«Fic TOLL de lyra»
Capítulo 26
Nada más leer el mensaje por encima del hombro de David, Tom le arrancó el papel de las manos y se lo quedó estudiando. Era como los demás anónimos, un mensaje corto y directo, nada de amenazas sutiles.
—Joder…—murmuró tragando con esfuerzo.
—Bill se está pasando—comentó David resoplando.
—No me creo que haya sido Bill—dijo Tom con firmeza.
—Es verdad, se me olvidaba que dudas de mí—señaló David ofendido.
—Tenía mis sospechas, pero tras lo que me has contado…
—Es la verdad, tienes que creerme—insistió David—¿Qué adelantaría yo matando a Bill? Aunque ya no trabaje directamente para él, parte de sus beneficios van a parar a la discográfica y ahí está mi sueldo. Piénsalo, Tom. Sería una estupidez, mandar yo mismo los anónimos y avisar a la policía, es como ir directamente al matadero.
Tuvo que darle la razón, esa teoría se caía por su propio peso. Aún así, no pensaba quitarle los ojos de encima. Ya no podía fiarse de nadie del entorno de Bill, y en esos momentos estaba a solas con una simple maquilladora…
Echó a correr a la zona acortinada doblando el último anónimo y guardándoselo en el bolsillo trasero de sus pantalones. Pasó al lado de Gustav, que hablaba con otro miembro del equipo técnico y corrió la cortina de un fuerte tirón.
—¡Tom!—gritó Bill dando un bote.
—¿Y Natalie?—preguntó mirando a ambos lados.
—Terminó su trabajo y se fue al baño—explicó Bill sin saber el porque de su estado—¿Ha pasado algo?
Le miró antes de contestar, se le veía aún agitado por el susto que le había dado…o porque pensaba que le había pillado e iba a pedir una explicación…
No, no tendría que pensar así. En el poco tiempo que llevaba a su lado, lo conocía lo suficiente para saber que él no se había mandado los anónimos a sí mismo. No, era de locos. Aún recordaba cuando le pasaron su historial con la foto, como vio un miedo intenso reflejado en sus ojos. No, David estaba equivocado, Bill jamás haría una cosa así.
—Todo va bien, perdona—murmuró Tom retrocediendo un paso.
Dejó caer la cortina y localizó a Gustav yendo en su dirección. Se adelantó y le cogió con firmeza del brazo, llevándoselo a un aparte.
—¿Pasa algo?—preguntó Gustav asustado.
—Necesito hablar con un chico del equipo de Bill—explicó Tom en voz baja— Es moreno con ojos verdes, lleva una sudadera negra y vaqueros…y un piercing en la nariz…
—Sé de quien me hablas, está picando algo del buffet que han colocado en ese rincón—contestó Gustav señalándolo.
Miró en esa dirección y enseguida le localizó, inclinado sobre una bandeja de canapés y eligiendo cual se iba a comer.
—Quédate con Bill—ordenó a Gustav.
No esperó su respuesta, sabía que acataría su orden sin rechistar. Se dirigió hacia el buffet y cogió al chico que les había llevado el anónimo, sin importarle tirar la bebida que tenía en las manos y que se le mojaran los zapatos.
—Hey, cuidado—protestó el chico revolviéndose.
—Será solo un momento—murmuró Tom sin soltarle—Estaba con David cuando le llevaste un sobre, ¿quién te lo dio?
—¿Cómo?—repitió el chico sin entender.
—¡El sobre!—repitió Tom gritando.
—Ah…no me lo dio nadie—contestó el chico—Lo encontré sobre mi mochila y al ver el nombre del señor Jost se lo entregué de inmediato por si era importante.
—¿No te lo dio nadie?—repitió Tom defraudado.
Le vio negar con la cabeza. Le soltó y regresó a la zona acortinada mientras pensaba. Estaba allí, quien fuera el que iba tras Bill estaba con ellos en esos momentos al acecho, esperando su oportunidad para hacer su amenaza realidad…
No le dio tiempo a pensar en nada más, al cabo de unos minutos empezaba la gala y tenían que ocupar sus asientos. Ya había informado a sus compañeros de que abrieran bien los ojos, mientras él no se separaría del lado de Bill en ningún momento.
