«Solo y sin ti» de lyra

Capítulo 2. Sin vuelta atrás

No podía creer lo que estaba escuchando, miraba al médico que había operado a Bill como si esperara que el dijera que se había equivocado. ¿Cómo iba a estar embarazado su hermano? Era imposible, se lo habría contado.

Escuchó un gemido a su lado y se giró para ver como el productor negaba con la cabeza mientras se mordía los labios con fuerza.

¿Lo sabías?—logró preguntar con un hilo de voz.

Sí—contestó David de igual manera.

Por el resultado de las pruebas—continuó explicando el médico—Estaba casi de 5 semanas. Ha sido un aborto espontáneo, algo normal en los padres primerizos, pero se repondrá y podrá tener más hijos.

Gracias doctor—murmuró Tom.

Espera aquí y te aviso cuando le suban a una habitación—dijo el médico a modo de despedida.

Les dejó a solas, pero antes de que Tom pudiera interrogar al productor, se les acercaron sus compañeros preocupados. Les explicó que Bill se pondría bien y que solo había sido un pequeño susto, guardándose la otra noticia.

Chicos, aquí no hacéis nada—intervino David con brusquedad—Regresad al hotel, ya os llamaremos cuando haya alguna noticia.

Los chicos asintieron y se despidieron de Tom, dándole recuerdos para su hermano y dejándolos solos al fin.

¿Cómo te enteraste?—preguntó Tom sin poder contenerse más.

Me lo dijo nada más saberlo—respondió David evitando mirarle.

¿Nada más saberlo?—repitió Tom extrañado— ¿Por qué?

Porque era mío—susurró David muy bajo.

¿Tuyo?—gritó Tom sin querer.

David le cogió del brazo y se lo llevó aparte, mirando por encima del hombro por si alguien le había escuchado. Su trabajo pendía en esos momentos de un fino hilo, si alguien se enteraba de lo suyo con el cantante siendo él aún menor estaba de patitas en la calle.

Buscó un rincón solitario y allí se enfrentó al confuso hermano.

Tom, sé que no debí acostarme con tu hermano—comenzó a decir en voz baja—Pero cuando ocurrió estaba pasando por un mal momento. Se me acercó una noche y se derrumbó delante de mí. Rompió a llorar diciendo que se encontraba muy solo y que estaba cansado de esperar.

¿De esperar?—repitió Tom sin haberse recuperado aún de la segunda noticia.

Ya sabes…el amor verdadero. Es algo que tu hermano menciona siempre en todas las entrevistas, que lo buscaba sin lograr hallarlo—le recordó David.

¿Y yo donde estaba?—preguntó Tom más para sí mismo—Lo estaba pasando mal y yo sin enterarme, sin hacer nada, sin verlo aun teniéndolo delante de mis ojos.

Calló al ver que una enfermera le hacía una tímida señal.

Ve con tu hermano, ya llamaré yo a tus padres—dijo David.

No les digas lo del bebé—suplicó Tom—Hasta que sepamos si Bill está bien, hazlo por él.

David asintió y le vio marchar. Solo entonces se dejó caer en una silla maldiciéndose por lo bajo al recordar como dejó todo en manos del joven cantante. Le dijo que no se preocupara por nada, que ya se encargaba él de todo. Pero 5 semanas después las cosas seguían tal y como estaban, con él embarazado y por su culpa.

Tras agradecer su ayuda a la enfermera, Tom entró en la habitación a la que habían subido a Bill. Descansaba con los ojos fuertemente cerrados y una mano puesta sobre su vientre plano.

Se le acercó y se sentó lo más cerca que pudo, cogiendo una de sus manos que se llevó a los labios y besó susurrando un “lo siento” contra ella.

Tenía que esperar a que despertara de la anestesia para preguntarle el porqué de sus actos, porque lo llevó en secreto…porque ya no confiaba en él…

Decidió pasar la noche a su lado. Acercó más la butaca a la cama y apoyó la cabeza muy cerca de su hombro. Cerró los ojos suspirando sin soltarle aún la mano, tratando de asimilar las palabras escuchadas. El bebé era de David, se acostó con su hermano porque estaba pasando por un mal momento, y por lo visto no podía contar con él…

Un gemido le hizo abrir los ojos de golpe y coger con fuerza esa mano que le rozaba la mejilla. Se había quedado profundamente dormido y Bill estaba despertando.

