«Once in a Lifetime» Fic de lyra
Capítulo 25
Los días fueron pasando, y cuando se quisieron dar cuenta era ya Navidad. Georg había sido invitado a quedarse y en esos momentos ayudaba con la decoración del salón.
Entre él y las gemelas habían cogido hojas y ramas secas y preparado unas guirnaldas con las que estaban decorando las paredes del salón donde se iba a celebrar una fiesta.
Mientras echaba una mano a Thomas con uno de los caballos, Bill escuchaba como le hablaba de las navidades en Lallybroch, como los arrendatarios eran invitados a comer con la familia llegando a llenarse la casa y teniendo que poner algunas mesas fuera por no entrar todos en el salón.
—Es como una gran fiesta, suelen traer algún regalo a mis padres como queso recién hecho o como el año pasado que tuvimos una buena cosecha y sabiendo que una familia lo estaba pasando realmente mal mi padre les regaló casi la mitad y perdonó el pago de ese trimestre—explicó Thomas muy orgulloso de la generosidad de su padre.
Bill le escuchaba con mucho interés, a pesar del aspecto fiero de Jamie se notaba que tenía un gran corazón. Al igual que Thomas.
Esa noche la cena fue de lo más opulenta, había varios pavos rellenos y unos duces caseros horneados por la propia Claire. el salón estaba abarrotado de gente y Bill pudo conocer a casi todos los arrendatarios, quienes felicitaron a los recién casados y llevaron regalos.
Jamie fue el encargado de hacer un brindis, agradeció a todos el trabajo realizado ese año, sabía que había habido momentos duros como la sequía de ese verano que amenazó las cosechas pero pudieron salir hacia adelante y gracias a sus esfuerzos los graneros estaban llenos y no les faltaría a nadie en ese duro invierno.
Pronto Thomas fue llamado a beber con el resto de sus primos y Bill se dedicó a conocer a otra parte de la familia que había ido a pasar las navidades a Lallybroch con ellos.
Ante la chimenea estaba una mujer acunando a su bebé, sonrió y fue hacia ella. Era Joan, mujer del primo Jamie. Thomas vivía con ellos como ya le había contado nada más conocerse y toda la familia habían ido a Lallybroch para pasar la Navidad, llenando la casa de niños pequeños que corrían de un lado a otro entre risas.
—Es increíble que se duerma con tanto alboroto alrededor—comentó Bill sentándose al lado de Joan.
—Es un angelito—dijo Joan sonriendo— ¿Te gustaría cogerlo?
Antes de que Bill pudiera decir nada tenía al bebé entre sus brazos, al que acunó suspirando pensando en si algún día él y Thomas formarían una familia. ¿Sería tan numerosa como el clan McKaulitz? Sonrió al pensarlo mientras seguía acunando al bebé que dormía plácidamente, ajeno a la tierna mirada que Thomas le dedicaba desde el otro lado del salón.
—Thomas, ¿me estás escuchando?
Thomas resopló y dejó de observar lo bien que le quedaba a Bill ese bebé en brazos. Sus primos le habían invitado a beber con ellos y también se les unieron un par de arrendatarios, siendo uno de ellos el que solicitaba su atención.
—Perdona Connor, estaba distraído—murmuró Thomas echando otro trago a su copa de vino.
—Te decía que la lucha ya ha empezado—repitió Connor—El príncipe Charles está en Escocia y ha creado un gran ejército. Muchos clanes le apoyan, y nosotros también deberíamos hacerlo. Ahora mismo está en Glasgow pasando el invierno, cogerán provisiones y muchos más hombres se les van a unir, Y yo pienso ir con ellos.
—Y yo te acompaño—se unió otro de los arrendatarios.
—Tienes que venir con nosotros Thomas—pidió Connor—Eres el futuro señor de Lallybroch y seguro que si hablas con tu tío Simon podrás liderar su ejército como heredero del clan de los McKaulitz.
Thomas le escuchaba en silencio, es verdad que había oído rumores sobre un ejército jacobita que se estaba creando pero no había nada aún confirmado. Y por lo visto, el ejército era real y muy numeroso.
—Necesitamos jóvenes guerreros—insistió Connor—Tenemos que luchar por la libertad de Escocia.
—Tú no tienes familia Connor—intervino el primo Jamie—Yo sí, y Thomas se acaba de casar. Tenemos que pensar en el bienestar de nuestras familias.
— ¡Sois unos cobardes!—gritó Connor, atrayendo la atención de todos los presentes—Y tú Thomas, eres igual que tu padre.
No pudo seguir diciendo nada más, Thomas le golpeó con todas su fuerza y le hizo caer al suelo.
—No pienso consentir que insultes a mi padre en su propia casa—escupió Thomas furioso.
—Vete, Connor—intervino Jamie cogiendo a su hijo del brazo—En esta casa no se habla de políticas o guerras, lo sabes bien.