Camino de la sala donde se celebraba la gala, vio a David en la lejanía. Hablaba con un periodista, tal vez uno de los que querían concertar una entrevista.
—Tom, ¿tienes un momento?
Se volvió al ver que era Bill quien le había hablado. Gustav y Natalie iban tras ellos y pasaron delante, dejándolos a solas.
—¿No se hace tarde?—preguntó Tom consultando la hora.
—No importa, quiero que hablemos—insistió Bill tragando con esfuerzo.
Tom asintió. Alzó la mirada y miró a su alrededor, localizando un apartado rincón donde poder hablar sin que nadie les molestara o escuchase. Se lo indicó a Bill y vio como se dirigía a el sin rechistar.
Le siguió y antes de que le pudiera preguntar de que quería hablar, Bill se le adelantó yendo al grano.
—Está aquí, ¿verdad?—preguntó con un hilo de voz.
—Si—contestó Tom muy serio.
Era mejor que supiera lo que pasaba, no hacerle creer que estaba a salvo cuando era todo lo contrario.
—Hace unos minutos, estaba hablando con David cuando le llevaron un sobre—explicó Tom tratando de mantener la calma.
—¿Otro anónimo?—susurró Bill con el miedo brillando en sus ojos—Quiero verlo… ¿qué dice?
—No es necesario que lo sepas, solo que no me pienso separar de tu lado y mis compañeros están ya avisados—explicó Tom—Sé que te pido mucho, pero tienes que mantener la calma y dejarlo todo en mis manos.
Bill asintió con esfuerzo, era verdad que le estaba pidiendo mucho y no sabía si sería capaz de hacerlo, actuar como si su vida no dependiera de un fino hilo…
Como si le estuviera leyendo el pensamiento, Tom se acercó y poniendo una mano tras su nuca le atrajo y se apoderó de sus temblorosos labios, besándoselos con suavidad.
Luego le cogió de la mano y tiró de él, escuchaba que la gala estaba empezando y ellos se habían retrasado. Pero Bill no tenía muchas ganas de ocupar su asiento, aún tenía algunas dudas que aclarar.
—¿Por qué hablabas con David?—preguntó de repente—¿Es que le crees sospechoso?
—No, era por un asunto de seguridad de la gala—contestó Tom sintiendo mucho tener que mentirle con descaro.
No quería decirle que le creía sospechoso hasta que le contó su teoría y la manera en la que Bill se le había insinuado, no quería que pensara que le creía porque sabiendo su pasado no dudaba de que un buen día se le hubiera pasado por la cabeza la loca idea de tirarse a su productor también.
—¿Y qué hay de…de mi padre?—preguntó Bill con un hilo de voz.
—Hay un coche patrulla aparcado en frente de su casa, si hace algo sospechoso o mira a un solo niño será detenido de inmediato—explicó Tom con firmeza.
—No hablaba de Gordon, si no de…mi verdadero padre—aclaró Bill carraspeando.
Se paró en seco al escucharlo y se volvió. Bill le miraba esperando su respuesta, mordiéndose el labio para que no le temblara sin poder evitarlo. Suspiró resignado, no pensaba que tuviera que hablarle de la otra parte del caso, del informe que había conseguido con todos los datos personales de su padre y su fecha de defunción.
—Bill….tu padre está muerto—contestó al cabo de unos minutos.
—¿Cómo?—susurró Bill parpadeando.
—Murió hará un par de años—siguió explicando Tom—Está enterrado en Leipzig, en una fosa común porque no había el dinero suficiente para que…bueno, para que tuviera otro entierro.
—¿Desde cuando lo sabes?—preguntó Bill, controlándose por no gritar.
—Desde hace unos días—contestó Tom carraspeando.
—Sabías que mi padre estaba muerto y no me dijiste nada—susurró Bill muy ofendido—Debiste hacerlo nada más enterarte. ¿Qué más sabes de él? ¿Tenía familia? ¿Tengo algún hermano o hermana que deba conocer?
No podía contarle nada, ni mencionar un hermano que tuvo y que murió en el jardín de sus padres delante de sus propios ojos. No, no podía hablarle de Georg sin hacer que se derrumbara del todo…
—Dímelo, Tom—exigió Bill al verle dudar.
