Fic TWC de Melody Fliegen

Capítulo 2: Uke o Seme

By Bill

Nuevamente esperando mi cumpleaños con mí hermano. Hacía cuatro años que nos habían puesto en habitaciones diferentes, como un “regalo”. No pudimos replicar ni negarnos, era un regalo bien impuesto, aunque nosotros desde el día de nuestro cumpleaños número doce ya no queríamos estar separados… ese jueguito que descubrí fue lo que nos llevó a querer…

Flash Back

Me había quedado fuera de clases de Naturaleza sin mi intención, había estado jugando mucho tiempo en los juegos del colegio, y aunque corrí no alcancé a llegar.

Vi a Tom con sus cuadernos en las manos y a mi amigo Andreas ingresar al aula. Y yo, afuera por haber llegado tarde a una clase.

¡Nunca me había pasado! Nunca más jugaría a las escondidas con un chico mayor que yo, ni siquiera se habían molestado en buscarme… y solamente me había escondido bajo los juegos plásticos, un lugar bastante visible.

No podía faltar a una clase, no me gustaba la idea. Necesitaba aprender, necesitaba escuchar a mi profesora, que me enseñara, no podía quedarme afuera del aula… simplemente iba en contra de mi mente, de mis pensamientos.

La profesora cerró la puerta en mi rostro. Sin importarle que yo le golpeara la puerta hasta casi romperla, comenzó su clase sin mí, mientras todos mis compañeros me miraban divertidos por lo que me había pasado… no lo era para mí.

Resoplé sintiéndome totalmente culpable, me sentía un poco sucio, para qué negarlo, pero no había sido mi culpa. ¿Ahora a dónde iría?

No había sido tan malo… ¿por qué no me dejaban entrar? Era primera vez que llegaba tarde… y no tenía permiso… ¡Fueron sólo unos segundos! Nunca más le volvería a llevar un muffin. Ya vería…

Intenté quitarme la culpabilidad y comencé a caminar por las aulas, todos estaban dentro de las clases, sin tomar en cuenta al chico que caminaba como zombie fuera de ellas… con solo once años no quería ser considerado un rebelde. No lo era. Nunca lo sería.

Una sala tenía las luces apagadas, era la sala de los grandes, tenían como catorce o quince años, ¿por qué tenían las luces apagadas? ¿Ellos también tomaban una siesta como nosotros cuando terminábamos nuestros trabajos o cuando no nos interesaba la clase que estaban pasando? Generalmente cuando las clases se volvían aburridas, me dormía, eso sí me gustaba hacer… ¿Me dejarían entrar a dormir con ellos?

Me acerqué a ella y me encontré con unas letras proyectadas en el pizarrón, ¡wow! Era genial, en nuestra clase no usaban proyector todavía aunque todos nosotros conocíamos el funcionamiento de esa cajita. Me asomé sin ser visto a la sala de los chicos y leí: “La Sexualidad en la Adolescencia”.

Con suerte entendí lo que decía esa frase, un par de palabras sueltas pero apenas, quedé extrañado, y por eso decidí pegar mi orejita a la puerta para ver si algo podría escuchar sobre ese tema tan grande que salía allí.

Me concentré tanto que logré comenzar a escuchar el habla del profesor…

Supongo que todos los presentes aquí conocen los famosos sueños húmedos, o lo han experimentado por primera vez. Hombres, ustedes chicas todavía no, tocaremos su tema más tarde — ¿Sueños húmedos? Eso a mi me sonaba a soñar con agua… no era bonito hacerse pis en los pantalones luego de esos sueños – como ya saben, eso es muy común en la adolescencia, sueñan con cosas que les provocan excitación, y se levantan experimentando su primer sueño sexualmente activo, que les provoca un orgasmo, y como su nombre lo dice, amanecen húmedos por el semen… —¿semen era sinónimo de pis?— algo normal en los adolescentes…

Lo sabemos profesor, no es algo del otro mundo…

Gracias Listing… no necesitaba su aporte tan productivo – habían retado a Georg, yo lo conocía y no le molestaba meterse en problemas, en la sala hubieron risas generales, hasta a mí se me escaparon risitas que tuve que callar para seguir escuchando al profesor – ahora pasamos al tema personal que creo que les gusta a ustedes, lo que les divierte y los relaja, que toman como un juego ¿divierte y relaja? Yo necesitaba eso – lo que los excita – conocía esa palabra, pero tenía que buscarla en algún diccionario para saber su significado… que mal que era un pésimo buscador en diccionarios. Sabía que no lo buscaría solamente por un poco de flojera – consiste en tocarse el lugar más sensible de su cuerpo…

