Fic Slash de lyra

Capítulo 11: Debilidades

Salió del comedor ajustándose más las gafas. Se había quedado sin desayunar gracias a Gustav, aunque tampoco era que tuviera muchas ganas.

Decidió subir a su habitación y esconderse en ella el resto de la mañana. Esperando ante el ascensor se encontró a Tom saliendo de uno. Se quedaron mirándose sin decir nada. Separó los labios dispuesto a ser el primero en romper el frío silencio, pero Tom lo vio y echó a andar en dirección contraria, cumpliendo la promesa del día anterior. No le iba a volver a hablar en su vida, sni siquiera para saber si ya se encontraba ligeramente mejor.

Ahogó un sollozo y entró en el ascensor, pulsando el botón de su planta mientras le iban cayendo las lágrimas. Quería ir a su habitación cuanto antes, encerrarse en ella con su dolor y así no ofender a nadie.

Una vez a solas en la seguridad que le confería esas cuatro paredes, se tumbó en la cama gimiendo por lo bajo. Se cubrió con las sábanas y cerró los ojos con pesadez. Notaba el cansancio de la noche que había pasado sin poder dormir, porque cada vez que cerraba los ojos veía como Tom salía del baño dándole la espalda, pegando un fuerte portazo y dejando bien cerrada esa puerta que jamás le volverá a abrir cuando más le necesitara.

Logró quedarse profundamente dormido, saltándose incluso la hora de la comida. Cuando por fin despertó eran más de las 3. Se giró en la cama destapando su cabeza, quedándose de espalda pensando en pedir que le subieran algo para así no tener que bajar al comedor y enfrentarse a todos: sus compañeros, el productor… ¡su hermano!

Gimió frustrado y se levantó antes de volver a caer en la melancolía. Descolgó el teléfono y pidió un ligero almuerzo que media hora después devoraba hambriento. Parecía que su estómago no estaba conectado con su corazón, mientras que uno sufría de amor el otro solo se preocupaba de ser llenado y saciado.

Como él mismo. Necesitaba saciarse, pero no había nadie a su alcance. Miró sus manos y negó con la cabeza. Él solo no bastaba para frenar esa hambre.

Terminó de comer y entró en el baño para tratar de arreglarse. Peinó su cabello sin vida, dándole igual si lucía bien. Se maquilló lo mejor que pudo, escondiendo sus grandes ojeras y sus tristes ojos bajo una sombra negra.

Miró la hora que era en el móvil y vio que se había retrasado. Le estarían todos esperando ya en recepción, y nadie había sido capaz de llamarle o subir a buscarle.

Suspiró resignado y cogiendo de nuevo sus gafas de sol corrió a reunirse con ellos.

.

Una vez en el coche que les llevaba al estudio se acomodó mejor en el asiento, viendo con dolor que por primera vez Tom no se había sentado a su lado, sino bien lejos sin mirar ni hablar con sus compañeros.

No sabía si ya había hablado con ellos y les había pedido una explicación del porque se aprovechaban de su cuerpo. Pero eso no le importaba en esos momentos, solo saber que alguno estaría aún dispuesto para calmar las necesidades que su cuerpo le pediría a gritos cuando la mera presencia de Tom le causara un dolor intenso.

.

Una vez en el backstage esperaron a que les avisasen para salir. Sentado solo en un rincón observaba a escondidas al resto del grupo. Georg, como siempre, pasaba del problema comiendo. Gustav miraba al suelo con la cabeza inclinada, como si así le diera más lástima. Y Tom …a saber dónde se encontraba. Nada más llegar se separó de ellos y todavía no había vuelto.

Al poco entró un David que no le quitaba los ojos de encima. Se removió incómodo en el asiento. Odiaba que le mirara de esa manera, como si le desnudara con los ojos.

—Salís en 15 minutos—avisó sin dirigirse a nadie en particular.

