Fic TOLL de Sira483

Capítulo 13

—En todos los sentidos, esto esta mal, Bill.

—¡Ya es tarde para arrepentirse!

—¡No me arrepiento! Es solo que, no quiero que esto se nos salga de control y que después nos haga daño, no solo a tí o a mi, si no también a Alice.

Bill desvío la mirada en algún rincón de su habitación, tal vez tratando de conservar la paciencia o simplemente pensando en todo lo que habíamos estado hablando en ya varios minutos o horas, desde que llegamos a casa y después de hacer dormir a Alice.

Me acerque a él quedando a muy poca distancia de su cuerpo pero la suficiente como para guardar la compostura y no ceder ante las miles de voces en mi cabeza que decían algo a favor de Bill y de mi (aunque a mi cordura le joda en lo más profundo) — Bill…

—No se nos tiene que salir de control — me miro de repente, con los ojos brillando y no supe identificar el motivo ¿Esperanza, quizá? O ¿había algo más..? — Tom, yo no seré capaz de dar un solo paso atrás y solo espero que tú no lo hagas.

No pude evitar plantearme, nuevamente, su propuesta, esa en donde nada cambiaría entre nosotros excepto la forma en demostrarnos ese cariño fraternal (del que poco y nada quedaba ya)

Y cuando lo hago sé que ya es muy tarde como para andar haciendose el tonto y por sobre todo; sé que es muy tarde como para intentar arrancar ese sentimiento desconocido y por sobre todo confuso que se ha instalado en mi…

Y respondanme:

¿Como seguir luchando, cuando lo único que quieres es rendirte por completo ante esa persona?

Sea cual sea la respuesta..

Yo me rindo.

Y como siempre: Bill gana y es que a él nadie le enseñó a perder.

—Es en serio, se parece bastante.

—Ya deja el tema, Bill. No sé parece y punto — sentencié — ¡Y quitame eso de en frente!

—No seas amargado — me jalo una trenza y aparte mi cabeza quejandome por el jalón — Entonces, déjame hacer una comparación más… «precisa», Tom..

Lo mire como si me hubiera dicho que nos invadían los extraterrestres.
Definitivamente, algo esta mal en mi gemelo, es eso o lo pervertido no lo puede disimular ni aunque su vida dependiera de ello.
El muy guarro se había traído el pepino de la casa de mamá nada más para molestarme y ahora, el muy cochino, me salia con semejante disparate.
¡Pffff! El mundo cada vez esta peor o, bueno, Bill cada día esta peor.

—¿Estas loco? — me cruce de brazos, incomodo por el hecho de que Bill se sentara un poco más cerca de mi, me toco la rodilla y me levante de golpe — ¡A mi no me tocas, mientras tengas ese vegetal en tus manos!

Sé que sone de lo más marica, quejica, esposa regañona, acomplejado y bastante afeminado pero ¡Vamos! Bill era capaz de todo y quien sabe que estará planeando dentro de su cabeza.

—¡Tom, por todos lo dioses, no te voy a hacer nada!

¿Por que será que no le creo nada?

—Además.. — dejo el odioso pepino sobre la mesa ratona y me agarro de la mano jalándome hasta volver a estar sentado en el sofá. Me comenzó a acariciar el rostro y parte del cuello —… Yo jamás haría nada que tú no quisieras.

¡Maldita sea! ¿Por que Bill tenía que ser tan provocativo? ¡La carne es débil, joder!

Se había pasado sobre mi regazo, con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo, su cabeza estaba junto a la mía y podía sentir su aliento en mi oreja, lo que me provoco un ligero escalofrío, pronto sentí como comenzaba a besar delicadamente el lóbulo de mi oreja, con mucha suavidad. Sus besos eran tiernos y los acompañaba con ligeras lamidas eróticas. Poco a poco su lengua comenzó a recorrer el contorno de mi oreja muy lentamente, sus manos fueron viajando por mi cuello, mi pecho y fueron descendiendo aun más, mucho más, estimulando mi zona íntima.
No sé en qué momento mi pantalón fue desabrochado, pero si me di cuenta cuando Bill fue bajándose de mi muy lentamente, dando como último contacto un pequeño mordisco en la oreja.

Pronto me encontré con el pantalón hasta los tobillos, cerrando, fuertemente, los ojos intentando controlarme para no hacer mucho escándalo, pero eso era bastante difícil teniendo a Bill arrodillado ante mi y haciendo más que maravillas con la boca.
Porque si, en esto había ido a parar todo, en lo que se conoce como: «Sexo Oral»

Y hasta el momento podía decir que era el mejor sexo oral que se me habían practicado.
¡Era la gloria!