¿puedo decir cuál es profesor? – William, otro chico que conocía, habló como si se estuviera riendo, al parecer el profesor le dijo que sí, ya que luego dijo – es el pene. – wow, eso sí lo conocía, era lo que mami había explicado sobre nuestro cuerpo a Tom y a mi un día en la bañera, Tom no le había tomado mucha importancia, como si hubiese sido un tema del que ya tuviese conocimiento, en cambio yo escuchaba atento a mi madre. Sabía lo que era eso… — alias amiguito, el…

¡Suficiente Müller! – jeje, “amiguito”.

Perdón… jajaja…

Bueno terminaré la explicación rápidamente… — yo quería relajarme, así que escucharía los pasos para hacerlo bien – se comienzan a tocar allí hasta que logran llegar a la erección – esa palabra no la conocía – y luego expulsan el semen, llegando al orgasmo o momento de excitación máxima – ¿para relajarse había que hacer pis? Entonces debía ir al baño – creo que todos conocen el nombre de este “Juego” como a ustedes les gusta llamarlo…

A mi no me interesaba el nombre de ese juego… yo quería hacerlo para saber qué se sentía. Llegué a los baños. Me metí a un cubículo, ya que decían que era algo personal, y me desabroché mis pantalones para luego bajarme los bóxers.

Miré a mi amiguito, y con una de mis manos me lo tomé… se sintió extraño, toda mi columna se enfrió y me puse nervioso. Ahora debía tocarme, no sabía cómo hacer eso… tocarme de qué modo…

Decidí cerrar los ojos y sólo dejarme llevar, quería relajarme… experimentaría hasta encontrar la forma de tocarme que me haría hacer pis. ¡oh! Entonces, si cuando orino mi mano…

Con mi mano rodeé mi miembro y comencé a moverla de arriba hacia abajo, tocándome de un modo que me hizo cerrar los ojos mientras sentía como me endurecía… ¿eso era erección? Entonces llegaría pronto a lo que había explicado el profesor, ¡Sí!

Seguía tocándome pero esta vez más rápido, haciendo que mi otra mano me tuviera que sostener para no caer, mis piernas estaban temblando, y yo me sentía muy extraño, pero me gustaba, era algo rico lo que sentía.

Cerré los ojos y di un grito cuando sentí que veía las estrellas por un momento, era como si me hubieran dado un golpe, pero un golpe muy agradable… me gustaba lo que sentía. Mi respiración era irregular, y me sentía cansado y relajado… me gustaba esa nueva sensación, pero mi manita estaba manchada con algo de textura rara… eso no era pis… pero no me importaba…

Supe que en ese momento tenía que mostrárselo a Tom, era algo que nos divertiría a ambos, yo se lo haría sentir a él, y el lo haría conmigo, sería un juego divertido, se lo mostraría ese mismo día, antes de nuestro cumpleaños, pero no diría que lo había descubierto el mismo día, o no lo aceptaría… y yo quería saber qué se sentía que otra persona lo hiciera…

Fin Flash Back

Mi hermanito le había puesto nombre a ese juego un día después de nuestra escena juntos, no sé por qué, pero le había puesto masturbación, no sonaba muy atractivo, pero si se llamaba así, ni modo, así le habían puesto los expertos quizá, porque no era algo que sólo nosotros hiciéramos, según el profesor, lo hacían todos los hombres…

Ese día lo haría, siempre un día antes de nuestro cumpleaños me lo hacía, cada año con más pasión, y los otros días lo hacía también, pero un día antes de nuestro cumpleaños siempre era especial, porque cada vez me enseñaba cosas nuevas.

