Listen to your heart 59

Parte IV, capitulo 8

Dos días después tenía lugar la fiesta. Empezó puntualmente a las 8, y sintiendo dejar a sus amigos terminando de decorar el apartamento con globos y guirnaldas, Tom cogió las llaves del coche y fue en busca de Bill. Se sentía realmente nervioso, esa iba a ser la primera noche que compartieran cama y aunque sabía que no iba a pasar nada de nada…bueno, nunca se sabía… pero se había hecho una firme promesa: no hacer nada que hiciera que Bill creyera que lo estaba deseando. No forzaría la situación y si por casualidad esa noche harían por primera vez el amor, la iba a disfrutar como el que más.

Aparcó delante de la puerta del restaurante y bajó. Lo educado era que saludase al padre de Bill, quien sabría de sobra que esa noche la iban a pasar juntos y esperaba de él un comportamiento formal.

Bajó del coche y nada más entrar por la puerta todos los ojos se clavaron en él. Había como una especie de reunión, estaban todos los camareros y camareras que trabajaban esa noche y los que al tenerla libre habían sido invitados a la fiesta por cortesía de Tom…incluyendo a Andreas. Sabía que era importante para Bill y no podía dejarle fuera en ese día tan especial. Incluso el padre de Bill no había dudado en darle la noche libre para que celebrase el cumpleaños de su hijo… ¿o quizás para que le vigilase?

No, eso era imposible. Gordon Trümper sabía que podía confiar en él y que era inevitable que entre él y su hijo pasase lo que tenía que pasar algún día. Bill ya había crecido, esa noche celebraba su mayoría de edad y no podía retenerle en casa para siempre.

Tom, eres puntual—saludó una de las camareras.

Tom sonrió a reconocerla. Era Rose, la misma que les atendía siempre que coincidía que se quedaban a comer o cenar y estaba ella.

Le estábamos dando a Bill su regalo—le explicó Rose.

Tom asintió y se puso al lado de su novio, al que besó en la mejilla mientras observaba lo que le habían regalado. Era una cara cazadora de cuero negro llena de remaches de arriba abajo.

Chicos…es realmente preciosa…no puedo…—tartamudeó Bill muy cortado.

Sabíamos que te iba a gustar—dijo Rose sonriendo—Andreas nos comentó que la habías visto hace unas semanas y pensamos que sería el mejor regalo.

Pero…es demasiado…

Preciosa, si ya lo has dicho—interrumpió Andreas cogiéndosela de las manos—Vamos, pruébatela y si te queda bien la puedes estrenar hoy.

Todos asintieron sonriendo y Bill no se pudo negar. Se quitó la cazadora que llevaba y la dejó sobre la mesa al tiempo que Andreas le tendía la nueva para ayudar a ponérsela, bajo la celosa mirada que Tom no pudo evitar dirigirle.

Me sienta como un guante—comentó Bill tras abrochársela.

Sabía que acertaría con la talla—dijo Andreas mirándole de arriba abajo con descaro—Y que con ella estarías realmente guapo… ¿a que sí, Tom?

Lo está—contestó con firmeza Tom al tiempo que le fulminaba con la mirada.

Será mejor que os pongáis en marcha—murmuró Gordon, consciente del intercambio de miradas.

Sí, somos unos cuantos y habrá que buscar donde aparcar—dijo Rose poniéndose en marcha.

Todos asintieron y para sorpresa y alegría de Tom, Andreas se fue con sus compañeros. Casi se temía que tendría que llevarle en su propio coche, aunque Andreas de sobra sabía que esa noche Bill la iba a pasar con él, y ya habría quedado con que le llevara otra persona en coche.

Pásatelo muy bien—se despidió Gordon abrazando a su hijo.

Lo haré papá…y no te preocupes—susurró Bill devolviéndole el abrazo.

Había tenido tiempo para hablar y comentarle sus planes, prometiéndole que todo iba a ir bien y si…surgía el tema él y Tom serían precavidos e irían con mucho cuidado.

Gordon sabía que podía confiar en Tom, pero aún así tenía miedo de que a su hijo le pudieran volver a romper el corazón. Y no podía dejar de sentirse preocupado.

Vendré a la hora de comer—dijo Bill separándose.

Gordon asintió y tras estrechar la mano que Tom le tendía les vio salir del restaurante cogidos de la mano, con Tom cargando con la mochila en donde su hijo había metido algo más de ropa y una muda limpia.

¿Nervioso?—preguntó Tom tras arrancar el coche.

Un poco—confesó Bill suspirando—Es la primera fiesta que me dan.

Tom sonrió. Sabía que le había mentido un poco. Estaba tan nervioso como él, porque iba a ser la primera vez que se despertaría juntos en la misma cama. Nunca antes había dormido con otro chico, y se estaba muriendo de las ganas….

