Fic TWC de lyra
5: Deja de soñar
Estaba teniendo un maravilloso sueño cuando de repente su cuerpo fue sacudido con violencia, apenas consciente de las palabras que le llegaban a sus oídos.
Abrió los ojos asustado, pero enseguida reconoció a los que le estaban mirando fijamente y su expresión cambió….tantos años sin verle y seguían siendo los más dulces que jamás había visto.
Vio que le soltaba y trataba de alejarse, pero actuó con rapidez y levantando los brazos le cogió fuertemente por la espalda y le acercó a sus labios, apoderándose de los suyos que por la impresión estaban ligeramente separados.
Ahogó un gemido y comenzó a besarle suavemente al principio, frotándose contra esa lengua que no sabía qué hacer…o eso parecía, porque segundos después le devolvía cada caricia recibida….cada gemido escapado…
Tom no lo pudo evitar…la primera impresión por el beso de Bill dejó paso a una pasión que le fue subiendo por el cuerpo y le hizo responder al beso. Comenzó a frotar la lengua contra la suya, a gemir de la misma manera que Bill gemía…
Bill le cogió la cara con ambas manos e hizo el beso más profundo sin poder evitarlo, introduciendo la lengua en su boca y cerrando los ojos, saboreando en su mente ese beso que pudo no llegar a repetirse nunca…
— ¡Chicos! ¿Estáis despiertos?
La voz de su amigo se hizo paso en sus oídos y eso logró hacerle reaccionar. Tom abrió los ojos con pesar y vio la expresión que tenía Bill en la cara. Nunca antes le había visto tan relajado y descansado… ¡y todo por un beso!
Escuchó que llamaran a la puerta con insistencia y se movió con rapidez. Se levantó de golpe de la cama, se deshizo del agarre de Bill quien continuaba con los ojos cerrados. Corrió hacia la puerta y la abrió de improvisto.
— ¡Joder!—exclamó Georg dando un salto.
—Perdona—se disculpó Tom avergonzado.
Salió de la habitación y cerró la puerta tras él. No quería que su amigo entrase y pillase a Bill en una situación comprometida, quizás con cierta erección producto de un magnífico beso…
¡Pero que estaba diciendo! Eran hermanos, y se habían besado….estaba mal…era pecado, era…. ¡otra broma de Bill!
— ¿Continua dormido Bill?—preguntó Georg sin entender la expresión que lleva en su cara.
—Sí, y más le vale seguir así—contestó Tom de mala manera echando a andar hacia las escaleras.
Bajó por ellas con paso decidido, pensando que si Bill se levantaba en esos momentos del bofetón que le daba le mandaba volando a la cama. Que se quedara en ella, con la compañía del bueno de Lucian, aquel que había logrado empalmarle con solo nombrarlo.
—Buenos días—le saludó el Sr. Marline cuando pasó por su lado.
Levantó la mirada y le correspondió con una sonrisa, fijándose en la parte de la casa en a que se encontraba. No recordaba haber pasado por ese pasillo el día anterior. Miró las paredes, todas decoradas con antiguos retratos y como ya le sucediera a Bill se paró ante uno que le llamaba con insistencia.
—Carmel—murmuró levantando una mano.
Tocó la tela antigua en donde estaba pintado el retrato de una joven chica con una expresión muy triste en la cara. Fijó los ojos en los de ella y ahogó un gemido al ver en ellos los de Bill.
— ¿Se encuentra bien?—preguntó preocupado el Sr. Marline.
—Si…he dormido mal—contestó Tom confuso.
Ya no sabía que pensar. Sus ojos eran parecidos, y esa expresión…era como la que Bill solía llevar cuando pensaba que nadie se daba cuenta. Dejaba de sonreír y la tristeza se reflejaba en su cara.
¿Por qué estaba tan triste? ¿Por qué nunca le dijo nada?
&
— ¿Bill?—llamó Georg a la puerta.