Se sentó en el gran sofá y fingiendo estar trabajando en el portátil sonrió sin quitarle la vista al cantante. Se le veía tan abatido que sabía con certeza que tarde o temprano recurrirá a él, y de solo pensarlo ya se ponía duro. Le excitaba verle así, tan indefenso ahora que su hermano le había dado la espalda, tan vulnerable que caería rendido a sus pies con solo una mirada.

Hablando del guitarrista, éste apareció en la puerta con cara de pocos amigos. Se detuvo al ver como el productor no le quitaba la vista de encima a su hermano mientras sonreía y se pasaba la lengua por los labios.

Le estaban entrando unas fuertes ganas de golpearlo y borrarle así esa fea sonrisa, pero como Bill se lo había buscado decidió dejar el tema…por el momento.

Dirigió la mirada al resto de sus compañeros, otros que también recibirían su parte. Aún no había hablado con ellos, pero pensaba hacerlo pronto. Quería saber cómo habían podido caer tan bajo aceptando a Bill solo para tener sexo con él… ¿tan desesperados estaban?

Se giró y por último lugar miró a su desdichado hermano, quien cruzados de brazos trataba de ocultar su cuerpo a la lasciva mirada del productor. Se le quedó mirando fijamente perdido en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que había alzado la cabeza y le miraba de la misma manera, interrogándole con la mirada y alzando una ceja.

Negó con la cabeza y desvió la mirada. Sabía cuál era su silenciosa pregunta. Quería saber si le había perdonado, o si lograría hacerlo alguna vez. Pero, ¿qué tenía que perdonarle? ¿Qué no le hubiera contado que era gay?

Porque lo otro era otra cosa. No era asunto suyo con quien se acostaba o no, pero le dolía que lo hiciera solo para saciar sus necesidades, para obtener placer sin importarle los sentimientos,

Era como si el amor le diera igual con tal de obtener un buen orgasmo de placer. Pero para él el amor estaba primero. No podía acostarse con la misma persona una y otra vez sin llegar a sentir algo por ella.

Entonces un suspiró llamó su atención. Miró a Gustav, quien parecía que le había leído el pensamiento. Por lo visto tras acostarse tanto con Bill había acabado sintiendo algo, y solo recibía desprecio por su parte.

Sentía algo de pena por él. Fue el único que se atrevió a contarle lo que pasaba, y había salido mal parado. Pero bueno, él también se lo había buscado. Uno no jugaba con fuego si no quería quemarse.

Fueron llamados para salir al escenario y se pusieron en marcha, siguiendo al regidor del programa por un pasillo, guardando silencio entre ellos. Esperaron a que fueran presentados y entonces salieron al escenario esbozando su mejor y forzada sonrisa, saludando al público allí congregado.

Tras mantener una pequeña charla con la presentadora a la que Bill contestó todas sus preguntas tragándose esas lágrimas que luchaban por salir, ocuparon su sitio en el escenario y actuaron dando lo mejor de ellos.

.

—Ha sido patético, una basura—les riñó David en el camerino media hora después.

Los chicos no se atrevieron a mirarle. Sabían que la actuación había salido de pena, sobre todo la del cantante, sin voz a mitad de la canción y perdiendo el ritmo cada dos por tres.

—Si te sentías mal podíamos haber puesto play back—continuó la riña dirigiéndose al cantante.

—No me gusta usarlo…me resulta falso—logró susurrar Bill sin alzar la mirada.

—Vaya, ahora te preocupa parecer falso—soltó Tom sin poder evitarlo.

Todos le dirigieron una mirada, esperando a que dijera algo más del tema que nadie quería mencionar pero que flotaba en el ambiente. Pero la mirada de Tom continuó fija en el suelo, mordiéndose furioso los labios por su pequeño lapsus.

Se prometió no decir nada del tema, y menos sacarlo a relucir delante de sus “compañeros”…pero tras las palabras de Bill se calentó y las suyas salieron como si tuvieran vida propia.