El profesor también le había llamado masturbación, y por fin pude saber lo que era el semen cuando lo explicó ante toda la clase, pude conocer palabras que no conocía, claro que ese fue el mismo año en que con Tom habíamos tenido nuestra experiencia, esas cosas se hablaban desde pequeños… o simplemente se buscaban en Internet, pero yo hacía cosas más interesantes en él que buscar significados de palabras obscenas, discordes de acuerdo a mi edad. Fue algo divertido y no pude evitar recordar el día que había escuchado al mismo profesor hablarle al curso de Georg sobre lo mismo, con la misma explicación… era chistoso, eran dos lecciones iguales pero para distintos cursos, nosotros notoriamente más pequeños en ese entonces, pero ahora lo entendía mejor, y Tom también me contó que gracias a eso había entendido más, pero lo había dicho riendo, divertido. Cuando le pregunté por qué se reía, me besó los labios de improviso como a mi me gustaba, uniendo nuestros cuerpos con lentitud mientras él me agarraba el cabello, y me dijo que no importaba, un chiste personal.

Siempre nos besábamos, pero con una condición impuesta por Tom, nadie podría vernos, debía ser un secreto, lo había dicho desde el primer día en que habíamos descubierto eso. Ni siquiera mamá, y menos papá, podían saberlo. Me lo había repetido millones de veces, y yo sólo logré entender por qué había dicho eso cuando en clases de Sexualidad comenzaron a hablar de la homosexualidad y del incesto como algo prohibido. Con Tom estábamos haciendo algo no aceptado por la sociedad, y él lo sabía…

Yo conocía lo que era la homosexualidad , tenía claro que yo pertenecía a ese estilo, ya que ninguna chica me parecía atractiva, sólo las encontraba bonitas, pero no me atraían como lo hacía Tom conmigo, tenía una esencia especial. Sabía totalmente que yo era gay, pero no sabía que era algo que la sociedad prácticamente odiaba.

Pero el incesto, los reyes siempre se casaban con sus hermanas para no perder su sangre. Pero ahora en el presente no era aceptado. Claro, los reyes podían disfrutar porque eran importantes y nosotros no. Para mí eso era discriminación. Simple y pura discriminación, uno se acuesta con quien se le dé la gana, y que se jodan los que no les gusta.

Me dolió oírlo en su momento, pero ahora era algo sexy para mí. Me provocaba una especie de rebeldía, me sentía partícipe de algo peligroso. Me empezaba a gustar el peligro, sobre todo si era con mi hermano.

Perfecto, un secreto más. No me importaba si con eso Tom me seguía tocando, me había vuelto adicto a sus manos, que parecían expertas cuando me tocaban, sabían perfectamente dónde tocar, como si ya hubiese hecho eso mil veces. Desde el primer día Tom se mostró como un experto, como si se hubiese anticipado a mis actos.

El hecho de que estemos haciendo incesto, que estemos en rompiendo todas las leyes que rigen la sociedad actual, me provoca una sensación tan… excitante…

Gracias a Internet sabía muchos temas que me ayudaban con Tom, había visto exactamente dos videos sexuales. No de heterosexuales, ni de homosexuales. Era yaoi, el dibujo japonés de relación entre hombres era interesante, ¿cómo mierda podían hacer tan bien esos dibujos? Sobre todo cuando estaban las imágenes sexuales. Mis favoritas eran las románticas, cuando los chicos se daban besos o simplemente se abrazaban, pero no podía evitar aceptar que las partes sexuales me daban cosquillas en mi pancita y un poco más abajo.

No podía evitar preguntarme cuándo Tom haría eso conmigo. La primera vez decían que era importante para las personas, eso lo había leído en Internet, todos decían que la primera vez era la más importante y que se debía hacer con la persona que uno considera más importante en su vida como pareja. Tom y yo no éramos pareja, pero nuestra relación se parecía bastante a la de los chicos de las series de anime.

Las clases de chicos yaoi que existían me impresionaron en su momento, en una página de fanáticos de esos dibujos aparecían los diferentes estilos descritos. Eran tres:

Seme: en una relación sexual es el que penetra o “el que da”. Llamado activo. Es de una actitud masculina y dura.

Uke: en una relación sexual es el que es penetrado o “el que recibe”. Llamado pasivo. Es más sensible y romántico que el seme.

Suke: Es el intermedio entre uke y seme. Puede tener una pareja tanto pasiva como activa, ya que en el ámbito sexual puede ejercer ambos papeles.

En Alemania se les llamabas pasivos, activos y modernos.

¿Cuál me consideraba yo?