Podía sentir como succionaba y luego lamia de arriba a abajo todo mi miembro. A veces también lo podía escuchar gemir, ya que él también se estaba acariciando a si mismo, y eso solo podía hacerme desear besarle hasta que los labios se le borrasen. ¡Me volvia loco todos esos gemidos y jadeos que lanzaba!

Me estremecía y excitaba.

Abri los ojos encontrándome con la misma imagen de hace momentos, Bill con una mano sosteniendo y guiando mi miembro a su boca, mientras que la otra se hallaba entre su pantalón desabrochado y dentro de la tela de su bóxer, masturbándose en un ritmo pausado y a la vez intenso. Su cabeza se volvía a hundir entre mis piernas una y otra vez, sin parar, no pude evitar presionar su cabeza hacia abajo y de repente ser yo quien guiará el ritmo.

Cuando le solté para aferrarme a algo, él aprovecho para bajar su mano a mis testículos dando leves apretones y caricias, pronto las gotas del pre-semen comenzaban a salir. No tardaría mucho en llegar al orgasmo y por como iba Bill, él tampoco.

¡Y Por Dios!

¡Era como estar en la cima del mundo y sentirte el rey de este!
Una sensación de libertad pero a la vez única y diferente.

— Bien, me equivoque, el pepino es muy blando comparado con esto — no sé que fue lo que me hizo gemir muy alto, el hecho de que me apretara de forma placentera ahi abajo o lo terriblemente precioso que se veía hablando con los labios completamente enrojecidos.

Volvió, nuevamente, a llevarse mi miembro a su boca y senti una pequeña presión en el orificio de éste, provocada por la jueguetona lengua de Bill. No pude evitar gruñir por el placer.
¡Dios, eso debería ser ilegal!

Todo el ambiente era cómodo y exquisito las sensaciones estaban a mil, los gemidos de placer se oían por doquier. Estaba llegando a mi limite…
Y se sentía tan bien, demasiado bien.
Y jamás me había sentido así en toda mi vida, ni siquiera con..
..¡Lauren!

Llegue al orgasmo…
Y hubiera sido magnífico si no hubiese visto la cara de total desconcierto de Bill antes de que él también tuviera su orgasmo.

¿Acaso lo había dicho en voz alta?

¡Mierda!

¿Como se me ocurre decir su nombre?

Diría que acababa de comenzar la tercera guerra mundial o el apocalipsis.

&

—¡Déjame en paz, si no quieres que salga y te rompa la puta boca, grandísimo idiota!

—Dejame explicarte, por favor — volví a insistir.

Llevaba casi toda la noche tratando de que saliera de su habitación y que me dejara explicarle. Porque, en verdad, yo no quise llegar al orgasmo pronunciando «Lauren» ¡No! Solo se me escapo. Fue un accidente. Una trampa cruel del destino. Pero Bill ni siquiera me daba la oportunidad de explicarle.

—Bill, no quise decir Lauren..

—¡Lavate el hocico antes de pronunciar de nuevo mi nombre, animal! — suspire resignado ya ne comenzaba a doler la cabeza.

Me recosté sobre su puerta y observe la hora en mi celular, eran las 1:33 am.
Llevaba dos horas y treinta y tres minutos parado aqui.

—¿Tom…? — escuche que me llamo dudoso luego de que varios minutos hubiesen pasado — ¿sigues ahí?

—No me he ido.

—Pues… solo quería decirte que.. — ¿me iba a dar una oportunidad? —— ..que… ¡Ojala te pudras en el purgatorio! ¡Y ya vete, que quiero dormir y me molesta tu odioso olor a mierda!

¿Que tan iluso puedo llegar a ser?
El día en que Bill madure el mundo será mejor, de eso estoy seguro.

Puse los ojos en blanco y suspire una vez más antes de hablar.

-Bien, buenas noches, que descanses, Bill.

—¡Pudrete!

Más que resignado y derrotado me metí en mi cuarto, mañana intentaría hablar con él y apuesto que todo estaría bien.
Él tenía que hablarme en algún momento y yo aprovecharia para explicarle de frente.

No, no me hablo ni para insultarme.

Desde que lo vi bajando las escaleras cargando a Alice, sobra decir que me ignoro olímpicamente y que las veces que sus ojos conectaban conmigo me mostraba el dedo vulgar.

Se la paso con Alice, mientras que yo intentaba que me dirigiera la palabra, le explique que todo fue un error que estaba pensando en ella en ese momento y, pues, acabe de meter la pata con ello.
Seguía insistiendo con él pero o me ignoraba o le hablaba a Alice «preguntandole» si no escuchaba a «Un Puto insecto molesto por ahí» luego espantaba (al aire) con sus manos diciendo: Shu, mosca, shu.