—Bueno, dejemos las puñaladas para otro momento—puso paz David sonriendo—Volvamos al hotel, mañana salimos para casa. Os quiero ver en el estudio ensayando como locos los próximos días, no saldréis hasta cantar al menos una canción como Dios manda.

Tras decir esas palabras señaló la puerta, por donde salieron los chicos sin decir nada entre ellos. Subieron al coche que les llevaría al hotel y ni entonces hablaron. Todos estaban sumidos en sus pensamientos, meditando las palabras del productor, y temiendo una futura reacción del cantante.

.

Una vez de en el hotel cada uno se encerró en su habitación, sin muchas ganas de cenar juntos como siempre hacían comentando lo genial que había ido todo. Nadie tenía ganas de hablar y menos de mirarse a la cara.

Pero había una persona que en esos momentos lo estaba pasando realmente mal…

Paseando por su habitación, el cantante no le quitaba los ojos a la puerta, tragándose las ganas que sentía de salir corriendo por ella para ir al encuentro de cualquiera de sus compañeros.

Se paró ante ella, abrazándose muy fuerte el cuerpo, comenzando a temblar por los nervios. No quería volver a ser usado nunca más, pero el sexo se había convertido en una especie de droga y ya iba necesitando una dosis con urgencia.

Necesitaba dejar atrás esa mala actuación, la manera en la que David le desnudó con la mirada, y la indiferencia de su hermano ante su dolor.

Cogió aire profundamente y con una temblorosa mano abrió la puerta y salió corriendo de la habitación. Caminó despacio por el pasillo, dejando que sus pies eligieran el camino y con él su destino.

De las 3 posibilidades que se le presentaba, una de ellas estaba descartada desde el principio. No podía volver a los brazos de Gustav. No quería hacerle sufrir más, por muy bien que le tratara, aunque fuera el único que aún le respetara…

.

Maldijo por lo bajo cuando al doblar la esquina se topó con Tom, viendo que no iba solo. Lógico que él también sintiera la urgencia de desahogarse y lo hiciera a su manera.

—Hola—le saludó muy emocionada la chica que Tom llevaba colgada de su brazo.

Pero no le contestó. Dirigió la mirada a su hermano, pero al ver su expresión agachó la cabeza y pasó a su lado sin decir nada, tragándose las lágrimas por el camino.

— ¿Le pasa algo a tu hermano?—preguntó la chica preocupada.

—Él se lo ha buscado—contestó Tom tirando de ella.

Casi echó a correr a su habitación. Sabía a donde se dirigía su desesperado hermano. Allá él con su vida, que la destrozara de esa manera si era lo que deseaba.

Bill continuó andando sin volver la vista atrás. Se imaginaba a Tom encogiéndose de hombros al contestar a la chica, dándole igual lo que le hiciera con su vida…sin saber que lo hacía para poder olvidarlo…

&

Llegó a la puerta deseada y llamó con desesperación, secándose la lágrima que bajaba por su mejilla.

— ¡Bill!—dijo un sorprendido Georg.

Se apartó a un lado y le dejó pasar. No le esperaba, había visto las miradas que le dirigió el productor y pensaba que esa noche acudiría a él, sabiendo con certeza que el batería había sido eliminado de la lista.

Sintió una punzada de dolor al pensar en él. Se lo había advertido cuando vio las primeras señales. Le dijo alto y claro que el cantante no buscaba nada serio en ellos, que solo era sexo…pero no contó con que terminara pillado por él, sufriendo al verle pasar por todo sin el apoyo incondicional de su hermano.

Vio como el cantante caminaba hacia la cama, dejando caer al suelo cada una de las prendas que llevaba puesta, mostrándole por primera vez su desnudez completa. Nunca había acudido a él de esa manera, sus encuentros se limitaban a una simple mamada, y no sabía si quería hacerlo…o se sentía preparado.

Una vez desnudo del todo se tumbó boca abajo en la cama, enterrando la cara en las almohadas y ahogando así los sollozos.

—Bill, no sé si esto…. —empezó a decir Georg carraspeando.

