El amor nunca muere (Psicofonía de amor) 20

No quiero adelantar acontecimientos, solo aclarar que he tratado de escribir el fic tal y como yo lo veia en mi mente, que siempre me he guiado del video de «Psicofonia» de Gloria Trevi y que si el final es algo lioso, ved el video y a lo mejor os haceis mejor una idea de cual fue mi intencion a la hora de escribir.

Capitulo 20

Lo primero que hizo al abrir los ojos fue buscar a Bill con la mirada. Se asustó al no verlo tumbado a su lado en la cama, pero nada más incorporarse sintió que le abrazaban por la espalda.

—Bill—suspiró con los ojos cerrados.

—¿Te he despertado?—preguntó Bill besándole en el hombro.

—No importa—contestó Tom sonriendo.

—Tenemos todo el día por delante, ¿qué quieres que hagamos?—preguntó Tom alzando una ceja.

—¿Tienes que preguntarlo?—preguntó Bill imitándole.

Obtuvo una carcajada como respuesta y antes de que se diera cuenta ya estaba bajo Tom. Sus cuerpos desnudos se frotaban bajo las sábanas, sus labios se buscaban hambrientos y una vez se encontraron se fundieron en un profundo beso.

—Mmmmm…mi amor….—susurró Bill alzando las caderas.

Se aferró a su cuerpo, bajó las manos y las puso sobre las nalgas de su amado, empujándolo hasta que le sintió dentro. Contuvo el aliento y sin dejar de moverse al ritmo que Tom marcaba alcanzó la cúspide de placer.

—Te quiero—susurró entre jadeos.

—Te quiero mucho…Bill…—murmuró Tom con los ojos cerrados.

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—Te quiero….te quiero….

—¿Con quién habla?—preguntó Simone mirando a su marido.

Llevaba casi una hora pegada al cristal de la ventana desde la que espiaba a su hijo, amordazado con una camisa de fuerza en la habitación acolchada en la que se encontraba. Le habían trasladado a ella desde que se tomara esa drástica decisión en vista que su estado no mejoraba. Y desde entonces no se separó de su lado, atenta a cada uno de sus movimientos y palabras.

—Hablará con Bill—contestó Gordon carraspeando.

—Bill…—repitió Simone resoplando.

—Todo pasa en su cabeza—explicó Gordon—Nada es real, pero para Tom es como si lo fuera y no atiende a razones.

—¿Y qué podemos hacer?—preguntó Simone entre lágrimas.

Gordon miró a su mujer suspirando. No sabía por donde empezar para ayudar a su hijastro, como hacerle ver que ese mundo en el que estaba sumergido era solo imaginario.

—Doctor Trümper—llamó una enfermera.

Gordon se volvió y cogió la carpeta que le tendía. La abrió y tras leer unos párrafos soltó una maldición por lo bajo.

—¿Qué pasa?—preguntó Simone alarmada.

—Yo…busqué por Internet toda la información sobre la casa de al lado—contestó Gordon muy serio—No hallé nada nuevo y esta mañana le pedí a una enfermera que siguiera buscando y lo que me acaba de traer…

—Dímelo, por favor—suplicó Simone—Tengo que saber a lo que se enfrenta mi hijo.

—Ya sé quién es Bill—dijo Gordon arrugando la frente—Al parecer fue un criado que vivió en la casa hace años, y aunque en esa época no estaba bien visto tuvo un romance con el hijo de los dueños, Tom Kaulitz.

—Tom—repitió Simone conteniendo el aliento.

—Tom Kaulitz se casó con la hija de una familia vecina y le rompió el corazón a Bill—siguió explicando Gordon—Pero nunca dejó de amarle y Tom lo intentó, hasta que llegó el día en que no pudo más y le mandó una carta cortando del todo esa relación que mantenía. A la mañana siguiente Bill apareció muerto y cuando Tom se enteró cayó muy enfermo. Sus padres hicieron todo por él, se lo llevaron lejos pero…

—¿Pero…?—animó Simone sin atreverse a respirar.

—Pero murió también—susurró Gordon—Hay notas del médico que le atendió, antes de abandonar la casa decía que escuchaba a Bill hablarle y llamarle, y él le contestaba. Cuando sus padres se lo llevaron Tom le llamaba entre lágrimas repitiendo siempre las mismas palabras. Que le esperase.

—Y Bill lo hizo—dijo Simone mirando a su hijo—Esperó y esperó encerrado en esa casa hasta que mi Tom llegó y creyó que…

—Para Tom Bill es muy real—aclaró Gordon—Debió de leer lo mismo que yo en Internet y quedó afectado por la historia. Pensó que él era ese Tom y que veía a Bill en la casa de al lado.

