«Once in a Lifetime» Fic de lyra
Capítulo 4
A sus 23 años recién cumplidos, Thomas McKaulitz no podía creerse que su destino no fuera ser otro que convertirse en el sucesor del jefe de su clan. Ese había sido siempre su sueño desde que era niño, pero con los años descubrió que ese sueño se esfumaba de sus manos cuando su padre renunció, dejó toda su vida para dedicarse en cuerpo y alma a su familia.
Abandonó el Castillo de Leoch y regresó a la granja familiar donde había crecido y que llevaba su hermana y cuñado. Dejó atrás toda una vida para dedicarse a trabajar la tierra con sus propias manos.
A Thomas le costó entenderlo al principio, pero con los años supo que había tomado la decisión adecuada. Pero en el fondo de su corazón, habitaba su parte guerrera que salía a la luz de vez en cuando, y eso le había metido en más de un lío.
El último casi le cuesta la vida, y su padre dio la cara por él, entregando a la guardia británica más de la mitad de su cosecha con lo que ese invierno fue el más duro que habían pasado.
Eso le hizo recapacitar a Thomas y prometiendo a su padre que jamás volvería a poner en peligro a la familia, se aisló en una pequeña propiedad que había heredado de su abuela Helen, y allí con ayuda de su primo Jaime y su mujer Joan, trabajaban las tierras desde que salía el sol hasta que se ocultaba.
Como ese día, nada más salir el sol Thomas ya se hallaba vestido con kilt y cortando leña con ayuda de su primo. Se acercaba un frío invierno y tenían que irse preparando.
Pero no podía quitarse de la cabeza la extraña sensación de que al terminar el día algo iba a ocurrir que trastocara esa paz en la que vivían él y su clan desde hacía unas semanas.
Trató de no pensar en ello, tenía un largo día por delante y había mucho trabajo que hacer. Tras cortar y guardar la leña, se dedicarían a cuidar del ganado junto con el resto de los hombres que les echaban una mano a cambio de un techo donde dormir y unas tierras que trabajar. Y la tarde la dedicaría a dar una vuelta por sus tierras, para asegurarse que todo estaba en orden.
Y en eso estaba, montado en su caballo recorría el verde prado prestando mucha atención a lo que le rodeaba.
Entonces la vio, tumbada en mitad de la nada yacía una persona. Echó un vistazo a su alrededor, no había nada ni nadie. Arrugó la frente y espoleando el caballo se acercó a todo galope, parando casi encima de la doncella.
Se bajó con rapidez con su mano derecha puesta en la empuñadura de su espada mientras estudiaba con detenimiento a la mujer que parecía no haberse percatado de nada. Era muy pequeña comparado con él, su cabello negro era largo y estaba suelto, dejando a la vista un fino rostro de una belleza que nunca jamás había visto antes.
Vestía únicamente una túnica blanca que le llegaba hasta las rodillas, e iba descalza.
— ¿Se encuentra bien, milady?—preguntó arrodillándose a su lado.
Pero no obtuvo respuesta alguna. Tal vez estuviese herida, y necesitaba ayuda. Se inclinó sobre ella y la cogió entre sus brazos haciéndole girar con sumo cuidado.
Una ráfaga de viento hizo que su pelo cayera sobre su cara, y Thomas sacudió la cabeza para echarlo a un lado. Entonces su visión quedó despejada y pudo observar mejor el bello rostro de esa dama.
— ¿No me oye?—preguntó con voz ronca— ¿Está bien? ¿Le duele algo?
Seguía sin respuesta alguna, la mujer le miraba con una mezcla de miedo y sorpresa en su cara.
— ¿Qué está haciendo en mis tierras?—preguntó Thomas con cierta rudeza.
— ¿Sus tierras?—repitió la mujer con torpeza.
—Las tierras del clan McKaulitz—especificó Thomas—Y yo soy Thomas McKaulitz, señor de estas tierras.
Antes de que pudieran seguir hablando, un grito le hizo ponerse en guardia. Se levantó con rapidez llevándose consigo a la temblorosa mujer, a quien rodeó con un brazo mientras que usaba la mano libre para desenvainar su espada y buscar el origen de ese grito.