Pero no obtuvo respuesta. Tom le dijo que aún dormía, pero si no se levantaba ya se perdería el desayuno. Además, querían aprovechar y salir a dar una vuelta antes de que se pusiera a llover, pues había amanecido nublado.
—Baja a desayunar, ya le despierto yo—se ofreció David tras él.
Georg asiente y bajó corriendo al comedor tras haber olido el rico aroma de bizcochos recién hechos.
David sonrió al verle echar a correr, y llamó a la puerta de la habitación poniéndose ya más serio. La noche anterior casi no pudo dormir, preocupado por sus cambios repentinos de humor. Por más que Tom le aseguró que era estrés y cansancio, él temía ver algo peor….
—Adelante—escuchó la adormilada voz del cantante.
Giró el manillar y entró, viéndole recostado en las almohadas con los ojos aún cerrados y bostezando.
— ¿Has pasado buena noche?—preguntó sin poderse contener.
—Muy buena—contestó Bill con una amplia sonrisa.
— ¿Vas a pasarte todo el día en la cama, no bajas a desayunar? —preguntó de nuevo David.
—Ojala. Así no tendría que ver su cara—murmuró Bill sin pensar.
David arrugó la frente sin saber a qué se refería. Entonces miró la manta que había sobre una de las butacas y una idea cruzó por su cabeza.
—No me digas que os habéis vuelto a pelear—dijo con pesar.
Bill asintió con la cabeza y girándose en la cama le dio la espalda y se puso a mirar por la ventana, mordiéndose los labios al ver el cielo tan nublado.
—Va a llover—comentó al aire.
—Sí, y si queremos salir a pasear es mejor que nos demos prisas—dijo David.
—Sabe que me da miedo las tormentas, y aun así me deja solo…—se lamentó Bill.
—Aún no está lloviendo, y no estás solo—le hizo ver David.
—Siempre lo estaré—susurró Bill levantándose de la cama—Ese es mi destino.
Pasó al lado del productor sin mirarle y entró en el baño a arreglarse.
David miró la puerta del baño por donde había desaparecido, arrugando la frente preocupado. Pensaba que tras pasar una noche descansada, se levantaría como el de siempre, protestando por todo, incluso porque hubiera amanecido nublado.
Pero no, seguía comportándose igual de raro que el día anterior, diciendo cosas sin sentido y sin venir a cuento.
— ¿Has visto al capullo de Tom?—preguntó Bill saliendo de repente del baño—Me ha estropeado una sombra de ojos y…
— ¡Gracias!—exclamó David mirando al techo.
Y sin decir nada más salió de la habitación dejando que el cantante hablara con la pared de enfrente. Esa era la respuesta, habían peleado y por eso actuaba de esa manera. Prefería tener que intervenir y separarles de una pelea que verle ir por la casa como si de un sonámbulo se tratara.
Llevaban casi media hora desayunando cuando el cantante decidió unirse a ellos, sentándose al lado del productor todavía visiblemente enojado por lo que le había hecho Tom.
— ¿Y Tom?—preguntó al darse cuenta de que no estaba.
—La Sr. Marline me ha dicho que desayunó en la cocina con ella hace ya una hora—explicó David tendiéndole un plato de bizcochos.
—Se estará escondiendo de mí el muy capullo—gruñó Bill cogiendo un bizcocho con rabia—Sabe que no me guste que me toque las cosas, y que si me rompe algo que me lo diga antes de ponerme furioso….
—Le ha roto una sombra de ojos—explicó David a los demás, que miraban confusos.
— ¿Y por eso te enfadas?—rio Georg.
La mirada que le dirigió el cantante le hizo encogerse en su asiento. Se le había olvidado que con sus cosas no se juegan, y menos se bromeaba. Un día le manchó sin querer una de sus camisetas y al írsela a poner para un concierto le dio una buena pataleta al verla.
— ¿Y qué tal has dormido?—preguntó Gustav para cambiar de tema.