—No puedo, es secreto de sumario—contestó Tom carraspeando.
—Y tú me pides que confíe en ti cuando está claro que tú no lo haces en mí—estalló Bill—No tienes ningún derecho a callarte, si sabes algo de mi familia debes decírmelo.
—Perdón por interrumpir—murmuró Gustav carraspeando—La gala ha comenzado y David se está poniendo de los nervios.
Bill asintió al tiempo que se tragaba las lágrimas que sentía agolpadas en su garganta, no sabía como iba a poder resistir toda esa noche forzando una sonrisa en sus labios cuando lo que de verdad quería era salir corriendo en esos momentos y no parar hasta sentirse a salvo, pues empezaba a dudar de que Tom pudiera protegerle como debiera, con tantos secretos a su alrededor…
Entró en la sala y se dirigió a la zona donde estaban sus asientos. Todo estaba decorado como si fuera el interior de un avión, y había varias butacas dispuestas para él y la gente que le acompañaba. Ocupó su asiento al lado de David, que le pasó una copa de champán sin decir nada. Se la tomó de un trago, la necesitaba. Dejó la copa ya vacía sobre la mesita que tenía delante, negando con la cabeza cuando David le ofreció otra.
—¿Qué te pasa?—preguntó David en voz baja.
—Mi padre está muerto—contestó Bill dejando escapar un sollozo incontrolado.
—¿Gordon?—preguntó David alzando una ceja.
—No, mi verdadero padre…que ni siquiera sé como se llamaba—aclaró Bill resoplando.
—¿Y por eso lloras?—preguntó David soltando una risa.
—Era mi padre, David—dijo Bill fulminándole con la mirada.
—Si, que os abandonó a ti y a tu madre cuando eras un niño—le recordó David—No se merece tus lágrimas, te hizo mucho daño en el pasado y por suerte no está para que salga a pedirte nada como ya hace el cabrón de tu padrastro.
—Tengo muchas ganas de que llegue mañana—siseó Bill con rabia en la voz—Ya hablé con la discográfica y mañana conoceré a mi nueva productora, así te perderé de vista y podré respirar tranquilo.
—Eres un maldito desagradecido—susurró David cogiéndole la muñeca con firmeza—Pero te juro que te arrepentirás y me suplicarás….
—¿Pasa algo?—preguntó Tom apareciendo de repente.
—Dejadme los dos en paz —ordenó Bill levantándose.
Pasó al lado de Tom y ocupó un asiento al lado de Gustav, que enseguida se excusó ante Natalie y se volvió para comprobar que estaba bien.
—¿De qué hablabais?—preguntó Tom fulminando con la mirada a David.
—Oh, de nada—contestó David frunciendo el ceño—Bill me contaba que su padre había muerto.
—Lo sé, yo se lo acababa de decir—explicó Tom.
—¿Si?—preguntó David alzando una ceja—No entiendo porque lloraba, no le conocía de nada.
—Bill es humano, y tiene sentimientos—dijo Tom con firmeza—Es normal que le haya afectado su muerte.
—Lo que tú digas—murmuró David encogiéndose de hombros— Seguro que si estuviera vivo y supiera lo famoso que es su hijo, saldría de su cloaca a pedirle algo de pasta, como ha hecho Gordon en más de una ocasión. Más de una vez he tenido que pararle yo mismo los pies, me llegó incluso a escribir a mí directamente pidiendo que intercediera entre él y Bill.
Tom se le quedó mirando sin decir nada, ¿Gordon Trümper había estado escribiendo directamente a la discográfica? Resopló acomodándose en el asiento, estaba ya desvariando. Volvía a tener a Gordon como principal sospechoso, ya se imaginaba que esas cartas que había mandado a David estaban escritas con letras recortadas como los anónimos que habían recibido.
Necesitaba relajarse un poco, la gala estaba ya en marcha y puede que anduviera cerca ese loco. Se dedicó el resto de la hora a pasear la mirada por la estancia, reconociendo a sus compañeros sentados a escasos metros de donde se encontraban ellos, rodeados de estrellas famosas que esperaban ser llamados a ir a recoger el premio al que estaban nominados.