Cuando llegaron al apartamento todos les estaban esperando. Bill fue recibido con besos y abrazos y entre Kate y Michelle le llevaron al salón para que fuera abriendo ya sus regalos. Mientras, Gustav y Georg servían las bebidas entre sus invitados. Habían preparado unas bandejas de canapés y algunas chucherías que Andreas había mandado desde el restaurante.

Todos se dirigieron al salón para ver la cara que ponía Bill al ver todo lo que le habían reglado.

Espero que te guste—dijo Michelle entregándole una bolsa.

Bill la cogió y abrió sonriendo. Era la primera vez que se lo pasaba muy bien en su cumpleaños, los anteriores siempre los había celebrado en el restaurante a solas con su padre, Andreas y los camareros. En cambio ese año estaba rodeado de amigos nuevos e incluso de su novio…. Novio, que bien sonaba esa palabra…

Suspiró y abrió la bolsa, sonriendo al ver una camiseta roja con un estampado negro en el pecho. Era de su estilo y ya pensaba con qué pantalones le combinaría.

Abrió el resto de sus regalos, ropa en su mayoría. Todos estaban expectantes mientras abría el de Tom, que resultó ser un frasco de perfume. Se lo agradeció con un tímido beso en la mejilla, sonrojándose cuando Tom le confesó que tenía otro regalo que le daría en otro momento más íntimo.

¡Venga, a divertirnos!—exclamó Georg poniendo música.

Todos asintieron y con la música relativamente alta empezaron a celebrar el cumpleaños. Se desperdigaron por el salón y la cocina, comiendo y bebiendo mientras se iban conociendo entre ellos.

Bill se pasó la mayor parte del tiempo hablando con los amigos de Tom que ya conocía y los que no. Como Kate, la novia de Gustav y que le había hecho una tarta especial. Solo había coincidido con ella en esa lejana cena en que conoció oficialmente a los mejores amigos de Tom y le había caído muy bien desde el principio.

Luego estaba Eric, compañero de clase de Georg y por lo que veía algo más. También le había caído muy bien, más al ver que había llevado un amigo que en esos momentos hablaba muy entretenido con Andreas. Se los veía muy….acaramelados, y pudo respirar tranquilo pensando que su amigo estaba empezando a superarlo.

Llegó el momento de la tarta y todos se reunieron alrededor de Bill y Tom, quien llevaba en sus manos la deliciosa tarta de arándanos que Kate había hecho esa misma tarde. Habían puesto 18 velas que Bill apagó con los ojos cerrados entre los aplausos de todos los invitados.

Repartieron las tartas en platos de plásticos y tras comerla siguieron con la fiesta. Los ojos de Bill se clavaron de nuevo en Andreas, bailando con el amigo de Eric que tal bien le había caído. Suspiró pensando en lo bien que se lo estaban pasando mientras que él no podía evitar sentirse tenso…

¿Una copa?

Se volvió y sonrió ampliamente al ver a Tom. Llevaba un vaso de plástico de la mano que le tendió. Lo cogió y antes de beber lo olió.

¿Lleva alcohol?—preguntó arrugando la nariz.

Pero muy poco—contestó Tom—No creas que te quiero emborrachar, he pensado que…bueno, que no te estás divirtiendo y pensé en animarte.

¡Claro que me estoy divirtiendo!—dijo Bill.

Estás tenso—apuntó Tom.

Bill asintió suspirando. No podía evitarlo, sentía todos los ojos fijos en él cada vez que Tom se le acercaba. Empezaba a sentir algo de timidez, se moría de ganas por abrazarle y ponerse a bailar como si nada, pero no podía hacerlo siendo el centro de atención.

Relájate—pidió Tom pasando un brazo por los hombros—Es tu cumpleaños, todos se están divirtiendo y quieren verte feliz.

Asintió de nuevo y sabiendo que llevaba mucha razón echó un trago de su bebida. No tenía por qué preocuparse de que se le subiera enseguida, había estado comiendo lo suficiente para que no le sentara mal la bebida. Solo faltaría que la primera noche que pasaban juntos él se pasara la noche abrazado a la taza del inodoro.

Se relajó todo lo que le pidió Tom, perdiendo la noción del tiempo. No se dio cuenta que habían pasado ya dos horas y estaban en el momento parejitas. La música era la adecuada, habían bajado las luces y todos bailaban abrazados a sus parejas.

Como él y Tom, perdidos entre la gente bailaban muy juntos mirándose a los ojos fijamente. Acortaron las distancias y se fundieron en un profundo beso, conscientes de la canción que en esos momentos sonaba….

Make tonight beautiful, hold me close and don’t let go

Lay with me and stay with me tonight

Make tonight a beautiful night

Continuará…

Aqui, esa preciosa cancion:

https://www.youtube.com/watch?v=km0acHJVXgs

Escritora del fandom

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