No esperó a que obedeciera, su mayor preocupación era llevarse a Thomas lejos para que se calmase. Y Bill fue en su ayuda, cogió a Thomas del brazo y se lo llevó escaleras arriba hacia su habitación, donde se encerraron para poder hablar con calma.
O esa era la intención, pero nada más ver sus nudillos se apresuró a hacerle sentar en una de las butacas que había ante el fuego y cogiendo una toalla limpia la mojó en la jofaina que tenía al lado.
Se arrodilló a los pies de Thomas y cogió con suavidad su mano dañada, lavando con cuidado sus magullados nudillos.
Thomas se dejaba hacer en silencio, no sentía dolor alguno pues a pesar de su aspecto se había contenido en golpear a Connor con todas sus fuerzas.
Una vez terminado el trabajo Bill soltó su mano.
—Le pediré a tu madre un poco de árnica—murmuró Bill suspirando—Te ayudará a bajar la inflamación.
Quiso acariciar su mano pero Thomas esquivó su contacto y se puso en pie para su sorpresa. Seguía enfadado por lo ocurrido, sus caricias no harían que se le pasara.
—Thomas, cálmate por favor—pidió Bill poniéndose en pie.
Le veía caminar por la habitación gruñendo y maldiciendo en gaélico.
—Connor no tiene ni idea de lo que dice—gruñó Thomas—No entiende que mi padre haya decidido anteponer la familia a todo lo demás. Ya sabemos que parte del clan se ríe de él a su espalda, pero mi tío Simon les sabe hacer callar.
—Connor está borracho, no sabe lo que dice—murmuró Bill tratando de quitarle importancia.
—No lo estaba, y me siento mal porque en parte lleva razón—dijo Thomas para su sorpresa—Se está desatando una guerra y deberíamos hacer algo.
Bill se quedó sin aliento, había empezado el principio del fin de Escocia y él no se había dado cuenta. Había estado sumergido en su burbuja de felicidad, disfrutando de su vida al lado de Thomas y rodeado de esa gran familia que ya consideraba como suya propia.
Había llegado el momento de hablar del tema, primero con Thomas y no podía dejar pasar una noche más.
—Thomas, tenemos que hablar—soltó de repente.
—Sé lo que me vas a decir, que ahora estoy casado y mi deber es quedarme en mi hogar, pero no puedo quedarme de brazos cruzados—siguió diciendo Thomas como si no le hubiera escuchado—Soy un buen guerrero, sé luchar mejor que nadie y en un par de meses todo habrá terminado. Y regresaré con la cabeza bien alta por haber luchado por mi país y haber ganado.
— ¡Escocia va a perder!—soltó Bill sin poderse contener—Ganará un par de luchas, pero perderá la batalla final. Y con ella llegará el fin de los clanes, se prohibirá llevar los kilts y…
— ¿De qué estás hablando?—interrumpió Thomas dejando a un lado su malhumor.
—Se te ha olvidado que vengo del futuro y sé muchas cosas—le recordó Bill con dolor—Hay una fecha clave, el 14 de Abril de 1746. Habrá una batalla en Cullodem y Escocia la va a perder por mucho que tú pienses que podrás ganarla.
—Pero…eso es dentro de 4 meses—susurró Thomas dejándose caer sobre la cama—Y dices que llegará el final de lo clanes…
—Lo británicos tomaran muchas represalias y no van a perdonar nada—explicó Bill—Y ese será el motivo por el que tu familia se marchará de Escocia.
— ¡Mis padres jamás se irán de Escocia!—exclamó Thomas con firmeza.
—Lo harán, recuerda que leí el diario de tu madre. Viajaran hasta Alemania, dejarán atrás todo lo que les delate como escoceses incluso cambiarás su apellido a Kaulitz, que es el mío—explicó Bill sintiendo sonar tan duro—Por mucho que intentes negarlo tiene que ser así, porque son mis antepasados y tras la batalla se irán de Escocia en busca de una nueva vida. Y sabes muy bien que tu padre lo haría sin dudarlo, renunciaría de nuevo a todo por el bien de la familia.
Thomas le escuchaba sin poder dejar de negar con la cabeza. No quería que Escocia perdiera esa gran batalla, ni que por culpa de ella tuvieran que viajar a otro país para poder vivir en libertad.
— ¿Qué vamos a hacer?—preguntó en un susurro.
—Hablar con tus padres—contestó Bill con firmeza—Tienen que saberlo todo, que vengo del futuro y sé todo lo que va a pasar. Tienen que empezar a preparar el viaje para irse de Escocia antes de que estalle la guerra.
Thomas lo sabía, no se podían ir de un día para otro. Planear un viaje de esas dimensiones llevaría su tiempo y cuanto antes empezaran mejor.
Pero había un pequeño detalle que se le había escapado a Bill. ¿Qué pasaba con ellos? ¿Podrían quedarse en Escocia dejando que sus padres viajaran junto a Duncan y sus hermanas? ¿Y sus tíos y primos?
¿Qué pasaría con Lallybroch?
¿Y Bill? ¿Querría huir con ellos o tal vez regresar a su época sano y salvo?