Me fui al despacho, no iba perder mi tiempo todo lo que quedaba de tarde, porque si, ya era de tarde.

Quite la cámara digital del cajón del escritorio y lo conecte en la computadora, tenía que mover algunas imágenes en ella.
No era nada referente al trabajo, más bien eran las fotos de cuando Alice era más pequeña.

En algunas estaba ella sola, en otras estaba conmigo y varias estaba con Lauren.
Las pase todas en la computadora, metiéndolas en una memoria USB para tenerlas de reserva por si cuando mandase a revelar las fotos sucedía algun accidente con ellas. Nunca se sabe.

Luego de ello comencé a trabajar, corrigiendo el borrador de un libro.

—¡Tom, ven rápido! ¡Alice esta hablando!

¡Qué!

Salí corriendo del despacho y prendí la cámara digital, que casi por inercia agarre del escritorio, subí las escaleras, con Bill aun llamándome, y con la cámara ya grabando abrí la puerta de la habitación de Alice, muy despacio para no asustarla o algo.

—No me digas mamá — Bill estaba agarrado de la cuna en donde estaba Alice — Di; Tío Bill.

Espere impaciente la respuesta de Alice y Bill no noto mi presencia.

— Ti-o Biill — separaba y alargaba las palabras. No pude evitar reír, silenciosamente, cuando Alice hablo. Mi corazón dio un vuelco dentro de mi caja torácica.

—Mamá — eso había dicho aunque claro, de una forma mal pronunciada. Pero se entendía bien. Lo más gracioso es que cuando dijo «Mamá» extendió sus brazos pidiendo ser cargada por su madre (Bill).

—Que, no. No me digas mamá, dime tío Bill o Billy. Si me dices mamá no te voy a alzar — él se puso firme y se cruzó de brazos poniendo su mejor cara de Niño-Caprichoso.

—Mamá — volví a sonreír y enfoque mejor la cámara en ella — Mamá.. Mamá.

—¡Que no me digas mamá! ¡Soy hombre! — técnicamente, parecía estarle rogando a Alice. Contuve la risa -Dime: Bill.

—Mamá…

—Ti-oo Biill.

—Mamá…

—Biiill.

—Ma…má.

—Si me dices así ya no te querré.

—Mamá…

—Di; tío Bill o te juro que convesco a Tom para que te dé en adopción, niña — fruncí el ceño ¿esto era en serio? Negué con la cabeza de forma divertida.

—Mamá.

—¡Basta! ¡Por lo menos dime papá y no mamá! Pa-pá ¿que te cuesta, Alice?

—Mamá..

—Pa-pá.

—Mamá..

—Paaa-pá.

—Mamá..

Bill resopló y se sujeto la cabeza frustrado.

—Apuesto que a Tom si le dices papá ¿verdad? — se comportaba de forma tan infantil…

—Mamá..

—¡Que me digas; papá! ¡Pa-pá! ¡Pa-pá! O tío Bill ¡Tí-oo Biiill! — iba a interferir al ver que parecía estar asustando a Alice pero me quede de piedra cuando la volví a oír.

—Puto.

¡Si hasta le salia mejor que mamá!

¡Juro que te mato, Bill!

—¡No, no! ¡no digas eso! ¡Dime; mamá pero no digas eso! Mira, soy tu mamá. Tu mami linda y a la que no quieres meter en aprietos ¿verdad? — se acerco rápidamente a Alice y el muy idiota negaba hasta con las manos — Ma-má, dime; mamá.

—Puto.

—No, shhh. Guarda silencio que Tom te puede… — y entonces me vio-… oir.

Se rió nerviosamente y se acercó despacio a mi.

—Tom, cariño ¿como estas? — el muy bestia se atrevió a abrazarme por los hombros pero ni aun así deje de fulminarlo con la mirada y él se dio cuenta — Te quiero mucho, Tom ¿lo sabes, verdad? — me dio un beso en la mejilla.

Me separe bruscamente de él, ¿como se atrevía a intentar manipularme?

—¡Bill, te dije más de cien mil veces que no digas groserías en frente de ella!

—¡No es mi culpa!

—¡Claro que si!

—¡Pfff! Lo pudo haber oido en cualquier parte — se alejó más de mi.

—¡No es cierto!

—Bien sabes que, si. Además no me hables que aun sigo enojado contigo — y ahora se hacia el muy digno.

—Eso nada tiene que ver aquí — lo señale — Por tu culpa Alice dijo una mala palabra.