—Calla—cortó Bill con firmeza—Ahora no me vengas con esas.

Cerró los ojos esperando su decisión, sabiendo muy bien cuál iba a ser. Logró sonreír cuando a los pocos minutos sintió que el colchón se hundía bajo el peso de otra persona, como su cálido aliento le recorría la desnuda espalda y sus caderas fueron suavemente elevadas.

Contuvo la respiración al sentir como le preparaba y no pudo evitar gemir cuando le comenzó a embestir…

&

De pie en el hall del hotel nadie se atrevía a decir nada. Esperaban para subir al autobús que les llevaría de regreso a casa mientras que el productor terminaba de hablar por el móvil para salir todos juntos.

Desde que le vieron salir del ascensor sabían que algo no iba bien. Se le veía muy enfadado, contestando mal a todo el mundo, llegando incluso a gritar.

Solo dos personas sabían el motivo de su enfado…

Al no haber acudido a él tal y como le esperaba, sus nervios explotaron nada más verle. Sin importarle la gente que les rodeaba, le recordó en voz alta su desastrosa actuación de la noche anterior, sonriendo al ver como agachaba la cabeza y no le replicaba, más al verle mirar de reojo a Tom, quien despatarrado en uno de los cómodos sillones del hotel descansaba con los ojos cerrados y una gran sonrisa en los labios.

—Nos vamos… ¡ahora!—anunció David colgando el móvil enfadado.

Todos se pusieron en marcha de inmediato. Salieron del hotel sin casi tiempo de pararse a atender a las fans allí reunidas, subiendo al autobús que arrancó una vez que todos subieron.

.

El viaje se les hizo muy largo y aburrido. Nadie hablaba, todos estaban sumidos en sus pensamientos.

Desde el sillón en el que estaba, el cantante observaba en silencio a sus compañeros. Georg se distraía con la play, Gustav miraba por la ventanilla o eso era lo que parecía, Tom llevaba 10 minutos encerrado en el baño y el productor de nuevo no le quitaba los ojos de encima.

Cansado de su mirada decidió subir y tratar de descansar un poco. Se levantó y casi corrió hacia las escaleras. Suspiró una vez arriba y se sentó en su litera mientras se descalzaba…no viéndole hasta que ya era tarde.

—Ayer te esperé toda la noche—dijo David sentándose a su lado.

Fue verle correr por el autobús y ponerse duro al momento. Sin importarle la mirada que le echaron la mitad del grupo, se levantó y fue tras él sabiendo que no serían molestados.

—No…ahora no…no tengo ganas—balbuceó Bill muy nervioso.

—Bill… ¡te conozco! Siempre tienes ganas…y muchas en este momento—rio David poniendo una mano en su entrepierna.

— ¡David!—susurró Bill trató de levantarse— Tom está abajo…nos pueden pillar…

—Será solo un momento—susurró también David sentándole en la cama de nuevo.

No pudo negarse cuando comenzó a frotar con insistencia, lo que le hizo soltar un pequeño gemido y caer rendido. David lo tomó como un sí y sin parar de tocarle se desabrochó los pantalones con una veloz mano, viendo que él mismo estaba ya preparado.

Solo le dejó incorporarse lo suficiente para que se desabrochase los pantalones y él mismo se los bajó hasta las rodillas, tumbándole de nuevo en la cama y echándose encima…

Sabía que no podía pasarse las 5 horas que duraba el viaje encerado en el baño, pero no se veía con fuerzas para salir y enfrentarse a las silenciosas miradas de sus compañeros, el productor y su hermano pequeño.

Decidió que lo mejor era subir y tumbarse en su litera, hacerles creer que dormía y poder dedicar ese tiempo a pensar en soledad, recapacitar con los ojos cerrados todo lo que pasó la noche anterior.

Todavía no entendía que le pudo haber pasado. Quería hacerlo, lo deseaba con todas sus ganas, pero desde que empezó a besarla una vez ya desnuda en su cama no pudo sacarse a su hermano de la cabeza.

