Fic Slash de lyra
Capítulo 9: Nada es lo que parece
La mañana pasó sin ningún contratiempo. No tenían nada concertado, ni entrevistas ni sesiones de fotos. Tras ser testigo del estallido de Bill contra su… ¡novio!, esa era la palabra adecuada… decidió dejarle a solas, consciente de que no quería sus consuelos.
Llegó la hora de comer y bajó a reunirse con sus compañeros, encontrándose solo a Georg delante de una mesa llena de comida.
— ¿Todo bien anoche?—preguntó Georg cuando se dejó caer a su lado.
— ¿Tú ya lo sabías?—preguntó Tom dolido.
—Bueno,…Bill y yo…—empezó a decir Georg carraspeando.
— ¡Con Gustav!—cortó Tom sin haber escuchado sus palabras—Y delante de mis narices. Tantos años unidos y no es capaz de decirme que es gay y se ha echado novio.
—Ya…eso—le siguió la corriente Georg.
Recordaba que su amigo le dijo que se lo explicaría a su manera, pero jamás llegó a pensar que iba a contar semejante mentira solo para salvar al cantante de su hermano.
Antes de que pudieran seguir hablando, un enfadado David se les acercó.
—Recoged vuestras cosas, nos vamos en media hora—les avisó casi gritando.
— ¿Cómo? ¿Por qué?—preguntó Tom confuso.
— ¡Nos han echado del hotel! Y todo gracias a tu hermanito—se encaró David con él—El director pudo pasar lo de anoche porque no le vio nadie, pero esta mañana ha recibido varias quejas diciendo que un adolescente se paseaba desnudo por el pasillo dando gritos.
—No estaba desnudo—le defendió Tom enfadado.
—Me importa una mierda. ¿Sabes la mala publicidad que nos va a traer esto? Ya os podéis despedir de los hoteles de 5 estrellas—escupió David con rabia.
Y tras decir eso se marchó sin darles opción a contestarle. Los dos amigos se miraron y al momento se levantaron con rapidez para hacer sus maletas, sabiendo que era mejor irse por las buenas a atraer más mala publicidad para el grupo.
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A los 30 minutos exactos ya estaban todos listos en el hall del hotel, esperando mientras un cada vez más enfadado David se disculpaba una y otra vez con el director, quien con su altiva mirada le escuchaba esperando a que el grupo se alejara lo más posible de su querido hotel y dejara de escandalizar a sus clientes con sus actos.
Suspiraron aliviados cuando por fin se pusieron en camino.
Caminando tras Bill quien escondido tras sus gafas de sol no le había dirigido la palabra y menos aún una mirada, Tom se metió las manos en los bolsillos. A su lado iba Gustav, quien tampoco le miraba o hablaba.
¡Genial! Solo quería descubrir que le pasaba a su hermano y había conseguido que la mitad del grupo no se hablara y de paso que les echaran del hotel.
Comprobaron aliviados que delante del hotel no había fans, ya que nadie sabía que se iban en esos momentos, tenían planeado irse al día siguiente. Subieron con rapidez al autobús que ya les esperaba con el motor en marcha y se sentaron a esperar la charla del productor, que no se hizo de rogar.
—Os he conseguido habitación en un mísero hotel que os ha querido aceptar—les informó David mirando al cantante fijamente—Espero que te sepas comportar, si no la próxima vez dormirás en el autobús.
Tom vio cómo Bill solo agachaba la cabeza. Quería gritarle que no se dejara gritar por el productor, pero en vista de lo mal que había salido cuando intervino, decidió dejarlo pasar. Que se defendiera él solito, si le daba la gana.
Tras casi una hora de viaje llegaron al hotel que les había buscado un muy enfadado productor. Cuando dijo “mísero hotel” se esperaban un motel, pero solo lo dijo para asustarles. No era de 5 estrellas pero estaba bien.