Quizás si le preguntaba a Tom, él tendría la respuesta, aunque tengo el vago pensamiento que yo soy más sensible que Tom. Y me gusta bastante que me toque, lloro cuando se debe llorar, río cuando se debe reír… soy normal. Y tengo que admitir que la primera vez que vi uno de los videos, experimenté cómo sería tocarme con mis dedos mi retaguardia tal y como lo había visto en éste. ¿Seré uke? Es una posibilidad… factible.

Tom ya estaba conmigo para esperar nuestro cumpleaños y darnos nuestro regalo carnal de dieciséis años pronto. Estábamos ambos en mi habitación. Quizás hoy me daría un poco más, o me dejaría tocarlo. Siempre era yo el que tenía que dejarme tocar, no me molestaba, pera nunca había tenido algún tacto con mi hermano, nunca había sido yo el que pudiera hacerle algo. Simplemente no me dejaba. Como si fuese algo prohibido.

Quizás hoy…

Cerré la laptop cuando noté la mirada de Tom penetrante frente mío. No es que no lo tomara en cuenta, pero estaba viendo una serie realmente interesante, “Junjou Romantica”, y no quería dejar de verla, era demasiado tierna. Pero la mirada de Tom, todo él, todo su maldito cuerpo de casi dieciséis años, un poco marcado por lo que podía ver cuando salía del baño… Dios mío me ponía muy, muy acalorado.

Dejé el notebook a un lado y miré a mi hermano fijamente, me mordí el labio y me acerqué a él con lentitud. Junjou Romantica tendría que esperar. Se acomodó en mí cama para mirarme mejor, con una mano detuvo mis pasos y me susurró:

—No, no podrías…

—No podría… ¿qué no podría hacer Tomi?

—No, no importa… quedan quince minutos… ¿vienes a mis piernas? – no pude evitar sonreír cuando mi hermano me hizo esa proposición. Me acerqué a él y nos miramos por un segundo antes de que Tom me agarrara con sus brazos y me pusiera entre sus piernas. Sonreí mientras le besaba los labios, mordiéndolo con fuerza para que me gruñera solo como él sabía hacerlo, poniéndome totalmente a su merced.

—¿cuándo me vas a dejar tocarte Tomi?

—Nunca… — susurró mientras ahora me besaba el cuello.

—Malo… — susurré mientras él sonreía y me dejaba una más de sus marcas en mi cuello, no era extraño que me dejara marcas llamativas en mi cuello y pecho, a veces me dolía cuando lo hacía porque prácticamente eran mordisco, pero luego me reconfortaba con sólo tocarme un poco. Era de su propiedad y no podía negar que me gustaba. Lo separé de mi cuello y lo miré a los ojos, necesitaba hacerle la pregunta que me rondaba en la cabeza. Me miró con una ceja alzada y esperó a que le hablara – Tengo que hacerte una pregunta…

—Si me detuviste, tiene que ser importante – me miró e infló las mejillas. A veces sentía que actuaba, pero luego lo olvidaba –. Anda, habla.

—Supongo que conoces el término Seme y Uke…

—Mm… para serte sincero, no – susurró, alzando una ceja nuevamente, haciéndome suspirar, endemoniado sexy hermano…

—Bueno, en nuestro idioma, Activo y Pasivo, en una relación Homosexual… — sentí un pequeño rubor en mis mejillas. La pregunta que le haría era un poco vergonzosa.

—Ah… eso sí… — intentó besarme pero lo detuve, yo aún no terminaba – Dios Bill… no me digas que ves cosas por Internet… niño sucio… — me dijo mordiéndose el labio, tocándome las caderas…

—Eso no te incumbe… — le dije cortante, no quería que me descubriera.

—Eso es un sí… — suspiré resignado. Adiós a mi secretito… — ¿no quieres que empecemos ya? – me susurró atrayentemente, haciendo que por un minuto perdiera el hilo de mi mente y quisiera sólo seguir la suavidad de su voz. Pero en el instante en que me iba a besar el cuello, volví a mirarlo a los ojos, y alejé mi cuellito de sus dientes.