—Pues tienes que ayudarlo—ordenó Simone sin mirarle—Tienes que convencerle de que Bill no es real y solo está en su mente, que nosotros le queremos mucho y nunca jamás le dejaremos.

Gordon asintió en silencio, pensando que eso mismo sería lo que pensara los padres de Tom Kaulitz. Hicieron todo lo que estuvo en sus manos para que su hijo se curara, pero solo consiguieron que muriera con una gran pena en su alma.

¿Y si pasaba lo mismo? ¿Y si no lograban que reaccionara y Bill de nuevo se lo llevaba?

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Dos días después el estado de Tom no mejoraba. Se pasaba el tiempo sentado en el suelo con la mirada perdida. No reconocía a la gente que le hablaba y suplicaba entre lágrimas que reaccionara. No sabía que su madre lloraba desesperada, o que sus amigos le fueron a ver y quedaron afectados con su estado.

—No soporto verlo así—susurró Andreas entre lágrimas.

Gustav y Georg se miraron confusos, jamás habían visto llorar a Andreas con tantas ganas, como si pensara que su vida no tenía sentido sin Tom a su lado….

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—Tom…

Abrió los ojos y sonrió. Bill estaba arrodillado a su lado, en esa blanca habitación donde le tenían encerrado.

—¿Cómo has llegado aquí?—preguntó con un hilo de voz.

—Hallé las fuerzas necesarias para abandonar la mansión—explicó Bill cogiendo sus mejillas entre las manos.

—Lo siento mucho—susurró Tom rompiendo a llorar.

—Tom…amor mío—llamó Bill mordiéndose el labio—Si de verdad me amas, ven conmigo esta vez.

—Te amo con toda mi alma—dijo Tom firmeza.

Bill rompió a llorar sin poder evitarlo, se acercó y le besó con suavidad en los labios. Tom cerró los ojos…y cuando los abrió sus ropas habían cambiado. Llevaba una camisa de seda blanca de manga larga y unos pantalones negros. Vestía unas botas marrones altas y llevaba bien peinado sus trenzas largas.

Bill también estaba cambiado, ya no estaba tan pálido y demacrado. Sus ojos brillaban como nunca bajo esa sombra marrón que llevaba y su pelo estaba sedoso. Alargó una mano y cogió un mechón que se llevó a la nariz y aspiró. Olía tan bien como recordaba.

—¿Tom?—llamó Bill sonriendo.

Asintió y cogiendo la mano que le tendía se levantó. Se abrazó con fuerza a su cintura y juntando los labios con los suyos siguió el beso desde donde lo habían dejado, cerrando los ojos ante esa luz cegadora que de repente inundó la habitación, sin percatarse que se elevaban en el aire y flotaban por la estancia…

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Al tercer día Tom empeoró. Apenas comía o bebía y tuvieron que sedarle para atarlo de nuevo a una cama y ponerle un suero para que no se deshidratase. Pero…llegaron tarde…

Tom apenas abría los ojos. Solo sonreía, incluso cuando separó los labios y dejó escapar su último aliento…

—Te quiero mucho, amor mío…—susurró sonriendo.

EPILOGO

Dos meses después de la inesperada muerte de Tom Trümper, sus afligidos padres se fueron del pueblo, no podían vivir allí rodeados de los recuerdos de ese hijo al que no pudieron hacer nada por salvarlo. La antigua mansión siguió siendo usada por los jóvenes más arriesgados, incluso algunos afirmaban que ya no escuchaban voces, ni gritos ni lamentos. En su lugar, habían sido sustituidos por gemidos y suspiros…y risas llevadas por el viento…

FIN

Dije de hacer un video, tenia hasta la cancion escogida y que luego use para otro, y al final pense en no hacerlo, pero una vez mas me acorde de otra cancion preciosa y en vez de un video hice 2, porque no quedaba bien mezclar imagenes con los clips que tenia por aqui guardados por si al final me decidia y hacia el video…

Bueno, y ahora tras este rollo que os he soltado, os dejo los enlaces y como siempre, muuuuchas gracias por leer, y si quereis comentar, hacerlo. (decidme que me he pasado con el final…que el Bill del pasado se tenia que haber re encarnado y asi todos contentos….esto se me acaba de ocurrir ahora…¿final alternativo?….no creo, desde el principio quise que el fic terminase asi y asi lo he escrito)

Bueno, que me voy por las ramas como siempre, los enlaces para las que los querais ver:

https://www.youtube.com/watch?v=-P4-e1enZB8

http://www.youtube.com/watch?v=kzA2oZN0B9s