Subieron directamente a sus habitaciones para arreglarse. Tenían una sesión de fotos en una hora y aunque no estaban con ánimos de sonreír a una cámara, sabían que no les quedaba más remedio que hacerlo.
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No sabía cómo podía estar al lado de Tom, ahora que ya sabía uno de sus secretos no se atrevía a mirarle a la cara. Ni siquiera tuvo fuerzas para enfrentarse al productor cuando le humilló delante de los demás.
Y menos para enfrentarse también con Gustav. Lo había visto venir pero no lo pudo o quiso frenar a tiempo, vio que se estaba enamorando de él, que para él no era solo sexo. En el fondo le gustaba saber que al menos había alguien que se preocupaba por él, por sus sentimientos.
Pero le había fallado al contárselo a Tom. Y a pesar el dolor que sentiría, no iba a volver a recurrir a él, más que nada para no dañar más sus sentimientos.
Terminado de arreglarse, salió de la habitación para reunirse en el hall con los demás. Caminó hasta el ascensor maldiciendo por lo bajo al encontrarse a Tom esperando. No le quedaba más remedio que bajar con él, porque aunque sus ojos ya buscaron las escaleras, Tom se había girado en ese momento como si notara su presencia y le vio de pie quieto.
Suspiró y se le acercó, pero ni le miró ni le habló. El timbre del ascensor anunció su llegada y rezando para que hubiera gente dentro, maldijo de nuevo al encontrarlo vacío.
Entraron y dejó que Tom pulsase el botón de la planta baja, mientras que él le daba la espalda fingiendo retocar su pelo ante el espejo.
— ¿Qué ha pasado esta mañana?—escuchó que le preguntaba sin volverse.
Dejó las manos en el aire, retorciendo nervioso un mechón de pelo con dedos. Eso mismo se preguntaba él. ¿Qué había pasado? ¿Cómo había legado a esa situación?
— ¿Bill?—llamó Tom dándose la vuelta al ver que no le respondía.
Sus miradas se cruzaron en el espejo, pero enseguida apartó la suya. Le daba vergüenza que le mirara tan fijamente, y más cuando ya sabía su secreto. Sintió como esperaba a su espalda, echándole el aliento en el cuello, lo que hizo que miles de escalofríos le recorrieran el cuerpo.
—Lo…hemos dejado—murmuró Bill con lo primero que le viene a la cabeza.
— ¿Por mí?—preguntó Tom con curiosidad.
No pudo evitar sonreír. ¡Claro que había sido por él! Todo lo que hacía en su vida giraba en torno de su querido hermano. Sólo sonreía cuando él lo hacía, sólo lloraba cuando él se lo provocaba. Solo buscaba en otros el amor que él no le daba…
Antes de que pudiera inventarse algo más, el ascensor llegó a su planta y suspiró aliviado cuando las puertas se abrieron, pasando al lado de Tom sin mirarle y huyendo de él a grandes pasos.
Pero no recorrió muchos metros antes de toparse con el “otro”. Sentado en un sillón solo, Gustav se ajustaba la gorra para que le tapara los ojos, como si de esa manera no pudiera verle lo triste que los tenía.
—En marcha—ordenó David al verlos a todos al fin abajo.
Echaron a andar hacia la furgoneta que les llevaría hasta el estudio. Por fortuna nadie se había enterado del precipitado cambio de hotel, y no había fans esperando emocionadas por verlos, ¡Menuda decepción se llevarían!
Parecían fantasmas, cada uno perdido en sus pensamientos. Verían como los hermanos evitaban caminar juntos, como el batería arrugaba la frente dolorido y como el bajista caminaba silbando con las manos metidas en los bolsillos, el único capaz de mostrar una gran sonrisa porque a él no le afectaba para nada esa absurda situación.