—Aún no hago mi pregunta… — le susurré con voz insegura, ¿realmente iba a preguntarle eso a Tom? ¿A mi hermano? Porque eso éramos, nada más que hermanos que se tocaban, ni novios, ni amantes, nada. Sólo hermanos. Ojala fuese distinto, pero él no quería formalidades, y si a mi me tocaba, no había problema, aunque en el fondo yo quisiera algo distinto… Me miró a los ojos esperando mi pregunta y me acercó más a su cuerpo, abrazándome por la cintura — ¿tú qué te consideras?

—¿En qué? – me dijo sonriendo, como si la conversación le hubiese entrado por un oído y le hubiese salido por el otro. A veces me cabreaba su forma de ser, como si yo no le importara en lo más absoluto. Pero sabía que no era así, que realmente me apreciaba, sólo le gustaba jugar conmigo.

—¿Pasivo o activo?

—¡Oh, eso!

—¡No! ¡Lo otro idiota! – exclamé con diversión, me gustaba que se enojara un poco, así se ponía un poco más cachondo al momento de tocarme. Se cabreaba un poco y listo, allí estaba mi Tomi. Me apretó con fuerza las caderas, conteniéndose de morderme, ya que yo se lo impedí poniendo mis manos en su pecho, necesitaba su respuesta.

—Oh… Obviamente soy activo Bill. ¿Creías que podría ser pasivo? – Dio una seca carcajada antes de mirarme con intensidad — Ni soñarlo.

—¿Y yo? ¿Qué crees que soy yo?

—¿No sabes Bill? ¿Realmente no te das cuenta? – me miró con una sonrisa un poco boba, como si se alegrara por algo. Cada vez que le decía algo un poco estúpido o con un poco de inocencia, ponía esa carita boba pero endemoniadamente sexy que realmente me ponía. Su mandíbula inferior se torcía un poco y con una sonrisa divertida sus ojos solían salirse de sus órbitas pero a la vez estaban totalmente controlados por la persona de mi hermano, como si siempre tuviese el control de todo. Como si fuera el dueño del mundo. Me volvió a mirar y me preguntó seriamente — ¿O quieres saber qué eres usándome como tu conejillo de indias?

—No lo había pensado… — dije poniéndome un dedo en el labio, subiendo mi mirada con inocencia, que lo hizo de nuevo sonreír como me gustaba – Realmente me gustaría saberlo, ¿qué crees tú?

—A ver… ¿Quieres que lo averigüemos ahora? – le sonreí y asentí energéticamente, acomodándome más en su cuerpo. No me dejaba nunca tocarlo, pero con un poco de suerte podía sentirlo a través de mi pantalón. – entonces tienes que responderme a una pregunta. Prométeme que me la vas a responder – salté un poquito cuando su mano bajó hasta tocarme una nalga, no pude hacer más que asentir y esperar su pregunta — ¿Te has tocado alguna vez…?

—Esa es una pregunta que creo que no es necesaria de responder, ya la sabes…

—No he terminado… – callé al instante, mejor no provocarlo, al parecer no andaba para juegos. — ¿Te has tocado alguna vez tu trasero?

—Cuando me ducho creo que sí… me tengo que lavar mis nalgas o sería antihigiénico, y sabes que eso no me gusta… — solíamos ser directos y un poco descarados cuando se trataba de esas cosas, no nos daba vergüenza hablarnos así, era normal, cosas de hermanos.

—Bill, creo que entiendes mi pregunta – dijo alzándome una ceja y tocándome ahora con ambas manos mi trasero. Me estremecí.

Sinceramente sí entendía su pregunta, pero quería hacerme de rogar. Como ya lo había dicho, me gustaba que se cabreara – A ver… ¿cómo te lo digo más fácil? Mm… ¿Alguna ves te has penetrado con algo el trasero? – rápidamente su mano se introdujo a través de mis pantalones y mis bóxers, pero esta vez no por delante como siempre lo hacía… ahora me estaba tocando atrás. Me sonrojé, había sido bastante directo, sin preámbulos – como con tus dedos, por ejemplo… — demasiado directo…

—Bueno yo… — “sí… ya lo he hecho” quería decirle que me gustaba, pero antes de decir nada me dijo con una sonrisa lujuriosa:

—Averigüémoslo, ¿quieres?