No podía dejar de verle con esa triste expresión en la cara, camino de los brazos del productor…porque sabía que iba a pasar la noche con él, tras las miradas de esa tarde y sabiendo lo débil que era Bill, iría a desahogarse con ese bastardo.

Cuando se enteró de que era gay y se acostaba con Gustav…no es que le llegara a gustar mucho la idea, pero prefería verle con él antes que con cualquier otro, y menos si era su “querido” productor.

Viendo en su móvil que ya habían pasado otros 10 minutos, decidió que ha llegado la hora de salir y enfrentarse al mundo. Cogió aire profundamente y descorrió el cerrojo.

Nada más salir, buscó a Bill con la mirada, viendo con horror que no se encontraba donde le dejó…y tampoco el productor. Sabía que solo había un sitio en el que podían estar los dos, y hacia el se dirigió con paso firme.

— ¡Tom! Déjalos—pidió Gustav levantándose.

— ¿Qué los deje?—gritó Tom sin volverse.

Gustav corrió tras él, cogiéndole del brazo, forcejeando cuando intentó que le soltase.

—Por favor—suplicó.

— ¿Cómo te quedas sin hacer nada? Pensé que mi hermano te importaba—soltó Tom en la cara.

—Y me importa. Solo quiero que sea feliz, aunque sea de esa manera—murmuró Gustav arrugando la frente con dolor.

—Estás dejando que te lo roben delante de tus narices,…pero yo pararé esto de una maldita vez—dijo Tom con firmeza.

Consiguió librarse de su agarre, echando a correr escaleras arriba antes de que se lo impidiera de nuevo…no esperando encontrárselos en plena acción.

— ¡La madre que te parió!—no pudo evitar gritar.

Eso consiguió que Bill levantara la cabeza y le mirara con miedo en los ojos. Le había pillado en la situación más temida de su vida.

— ¡Vístete de inmediato!—gritó Tom de nuevo al verle parado,

Vio cómo se incorporaba velozmente, cogiendo las prendas que aún llevaba por las rodillas y subiéndoselas con torpeza. Dio un paso en su dirección y le cogió con fuerza del brazo para alejarle todo lo que podía del salido del productor, quien también recomponía sus ropas sin ninguna prisa ni vergüenza.

—Tom…me haces daño…—gimió el cantante medio llorando.

Pero ignoró su lamento y tiró de él con más fuerza en dirección de las escaleras.

—Para…no tienes ningún derecho…—trató de protestar Bill.

—Lo tengo, viendo que te tiras al primer mierda que ves—cortó Tom furioso.

—Tu hermano vino por voluntad propia, es mayorcito para saber lo que quiere y lo que no—rio el productor poniéndose en pie.

—Tú te callas—gritó Tom tratando de no soltar a su hermano.

Pero el cantante forcejeó con fuerza y tras un minuto se liberó, alejándose todo lo que pudo de su furioso hermano, asustado por la reacción que pudiera tener.

—No he terminado contigo—siseó Tom dando un paso hacia él.

—Bueno, yo sobro en esta pelea de hermanos—dijo David pasando a su lado.

Vio como sonreía por el camino y sin querer detenerse alzó el puño y lo estrelló en su cara.

— ¡Tom! ¿Qué has hecho?—gritó Bill asustado.

Pero antes de que pudiera contestarle, un enojado David se defendió golpeando su estómago.

Viendo que se había formado una pelea, Bill decidió separarlos. Tiró de la cintura de Tom al tenerle más cerca, rezando para tener las fuerzas necesarias…pero el autobús dio un volantazo y eso le hizo perder el equilibrio…

Y no fue el único que lo perdió. Levantando el puño en ese momento para volver a golpear al productor, Tom no acertó y vio con horror como era Bill quien lo recibía…haciéndole caer de espaldas por las escaleras…

Continúa…

Gracias por la visita.

por lyra

Escritora del fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!