—Si, pero no fue su primera palabra y recuerdo que tú dijiste que no querías que una groseria fuera su primera palabra. Así que no hay cargos en mi contra.. — levanto sus manos enseñandome las palmas.

Suspire. Técnicamente, tenía razón pero ¡Ahhrg! Alice dijo «Puto»

—Mira, si me perdonas esto, pues, — suspiró de mala gana — yo te dejo explicarme lo de ayer.

¡Puta vida!

Suspire, me controle, guarde todos mis demonios y sonríe, muy fingidamente, pero sonreí.

Luego de haber estado intentado que Alice dijera otras palabras como: Papá, Tío Bill, Tom, Alice o cualquier cosa que se nos ocurriera (más bien cualquier cosa que se le ocurriera a Bill, ya que él la trataba como si Alice fuera una grabadora recién salida al mercado) la dejamos descansar, en cuanto vimos que ya tenía sueño.

Bajamos a la cocina para comer lo que quedo del almuerzo (pizza)

—¿Y bien, que tienes que decir a tu defensa? — dijo Bill.

Suspire, deje mi plato a un lado y mire fijamente a mi gemelo.

—En serio, Bill, no estaba pensando ella..

—Esta mañana dijiste lo contrario — comió la pizza, tratandome con indiferencia.

—No fue lo que quise decir, más bien quería decir que Lauren fue como un pensamiento fugaz en mi mente.

—¿Y en que tanto pensabas para que tus pensamientos te conectaran a ella, eh? — acusó.

Me puse un poco nervioso. Pero, aquí voy..

—Yo estaba pensando en que, bueno… Nunca me había sentido tan bien y completo con alguien. Y no hablo solo en él ámbito sexual, si no que… en todo. Nunca me senti tan bien, en verdad, ni siquiera con ella — jugaba con mis manos — es como una sensación de estar y sentirse vacío… y de repente estar lleno, completo o simplemente..

Sentirse bien…

Alce la vista cuando el dijo lo que yo iba a decir.

—Es como estar roto pero no darte cuenta de ello… hasta que alguien te repara — me di cuenta cuando Bill bajo la cabeza y comenzó a jugar, distraídamente, con el cierre de su chaqueta, ya no actuaba indiferente o de forma infantil, estaba como sumergido en sus memorias, vagando en sus pensamientos. Sé que el tema cambio repentinamente.

—¿Ta han roto? — hay diferentes formas de romperse unas más dolorosas que otras pero al final es siempre lo mismo.

—No quiero hablar de eso pero… supongo que.. que más dá — sonrió levemente — ¿recuerdas que te dije, hace mucho, que tuve una novia antes de venirme aqui?

—Si, dijiste que terminaron seis meses antes de volver a Alemania ¿no?

—Asi es y bueno ella en realidad nunca me quiso de verdad. Lo que me dijo cuando termino conmigo es, que fui una buena distracción.

—¿Te engaño con alguien?

—Ojala y fuera eso, pero no. Ella solo estaba aburrida y decidió jugar con un iluso a quien fuera fácil de manipular y ya, eso fue lo que dijo — se acomodó en su lugar — tal vez diras que eso no es tan importante o que es algo que suele pasar con frecuencia pero tú sabes que yo siempre he creído en el amor y que me lo imagino como todo un cuento de hadas, aunque suene como todo un marica, esa es la verdad. Simplemente, creí haber encontrado por fin ese amor y… no fue así.

No hay cosa en todo el mundo en lo que Bill creyera más que en el Amor. Siempre fue asi, desde muy pequeño. Todos se burlaban de su forma de pensar, incluso yo, hasta que me di cuenta de lo importante que era para él encontrar a su «Verdadero Amor»

—Lo siento… — dije.

nos quedamos en silencio.

¿Que sé yo del amor?
Lo he sentido ¿y con eso basta?
Por más que hayan mil poemas o canciones que describan el amor, en verdad no lo hacen realmente. Porque cuando uno lo siente no hay forma de describirlo…

¿Que siento yo, verderamente, por Bill?
Es obvio que no lo quiero solo como a un hermano.
O, tal vez, si y todo este rollo que hemos montado es solo un malentendido.
En verdad no creo eso.
Pero, entonces ¿que siento por él?

—¿Sabes? Espero encontrar pronto a esa persona que me ame de verdad, antes que el amor deje de parecerme tan mágico y maravilloso. Antes de que deje de ser tan «iluso» — hizo comillas con sus dedos.

¿Que siento por Bill…?

Y de repente lo supe..

Sonreí.

—Bill, yo te amo y no como a un hermano — solté.

Continúa…

Gracias por la visita.

por administrador

Publico con autorización del autor

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