Una vez en el auto, y siendo una costumbre, los hermanos ocuparon los asientos traseros, con el indiferente Georg en medio de ellos. Cada uno miraba por su ventanilla, pensando cómo actuar cuando les tocase posar con su contario. Entonces no podrían evitar mirarse y sonreír como si nada hubiera pasado, como si siguieran siendo esos buenos hermanos que todo el mundo esperaba de ellos.
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—Bill, sonríe por favor—pidió un paciente fotógrafo.
Y eso hizo. Tragó su dolor como siempre y se mostró feliz cuando por dentro se estaba muriendo. Y más en esos momentos, cuando posando al lado de Tom sentía el abismo que les separa.
—Tenemos que hablar—susurró cuando cambiaron la pose.
—Dame tiempo para asimilarlo—pidió Tom sin mirarle.
Sonrieron ambos con esfuerzo y suspiraron aliviados cuando el fotógrafo terminó con ellos y llamó a Gustav.
Antes de que intentara hablar con él, Tom huyó de la sala. No sabía que le pasaba. Bill le había dado la oportunidad de explicarle las cosas y él se había negado. Algo en su interior le decía que no insistiera más en el asunto, que al final iba a salir mal parado.
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Vio cómo Tom se alejaba de su lado, como si le repugnara su estilo de vida. Por eso nunca le contó que era gay, y menos aún le iba a contar sus más hondos sentimientos.
Comenzó a sentirse mal otra vez, a sentir la necesidad de sentirse querido por alguien. Miró a Gustav, quien sonreía con esfuerzo a la cámara pero con la vista fijada en él. Negó con la cabeza y se volvió para mirar a Georg, quien dormitaba sentado en un sillón.
Solo le quedaba una opción y tras coger aire profundamente se giró y caminó hasta el productor, quien no le había quitado la vista de encima desde que viera salir al guitarrista, sabiendo lo que iba a pasar y esperándolo deseoso.
Solo asintió con la cabeza y salió de la habitación, consciente de que el cantante le seguiría como si le tuviera cogido con una correa al cuello. Iría a donde él fuera porque le necesitaba en esos momentos.
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Buscó un rincón apartado y le esperó impaciente. Sonrió cuando le vio venir con paso decidido y sin mediar palabra se desabrochó los pantalones y sacó al aire su palpitante miembro.
—Me debes una buena compensación—dijo David sonriendo.
Bill no dijo nada. Solo se arrodilló delante de él y cerrando los ojos posó sus labios en el miembro del productor, comenzando a succionar con suavidad mientras se tragaba las lágrimas que luchaban por salir.
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Tras lavarse la cara, Tom cogió aire y salió del baño dispuesto a hablar con Bill. Fue tonto al dejar pasar la oportunidad. Tenían que hablar, eso era cierto, y Bill deseaba hacerlo en esos momentos.
“¡Idiota!”—se riñó por el camino—“Es tu hermano pequeño, tienes el deber de cuidar de él, y si te cuenta que ha descubierto que le gustan los chicos, debes darle todo tu apoyo y comprensión, no dejarle de lado porque sus gustos hayan cambiado”
Eso era lo que debería hacer. Estar a su lado, mostrarle cuanto le apoyaba en su decisión, no asustarse y huir de él. Le debía una disculpa. Si no se lo contó antes porque tenía miedo, él no era nadie para juzgarle.
Ahora ya había pasado tiempo de sobra, lo había asimilado y estaba en condiciones de hablar con él, de escuchar que era lo que le impedía ser feliz del todo.
Caminó por los pasillos, resoplando al ver que se había perdido. Dio más vueltas hasta que un sonido le llegó a sus oídos. Se giró y comenzó a caminar hasta su origen, quedándose mudo al ver como el productor tiraba del pelo de su arrodillado hermano y le pedía que no parara…que ya estaba a punto de acabar…
Continúa…
Gracias por la visita.
Nooo quiero saber Tom descubrio😭😭😭😂😭se me olvidaba q estaba leyendo lyra solo ella me pone bien y mal al mismo tiempo 🤧🤧🤧🤧🤧