Bill—le llamó en voz baja.

Poco a poco Bill fue abriendo los ojos y logró enfocar su triste mirada en él.

Estás en un hospital—explicó Tom en un susurro—Te pondrás bien.

Le vio asentir con la cabeza despacio y tratar de incorporarse sin éxito. Se levantó corriendo a ayudarle, debía seguir anestesiado de cintura para abajo. Cogió el control remoto de la cama y se la levantó hasta dejarle medio incorporado.

Se sentó esa vez en el borde de la cama y le cogió de nuevo la mano, aún no había terminado de darle las malas noticias. Cogió aire profundamente y lo soltó en un hondo suspiro antes de empezar a hablar.

Pensaba en cómo decírselo sin dar rodeos, pero en vista de que Bill era consciente de que iba a tener un bebé, lo mejor era ser directo.

Bill, has perdido el bebé—dijo Tom sin aliento.

Lo sé—respondió Bill sin mirarle.

¿Lo sabes?—preguntó Tom extrañado.

Empecé a perderlo antes de salir a la entrevista—explicó Bill en voz baja.

¿Por qué no dijiste nada? Podríamos haber hecho algo por él, no quedarnos de brazos cruzados—le riñó Tom sin querer.

Era tarde, ya no había nada que se pudiera hacer, y la decisión ya estaba tomada—dijo Bill con firmeza—Quería deshacerme del bebé, solo que…

¿Qué?—le apremió Tom a continuar.

Lo fui dejando, estaba hecho un lío y no sabía si…

De nuevo deja la frase sin terminar. Tom ya no sabía que pensar. Primero le dijo con firmeza que no lo quería tener y al minuto que se lo estaba pensando.

Decidió cambiar el ritmo de las preguntas, atacar el origen del problema.

¿Por qué con David?—preguntó sin rodeos.

Pero Bill no le contestó. Solo se encogió de hombros sin dirigirle aún la mirada.

Bill, mírame y contesta mi pregunta—exigió Tom con dureza— ¿Por qué te has acostado con David?

No tengo porque contarte nada, es mi maldita vida privada—contestó Bill tratando de sonar fuerte.

Pero no lo era. Estaba a punto de echarse a llorar por tan grande pérdida. Su hijo ya no estaba con él y lo iba a echar mucho de menos.

Algo debió pasar….tú y él, nunca lo pude imaginar. ¿Por qué?—repitió Tom desesperado.

Bill le mira al final, con los labios separados a punto de decir algo. Pero negó con la cabeza y trató de mirar a otro lado, pero Tom se lo impidió cogiéndole de la barbilla con firmeza.

Dímelo, por favor—suplicó Tom en voz baja.

Pero solo consiguió que arrugase la frente y rompiera a llorar sin poderlo evitar. Le soltó de inmediato y dejó que se recostase de costado y se cubriera la cara con las manos.

¿Qué quería Tom que le dijera? ¿Qué se acostó con otro porque él no estaba a su lado? ¿Por qué no veía cuanto le amaba y le necesitaba?

Viendo que no le iba a sacar nada más y que necesitaba descansar, Tom se levantó de la cama y se sentó en la silla cruzado de brazos, escuchando los débiles sollozos de su hermano pequeño, esperando que quedara rendido por el llanto y cayera en un profundo sueño.

Cuando solo escuchó su suave respiración interrumpida por un leve hipo, se le acercó de nuevo y se inclinó sobre él, retirándole el pelo hacia un lado para poder besar con suavidad su mejilla.

Sabes que puedes contar conmigo—susurró muy cerca de su oído—Sabes que te quiero mucho.

Se volvió a sentar y trató de descansar él también. Al día siguiente vendrían sus padres, y que le iba a caer una buena cuando se enterasen de que se había quedado embarazado y otra por no haberlo contado.

Sabía que su madre se pondría de viaje de inmediato para estar al lado de su hijo pequeño, en vista de que él no lo había estado cuando más lo necesitaba.

Continuará…

por lyra

Escritora del fandom

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