Se acercaban varios caballos, y pronto divisó en la lejanía un grupo de 5 hombres que se acercaban a gran velocidad. Sus avispados ojos reconocieron de inmediato los colores de su clan, y entre los hombres vio a sus dos mejores amigos y compañeros de batalla. Georg y Gustav, primos por parte de madre y pertenecientes al clan Fraser.
Pronto los tuvo a su lado, venían con algunas heridas que no revestían gravedad.
— ¿Qué ha pasado?—preguntó Thomas.
—Hemos sido atacados por una guardia británica—explicó Georg entre jadeos—Creo que hemos logrado despistarlos.
Thomas asintió con la cabeza, estando su hogar cerca no quería llevar a los británicos a el y que empezara una lucha sin cuartel. Lo mejor era asegurarse que se marchaban por otro lado, y sino hacer todo lo que estaba en sus manos para evitar que destrozaran su hogar.
— ¿A quién tienes en tus brazos, primo?—intervino Gustav.
—Esta mujer estaba tendida en el prado, creo que está herida—explicó Thomas por encima.
Fue entonces cuando Bill reaccionó. Desde que le levantara del suelo como si no pesara nada apenas podía respirar de lo fuerte que le abrazaba. Y luego estaba lo otro…le habían confundido con una mujer, otra vez. Estaba cansado que sus rasgos femeninos fueran siempre motivo de burla o error.
—No soy ninguna damisela en apuros—gruñó Bill forcejeando para soltarse.
Apoyó las manos en el fuerte y musculoso pecho de Thomas tratando de apartarse de él, pero era fuerte como una roca y apenas le pudo mover.
— ¿Es esto una broma o qué?—preguntó Bill entre jadeos— ¿De qué vais disfrazados? ¿Y cómo me habéis sacado del hospital? Como sea una novatada os juro que pienso poner una queja.
Todos miraron a Bill como si desvariara, pues nada de lo que decía tenía sentido alguno. Eso, y que al escuchar su voz habían caído en la cuenta que no tenía nada de mujer.
— ¿No eres una dama?—preguntó Georg arrugando la frente.
—Que no joder, y no te hagas el idiota—contestó Bill resoplando—Quiero que me soltéis, estaba descansando tras el accidente y no estoy en condiciones de ser trasladado. Se os va a caer el pelo…
— ¿Qué tal si dejamos la conversación para otro momento?—preguntó Thomas dándole a Bill un poco de espacio—Ahora silencio, vamos a ver por donde andan esos británicos.
Antes de que Bill pudiera replicar nada fue llevado casi a rastras. Thomas le soltó lo justo para subirse a su caballo y con ayuda de Georg Bill fue izado y sentado ante Thomas.
—Bájame de inmediato—exigió Bill tratando de alejarse del contacto de Thomas—Os estáis pasando de la raya, estáis llevando la broma muy lejos.
Thomas le miraba sin comprender una palabra de lo que decía, y dedujo que estaría conmocionado por lo ocurrido. ¿Qué hacía tirado en mitad de sus tierras y en ropa interior? Seguro que habría sido atacado, y como consecuencia deliraba y decía esas cosas tan raras.
Tenía que ayudarle, pero lo primero era ponerse a salvo de la patrulla británica. Ya tendrían tiempo luego.
—Sujétate con fuerza—ordenó Thomas acomodándose a su espalda—Se te ve muy debilucho, no quisiera que te cayeras.
Bill iba a negarse cuando Thomas espoleó su caballo y se pusieron en marcha. Se agarró con fuerza tal y como le habían ordenado y trató de mantenerse en el caballo, que galopaba por el prado como si fueran perseguidos por alguien.
Georg, Gustav y el resto de los hombres les seguían. Se adentraron el bosque y Bill perdió la noción del tiempo. solo sabía que de repente el sol se había ocultado y una fina lluvia empezó a caer.
A los pocos minutos estaba empapado y no podía evitar temblar de frío. Y de miedo también, no entendía que estaba pasando. Hacía unas horas que había sido llevado al hospital por un accidente y en esos momentos se encontraba subido a un caballo junto lo que parecían ser extras de alguna película escocesas.
Y lo más sorprendente, tanto leer sobre sus antepasados y se encontraba junto uno de ellos… ¿cómo podía ser? ¿No formaba parte de su sueño? ¿O es que quizás había viajado en el tiempo?