Y sin dejarme responderle o siquiera asentir, con una de sus manos me tomó con fuerza el trasero y con la otra buscó mi entrada. Sí, sabía lo que iba a hacer. Me susurró en le oído una sola palabra: “Boca”, y yo inmediatamente tomé su polera y me puse un pedazo de la tela en ella. Habíamos descubierto desde el primer día que yo era ruidoso, y bastante. Y a esa hora, con nuestros padres abajo, como siempre no era buena política ponerme a gritar de placer, sería un poco raro y, si subían, nos descubrirían…

Y eso sería definitivamente desagradable y horrible, no nos volverían a dejar solos… se cumpliría lo que ninguno de los dos deseaba…

Ojala fuese más fácil estar juntos, pero a veces que fuese así, incesto, prohibido, me excitaba demasiado, como ya lo había dicho… quizás por eso era bastante ruidoso…

Mordí la polera con fuerza cuando mi querido hermanito halló mi entrada y me empezó a acariciar con lentitud, sin penetrarme, solo provocándome mientras sonreía feliz haciéndome esperarlo. Inmediatamente comencé a sudar, el maldito no lo haría…

—Tomi… Tomi hazlo ya…

—¿Realmente lo deseas hermanito?

—Sí, sí… por favor hazlo ya… — movió sus dedos acercándome más a su cuerpo.

—Seguro…

—Si no lo haces ahora me saco esta polera de la boca y grito Tom…

—Sé que no lo vas a hacer pero, buen intento… por eso, mi querido juguetito… te ganaste mi aprobación…

—¿Ju…? ¡Ah! – emití un gemido que se silenció al morder la polera de mi hermano con fuerza. Fue de improviso y ni siquiera me dejó pensar en sus palabras… sus dedos estaban… — Tomi ah… más despacio, duele, duele… — realmente estaba siendo un poco bruto y dolía… pero luego al comprender que me hacía daño, comenzó a ser más suave.

—Mm… Bill no hagas eso… — de puro placer mi cuerpo se había comenzado a mover al compás del movimiento de mi Tom detrás de mí, moviéndome lentamente encima del cuerpo de mi hermano – Grr Bill no…

—¿No qué, Tomi? Ah… mierda Tom, duele… — estaba siendo un poco brusco ahí detrás nuevamente, como si estuviera castigándome por algo que no sabía que había hecho — estás bruto… Mm… sí… — sabía como satisfacerme el maldito, con un solo movimiento volví a moverme encima de él, haciéndolo gruñir. Sí, estaba haciéndolo sentir placer… y de paso él me hacía gemir como nunca antes, mientras la polera silenciaba un poco mis gemidos.

—Bill, Bill, ¿te gusta? Gr… — tres… sí, eran tres… ¡Oh sí! ¡Cómo me gustaba! – Dime Bill… — ¿cómo sería que me poseyera? Oh… ¿Te gusta? – asentí con mi cabeza antes de hablar.

—Ah… sí, sí Tomi… — me sentía sucio pero Tom era el único que sabía cómo tratarme… me seguí moviendo encima de él y sentí por primera vez algo nuevo…

—Entonces eres un Uke, mi Uke Bill… — Tomi estaba teniendo una erección gracias a mis movimientos encima suyo – Ya Bill… no lo hagas…

—Mm… Tomi ah…

Le comencé a gemir en el oído mientras yo sabía que estaba a punto de llegar a mi clímax, gracias a lo que hacía en mi trasero, estaba más que excitado…

—Bill, la polera, ya…

Rápidamente me puse la tela en la boca nuevamente y, un segundo después me corrí en mis pantalones mordiendo con fuerza la polera de Tom para no gritar. Mi garganta podría sufrir bastante si gritara como lo deseaba. Quizás podría ser cantante, tenía bastante pulmón, y no era desafinado… lo pensaría…

Nos separamos y ambos nos recostamos en la cama, respirando agitados, había sido el momento más intenso para ambos. Tenía el cuerpo cansado y lo único que quería era dormir en ese momento.

—Eres un sucio Uke Bill — sonreí

—Feliz cumpleaños, idiota activo… — gruñó mientras yo no podía hacer más que sonreír como idiota.

—Te odio Bill, ¿sabías eso?

—No Tomi, no te mientas…

Y con una última risa, Tom se fue a su pieza dejándome solo. Sin siquiera darme un beso de despedida.

Continúa…

Gracias por la visita.

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Publico con autorización del autor

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