—De maravilla, como un bebé—explicó Bill cogiendo otro bizcocho y llevándoselo a la boca—Incluso tuve un sueño que…
Dejó de hablar, con el bizcocho a punto de rozarle los labios. Lo dejó caer y se tocó los labios con la punta de los dedos, sin poder reprimir el gemido que escapó de ellos.
— ¿Bill?—llamó David otra vez preocupado.
— ¿Qué has soñado?—picó Georg riendo.
—Que me despertaban con un beso—contestó Bill en voz baja.
Pero sus palabras fueron escuchadas en la mesa, y también por Tom, que en esos momentos atravesaba la puerta, parándose de golpe al oírlas. ¿Se lo soñó? ¿Le besó porque aún seguía dormido?
Esa sería una buena explicación, ¿no?
—Vaya, vaya….alguien se ha despertado de muy buen humor—rio Georg guiñando un ojo al cantante.
Todos rieron con él, incluso Tom, que lo hizo muy nervioso.
— ¡Tom!—exclamó David al verle—Por fin has aparecido. Si ya habéis terminado, podemos ir a dar ese paseo.
Todos asintieron y se levantaron, riendo al ver como Georg se guardaba un par de bizcochos para el camino. Antes de salir por la puerta esperaron a que David terminase de hablar con la Sra. Marline, quien le explica cuál sería la mejor ruta para ese día, haciéndoles prometer que regresarían antes de que comenzara a llover.
— ¿No llevamos paraguas?—preguntó Bill una vez fuera de la casa.
Decidieron ignorarle y se pusieron en marcha, disfrutando del paisaje sin escuchar más sus comentarios.
Al cabo de media hora sus pasos les dirigieron hasta el pueblo más cercano, pero no entraron en él. Decidieron dar media vuelta y por el camino se fueron distanciando. David y los demás dejaron muy atrás a los gemelos, conscientes de que tenían que hablar entre ellos y aceleraron el paso para darles más tiempo.
—Entonces…fue un sueño—dijo Tom sin poderse contener.
— ¿Cómo?— preguntó Bill confuso.
—El beso, no fue real—aclaró Tom.
— ¡Ah! Pues si lo parecía, pero estaba solo en la habitación, ¿quién me iba a besar si no?—rio Bill con naturalidad.
Tom le imitó y se metió las manos en los bolsillos, dando una patada a una piedra que halló en el camino. ¿Estaba molesto porque creía que era un sueño? ¿O por qué le gustó el beso?
— ¿Por qué no dormiste conmigo?—preguntó Bill de repente.
Se paró en seco meditando sus palabras. No podía decirle que lo hizo porque se sintió raro, y más tarde ofendido al descubrir que era una broma suya…porque lo era, ¿verdad?
— ¿No recuerdas lo que pasó?—preguntó a su vez esperando que la respuesta fuera un rotundo “no”.
—Estaba dormido—explicó Bill sin más.
—Sí, claro….es que te movías mucho y dabas patadas—dijo Tom lo primero que se le viene a la mente.
—Vaya, siento haberte echado…haberme despertado y me acomodaba mejor a tu lado—rio Bill antes de echar a correr.
Tom se quedó dónde está, escuchando la risa de Bill que el viento llevaba a sus oídos, viendo como su suave pelo se movía al compás de sus pies….de sus caderas…viendo cómo se alejaba de él y comenzaba a llover.
— ¡Tom!— llamó Bill sin dejar de correr—Vamos, sabes que me dan miedo….
Y echó a correr tras él, llegando a su altura y sin mediar palabra le cogió por la cintura y tiró con suavidad al suelo, cayendo sobre un montón de hojas secas que hicieron de improvisado colchón.
Rodaron sobre ellas hasta que por falta de aliento se detuvieron y jadearon.
—Tom….el pelo…mi ropa…. —protestó Bill riendo bajo su cuerpo.
—No fue un sueño—susurró Tom acercándose muy despacio—Fue real….tan real como es que te amo…
Y antes de que se lo pueda impedir, Tom besó esos labios que no habían dejado de sonreír.
Continuará…
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😮😗😗😗😗😗 y lo hizo!!! Como reaccionará Bill ????