¿Era posible eso? Viajar al pasado, 300 años atrás y encontrarse con uno de sus antepasados…que no podía negar que era uno de los hombres más guapos con los que se había encontrado, no tenía nada que ver con Andreas, que era totalmente opuesto.
Andreas… ¿qué estaría haciendo en esos momentos? ¿Y su madre y Gordon? Tal vez se hubieran dado cuenta de que había desaparecido de hospital, habrían llamado a la policía y creerían que alguien le había secuestrado, pues él nunca se iría sin decir nada a nadie.
Aunque… últimamente se comportaba de una manera muy extraña, desde que se puso la alianza de Claire para ser más exactos. Tal vez pensarían que se había vuelto loco y huido del hospital. Si casi le atropelló un coche por ir en ese estado, su madre pensaría que le había pasado algo peor y estaría destrozada…
Sus ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo, lo mejor era no hacer conjeturas hasta que pudiera averiguar cómo había pasado su viaje al pasado, y qué podía hacer para volver a su casa.
No tuvo tiempo de pensarlo con más calma, Thomas hizo que el caballo frenase su galope y bajó de el de un salto. Tiró de Bill y le hizo bajar también, llevándose un dedo a los labios para que se mantuviera en silencio.
Bill así lo hizo, estaba muerto de miedo. Era ya de noche y apenas se veía lo que había a su alrededor. A sus oídos llegaba algún que otro gruñido, y Thomas le llevaba en esa dirección.
Minutos después dieron con su origen, un escocés tendido en el suelo sujetándose un brazo por donde la sangre manaba de una herida profunda.
Fue verla y Bill entonces reaccionó. Era su deber parar esa hemorragia, tenía los conocimientos necesarios y ya había dejado de preguntarse si lo que estaba pasando era real o seguía soñando.
—Puedo ayudar—susurró tratando soltarse de Thomas.
Thomas le miró alzando una ceja, pero algo en sus ojos le hizo asentir con la cabeza y soltó su mano.
—Necesito vendas limpias—pidió Bill en voz baja arrodillándose ante el herido.
Pero nadie se movió a obedecer, se habían agrupado a su alrededor para observar mejor su trabajo.
Bill se dio cuenta que no deberían llevar nada, así que resoplando se dispuso a examinar la herida. No era tan profunda como pensaba, si tuviera el material necesario lo solucionaría con algunos puntos de sutura superficiales pero en esas circunstancias se tendría que arreglar con lo que disponía a mano.
— *No parece grave, pero ha perdido mucha sangre—murmuró —Hay que desinfectar bien antes de vendarlo.
— ¿Desinfectar?—repitió Georg.
—Si, limpiarlo para eliminar gérmenes—contestó Bill tratando de mantener la calma.
— ¿Gérmenes?—repitió esa vez Gustav.
Bill sacudió la cabeza, todo lo que decía era extraño para esos guerreros.
—Necesito yodo—dijo, sabiendo que no sería entendido por nadie— ¿Merthiolate? ¿Alcohol? *
Ahí reaccionaron todos, buscando entre sus ropas Georg sacó una pequeña petaca que le pasó. Bill la tomó y abrió, echando una pequeña cantidad sobre la herida del guerrero.
—Necesito un cuchillo—pidió de nuevo.
Thomas se movió esa vez y sacó una daga de su bota. Bill la cogió y con ella cortó un trozo de su camisón con el preparó una improvisada venda con la que cubrió al herida del guerrero que en ningún momento se quejó a pesar que le tendría que estar doliendo mucho.
—Ya está, ahora lo mejor sería que no moviera mucho el brazo para no abrir la herida—explicó Bill poniéndose en pie—Necesitaría algunos puntos, pero aquí no tengo el instrumental necesario.
—Has hecho lo que has podido, y te lo agradecemos—dijo Thomas por todo—Ahora tenemos que irnos antes de que vuelva la patrulla.
—No puedes volver a tu casa Thomas—murmuró Georg.
Thomas asintió con la cabeza, estaban en sus tierras y podía perderlas si se sabía del ataque ocurrido en ellas y que él había participado de alguna manera.
—Vayamos a casa de mi padre—dijo Thomas—Podremos quedarnos ahí mientras se calman las cosas.
—Serán dos días de viaje, solo pararemos cuando los caballos lo necesiten—aclaró Gustav.