.
Con todas esas dudas en mente apenas pudieron dormir esa noche. Estando los dos en la cama se sentían separados por sus inquietudes, cada uno sumido en sus pensamientos con miedo de expresarlos en alto.
Bill no quería irse a ningún lado si no era con Thomas. Se negaba a dejarlo y sabía que para Thomas su seguridad era lo primero y con la batalla tan cerca hallaría la manera de hacer que regresara a su época. Y él se negaba en rotundo a hacerlo.
Su vida estaba en Escocia, en 1746. Ya no pertenecía al futuro, aunque eso implicara tener que dejar a su madre. ¿Cómo estaría llevando su ausencia? ¿Le perdonaría alguna vez el haberla abandonado por haber encontrado el amor en el pasado?
Ojala pudiera hablar con ella, dejarle una carta explicándole sus motivos para no volver y pidiéndole perdón por todo el daño causado.
Pero sabía que era imposible, era peligroso dejar alguna pista suya sobre su viaje. Podría cambiar la historia sin saberlo, así que no tenía otra opción que dejar que su madre sufriera por él pensando en cual habría sido su destino…
&
Al día siguiente se levantó revuelto, bajó a desayunar él solo pues Thomas se había levantado al alba. Ya en la cocina apenas le dio tiempo a salir al pequeño huerto que había detrás de la casa y encontrar un rincón donde aliviar su revuelto estómago.
En su cabeza aún flotaban sus dudas, no había encontrado respuesta alguna a ellas y Thomas al parecer tampoco. Esa mañana había salido a cabalgar con Georg, ni habían hablado de cuando contar a sus padres que él venía del futuro, ni del destino que les aguardaba en Alemania.
Se les estaba acabando el tiempo, 4 meses podrían pasar en un suspiro y tenían muchas cosas que planear.
Pasó la mañana echando una mano en el hospital, aunque seguían aún revuelto pero gracias a una infusión que Claire le preparó a media mañana estaba como nuevo.
Llegada la hora de comer Thomas le fue a buscar y cogiéndole de la mano se lo llevó a los establos. Era su rincón secreto, allí podían hablar sin ser escuchado mientras disfrutaban de un ligero almuerzo.
—He hablado con Georg de Cullodem—empezó a decir Thomas—No le he dicho que sé que se va a librar una batalla en unos meses, hemos hablado de lo que está pasando en Escocia y si Connor tenía razón. Georg se está pensando en unirse a Connor, y no sé como decirle que no va a servir de nada.
Bill le escuchaba en silencio, si Georg se iba lo más seguro era que acabara muerto en Cullodem, o hecho prisionero por traidor a la corona y si no acababa en la horca terminaría el resto de su vida entre rejas.
—Siento mucho que todo este esté pasando, y más siendo navidad—susurró Bill—He visto a tus hermanas hace un momento, jugaban ilusionadas sin saber que la vida que han conocido hasta ahora está a punto de terminar.
—Si mis padres se van a Alemania, ¿qué va a ser de Lallybroch?—preguntó Thomas desesperado— ¿Lo sabes?
—No, lo siento—contestó Bill suspirando—Solo sé la historia a grandes rasgos, mi padrastro tiene una buena biblioteca y estuvimos hablando de Cullodem antes de mi viaje. Pero no leí nada acerca de tu hogar.
Thomas suspiró al escucharle, por un momento llegó a pensar que no haría falta abandonar su hogar. Pero era inevitable, el futuro de Bill estaba en Alemania y por ese motivo tenían que hablar con sus padres.
Continuará…
todo lo relatado sobre que el príncipe Charles estaba pasando el inverno en Glasgow es cierto, está sacado de la wikipedia, de todo lo relacionado con la batalla de Cullodem.
Esa parte de la historia me parte el corazón , este sin duda es uno de los mejores fics
muchas gracias!! me alegra que te vaya gustando, aunque ahora toca una parte difícil para ambos: separarse, seguir juntos…pasado, presente-futuro… ¿se puede volver al futuro tan fácilmente? ¿que decidiría Thomas entonces: Bill o su familia? ¿Vivir en el pasado o en el futuro?
Llego el final de la vida pacifica que conocian Tom y su familia y es hora de comenzar a planear su futuro lejos de las tierras escocesas.
Nos leemos en el proximo, saludos c:
todo fue bonito mientras duró, y ya toca enfrentarse a la cruel realidad. Han estado viviendo en una burbuja de felicidad y a Bill se le olvidó que dentro de nada hay una guerra importante que lo va a cambiar todo.
Mmmmm me temo que se viene una separación con un Bill ya embarazado. …la guerra es eminente y la desaparición de Escocia. El asunto en esto es como lograr que todos los demás miembros accedan a huir sin pensar en sentirse cobardes? Y peor aún, quién le va a creer a Bill?
Tanto amor no era gratis verdad? :'(
pues no, nada es gratis en la vida y menos el amor. Siempre hay un precio que pagar, y alguien pagará uno bien alto…