Como Bill, que llegada la categoría al que le habían nominado, al mejor solista revelación, no podía evitar sentirse muy nervioso y cruzar los dedos emocionado. Se puso tenso en su asiento, mirando una gran pantalla en donde según los iban nombrando aparecían las caras de las estrellas mencionadas.
Llegó el turno de Bill y esbozando una amplia sonrisa con esfuerzo, miró a la cámara que le enfocaba y saludó al público con un gesto de la mano.
Quería ir a su lado, mostrarle su apoyo cogiéndole de la mano…incluso iría más allá y si era su nombre el que decían, le besaría con efusividad en los labios.
—Señoras y señores, en este sobre tenemos el nombre del ganador de esta noche—decía uno de los presentadores.
—¡Tom!
La voz de David le hizo apartar la mirada de Bill y mirarle fijamente.
—Tom, acabo de ver a Gordon—musitó David.
—¿Qué?—gritó Tom sin poderse contener.
—Entre el público, he visto como se perdía cerca del escenario—explicó David.
—Y el ganador es…. ¡Bill Trümper!—gritó el presentador muy emocionado.
El grito de satisfacción que pegó Bill hizo que Tom se levantara de un salto y se llevara la mano a su cadera derecha, donde tenía su arma reglamentaria. Se quedó mirando a todos lados mientras que Gustav y Natalie felicitaban a un nervioso Bill.
—No dejes que suba al escenario—susurró David poniéndose al lado de Tom—Fijo que tratará de hacerle algo delante de todas las cámaras ya que tú le has descubierto.
Asintió y fue directo a Bill, cogiéndole del brazo con firmeza.
—Bill, nos vamos—ordenó tratando de llevárselo.
—De eso nada—protestó Bill soltándose de su agarre—Pienso subir al escenario a recoger ese premio que me merezco.
—Bill, ese loco está muy cerca—siseó Tom tratando de no asustarle.
No quería contarle que era su padrastro, no sin saber si lo era verdad lo que le había dicho David. Tal vez se había confundido, normal dadas las circunstancias. Estaban todos muy tensos y en alerta, pero aún así lo mejor era prevenir y llevarse a Bill cuanto antes.
—Pues vete a detenerlo—escupió Bill—Ya me has jodido la noche, deja que recoja la recompensa a tantos esfuerzos.
Dio media vuelta antes de que Tom se lo pudiera impedir, y empezó a caminar entre el público que puesto en pie aplaudían y le felicitaban entre sonrisas. No el quedó más remedio que seguir sus pasos y fue tras él.
Cuando Bill se quiso dar cuenta, estaba a su lado subiendo las escaleras que conducían hacía el escenario.
—¿Qué demonios haces?—preguntó Bill enojado.
—Acompañarte—contestó Tom con naturalidad.
—Eres un caso—murmuró Bill resoplando.
Siguió su camino y tras saludar a los presentadores recogió el premio y lo alzó para que el público lo viera. Luego lo dejó sobre la mesa que tenía delante y carraspeó para aclararse la voz, pensando en ese pequeño discurso que se había preparado para la ocasión, no sabiendo como empezar a hablar sabiendo que Tom estaba a su lado al acecho de cualquier acto sospechoso.
—Vaya…yo, no me lo esperaba—empezó a decir muy emocionado—Han pasado muchas cosas desde que me metí en esta locura, jamás pensé que pudiera hacer realidad mi sueño y ahora con 19 años veo los frutos que ha dado y todo es gracias a la gente que me apoya y me quiere…
Bill seguía hablando mientras que Tom vigilaba a su espalda, sabiendo lo que estaba pensando la gente. ¿Quién era esa persona que había tras el cantante? Fijo que más de uno le creí como su nuevo amante, que no había querido perderse ese momento tan especial y había subido con él al escenario para apoyarlo.
—Muchas gracias a todos—finalizó Bill su discurso.
El público aplaudió y cogiendo su premio con firmeza dio media vuelta y se dirigió de nuevo hacia las escaleras…pero no llegó a bajarlas, antes de que se diera cuenta recibió un fuerte empujón al mismo tiempo que alguien gritaba y un disparo resonaba en mitad de la gala…
Continúa…
Gracias por la visita.