—Pero no puede montar a caballo en su estado—apuntó Bill señalando al guerrero herido.
Pero nadie parecía escucharle, empezaron a subirse a los caballos en silencio.
—Muévete, no queremos que la patrulla nos encuentre—ordenó Thomas.
—Es de noche y apenas hay luz, ¿cómo vamos a poder viajar de noche?—preguntó Bill negándose a moverse.
—Me sé el camino con los ojos cerrados—contestó Thomas sonriendo—Y ahora te subes tú al caballo o te tengo que llevar en brazos.
Bill resopló como respuesta y se cruzó de brazos, viendo como Thomas se movía en su dirección dispuesto a cogerle en brazos y subirle él mismo al caballo.
—Está bien, puedo yo solo—casi gritó Bill retrocediendo un paso.
Resopló de nuevo y trató de subir él solo al caballo por sus propios medios, pero era muy alto y él no tenía las fuerzas necesarias. Al final Thomas tuvo que ayudarle y subió tras él de un ágil salto.
Emprendieron el camino en silencio, la fina lluvia aún seguía y Bill no sabía si iba a morir de una hipotermia en plena Escocia.
Como si le hubiera leído el pensamiento, Thomas se movió con rapidez y usando la parte de su kilt que sobraba la echó por encima de los dos para poder cubrir con el a Bill.
— ¿Mejor?—preguntó en voz baja.
Bill asintió con la cabeza, la verdad era que a pesar de parecer una fina tela abrigaba bastante, y teniendo a Thomas pegado a su espalda el calor que emanaba era muy agradable también.
—Procura dormir un poco, nos espera un largo viaje—pidió Thomas.
Bill cerró los ojos y trató de hacer lo que le habían pedido, rezando para que cuando volviera a abrir los ojos se hallara en una cómoda cama de hospital y no en las Highlands.
Continuará…
*cuando Bill cura la herida del guerrero, el dialogo está sacado de la serie
*El merthiolate es unos de los antisépticos más utilizados y que todos tenemos en nuestro botiquín de primeros auxilios.
*la parte donde Thomas le dice que se suba al caballo él solo o le sube él en brazos, la tomé de 50 sombras más oscuras, cuando Christian le dice a Anastasia que echara a andar o le llevaba él en brazos.
Ay Bill, ¿cómo prefieres regresar a casa, que estar en los brazos de Tom? XD
Ya en serio, claro que lo primero que pasa por su cabeza es que esto es una mala jugada, un sueño y ahí mi duda¿es un sueño, un viaje que será relativo en cuestión de tiempo para él y su familia ?
Pues la primera impresión ya está y ambos son conscientes de la belleza del otro. .♥
Nos leemos en el siguiente capítulo! ♥
tu duda fue la mía cuando estaba escribiendo Ady, pensé que si al final todo sería un sueño o realidad…y ya lo irás viendo cuando se acerque el final, pero aún queda mucho, llevo como 18 largos capitulos escritos y sin llegar a la mitad de la historia, asi que ya te puedes imaginar lo larga que será.
Yo tampoco querría irme a casa con lo cómoda que iría entre los brazos de Thomas 😀
Estimadisima escritora me atrapó desde el inicio la trama. Me recordo un poco al film «pide al tiempo que vuelva». Tendrá algo que ver el anillo que lleva Bill encontrado entre las pertenencias de sus ancestros escoceses este encuentro con Thomas? mmmmm Solo es una suposicón. esperare ansiosa la actualización. saludos afectuosos. P.D. Adore otras fics escritas por ti
querida lectora, he de decirte que no sé que película es la que me dices, asi que la he mirado en google y tienes razón, se parece un poco la trama, y voy a ver si me la puedo descargar para ver (gracias por recomendarmela).
En cuanto al anillo…algo tiene que ver fijo, más adelante se sabra.
gracias por leer, este y las demas fics!
aww viajo en el tiempo?? ahhh jaja lo tom lo confundio con chica pobre bill aunq su belleza es unica amo este fic ya
Pero que tonto bill…estas en los brazos del dios grego de tom y quieres volver ala cama del hospital hay billito xD
Espero de verdad que no sea un sueño pues estas historias de regresa al pasado me encantan mucho tanto que mi anime favorito es Inuyasha :3