaki

Escritora del Fandom

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