«Solo y sin ti» de lyra
Capítulo 1. Perdiéndote
Sentado en el amplio sofá del backstage, Tom no paraba de observar a su hermano. Cruzado de brazos le veía pasear de arriba abajo con una expresión preocupada en la cara. Se le notaba nervioso y distraído, incluso le llegó a pillar en alguna ocasión mirando al vacío y suspirando, hasta mordiéndose las uñas.
Estaba más que claro que le pasaba algo, y que no tenía intención de contárselo.
Cansado de verle en ese estado, se levantó y con paso decidido le cogió del brazo y se lo llevó a un lado.
— ¿Qué te pasa?— preguntó con firmeza.
—Nada—contestó Bill con mucha rapidez.
— ¿Nada? Vas a hacer un agujero en el suelo de tanto pasear—dijo Tom con ironía.
—Tenemos una entrevista en 15 minutos, estoy nervioso—murmuró Bill sin mirarle a los ojos.
Tom lo advirtió y con un movimiento rápido le cogió del mentón y le obligó a no desviar la mirada.
—Mírame, Bill—le ordenó.
Esperó con paciencia hasta que Bill cedió y lentamente fijó sus ojos en los suyos, bastándole solo un segundo para ver la tristeza y preocupación asomando a ellos, como se le llenaban de lágrimas al mismo tiempo que sus labios comenzaban a temblar.
No se pudo resistir y levantando la mano que tenía libre, le rozó con suavidad la mejilla.
—Bill…—le llamó en un susurro al escuchar el sollozo que se le escapaba.
Pero el cantante negó con la cabeza y se soltó de su agarre. Le dio la espalda y echó a andar en dirección contraria, parándose de repente y soltando un gemido al tiempo que se llevaba una mano al estómago.
— ¿Bill?—llamó Tom en voz alta.
Pero siguió dándole la espalda y negándose a hablar. Echó a andar todo lo deprisa que pudo, hasta que llega al baño y se encerró en el de un portazo.
— ¿Qué ha pasado?—preguntó David al otro hermano.
—No lo sé—susurró Tom preocupado.
Nunca había visto reaccionar así a Bill, echarse a llorar delante de él sin ningún motivo aparente…
—Salís en 10 minutos—comentó David consultando su reloj—Pero se puede posponer si se siente mal.
—Esperaremos a que salga—dijo Tom sin esperanzas.
Estaba seguro de que Bill no se encontraba bien, pero como el buen profesional que era se tragaría el dolor y los problemas y daría lo mejor de sí en la entrevista. Nunca fallaba a las fans, siempre con una sonrisa en los labios, aunque sus ojos estuvieran apagados y él roto por dentro.
Decidió esperarle en la puerta del baño, ser el primero en comprobar con sus propios ojos que se encontraba relativamente bien.
Se puso nervioso al ver que el regidor les anuncia que en 5 minutos tenían que salir y sus compañeros ponerse en movimiento. Intercambió una preocupada mirada con el productor y asintió con la cabeza. Cogió aire y llamó con suavidad a la puerta.
—Bill, salimos ya—explicó conteniendo el aliento.
—Voy—escuchó su débil voz.
Esperó impaciente hasta que oyó el ruido de la cisterna y al minuto se abrió la puerta. Se mordió los labios para no gritar. El estado de Bill era muy malo. Estaba muy pálido y jadeaba con los labios separados.
—Bill, la entrevista se puede hacer sin ti—se apresuró a decir al verle—O posponerla para cuando te sientas mejor.
Pero tozudo como siempre, el cantante negó con la cabeza y pasa a su lado mientras se mordía con miedo los labios.
— ¿Te has visto? No estás en condiciones—siguió diciendo Tom caminado tras él.
—Tengo el estómago revuelto, solo es eso—susurró Bill con un hilo de voz.
Llegaron donde estaban sus compañeros y Tom corrió al lado del productor.
—Ya he avisado—le confirmó David, adivinando sus pensamientos—Estaré entre bastidores observándolo todo, al mínimo signo de que no se encuentra bien cortarán para publicidad y nos lo llevamos de inmediato.
—Es un cabezota, daría un concierto con 40º de fiebre solo por no defraudar a un par de chicas histéricas—estalló Tom sin poder contenerse.
—Son vuestras fans, que gritan emocionadas al veros—corrigió David—Les debéis mucho, gracias a ellas estáis donde estáis.
—Lo siento, es que estoy muy preocupado por Bill—se disculpó Tom sinceramente.
—Tu hermano es muy fuerte, me lo ha demostrado—murmuró David.
Antes de que pudiera preguntarle de que estaba hablando, fueron llamados a salir al escenario. Se dio la vuelta y vio como Bill hablaba con la intérprete mientras se frotaba el dolorido estómago con una mano.
Se acercó a sus compañeros y 2 minutos después estaba sonriendo y saludando a las fans que les llamaban por su nombre. Se maldijo por lo bajo por haberlas llamado “chicas histéricas”.
Ocuparon sus asientos en un largo sofá de cuero negro. Se sentaron como siempre, él al lado de Bill que es el que estaba más cerca del entrevistador. Se sentó en el borde, atento a cualquier gesto suyo y dispuesto a llevárselo él mismo en brazos si le escuchaba emitir un gemido por muy débil que fuera.
La entrevista transcurrió con normalidad. Tom logró relajarse a los 10 minutos al ver que Bill lo estaba llevando bien. Las preguntas eran siempre las mismas, pero sin perder en ningún momento la sonrisa Bill las contestaba como si fuera la primera vez que las escuchaba.
Todos rompieron a reír cuando en una pantalla aparecieron fotos de cuando eran más pequeños. Estaban contando como conocieron a Georg y a Gustav y decidieron formar un grupo entre los cuatro.
El cantante cedió la palabra a sus compañeros, recostándose en su asiento suspirando. Cogió aire y cerró los ojos por un momento, gesto que no pasó desapercibido por Tom. Al momento le sintió apretarle el brazo y abrió los ojos de golpe, incorporándose con rapidez. Pero se quedó a medio camino. Una dolorosa punzada le hizo volverse a recostarse y gemir por lo alto. Todas las miradas se dirigieron a él y la conversación que tenía lugar cesó de inmediato.
Cerró los ojos con fuerza mientras negaba con la cabeza a la pregunta que le hacía un asustado Tom. No, no se sentía bien. De hecho, notaba que le faltaba el aliento y la cabeza le daba vueltas. La recostó en el respaldo del sofá, echándola todo lo atrás que pudo mientras apretaba los ojos y gemía de nuevo. No fue consciente de lo que sucedía a su alrededor, de los gritos esa vez sí histéricos de las fans que rompieron a llorar al verle desfallecer en el sofá. No escuchó como la entrevista se cortaba y pasaban a publicidad.
En un minuto el plató fue acordonado por los miembros de seguridad que trataban de controlar a las fans mientras que el cantante era atendido por el equipo médico, entre dos enfermeros le cogieron con suavidad y le acostaron en el suelo al medio inconsciente paciente, que solo pudo dejarse hacer sin fuerzas para abrir los ojos siquiera.
Logró esbozar una débil sonrisa entre tanto dolor cuando sintió que le cogían una mano y se la apretaban con suavidad. Sabía que era Tom sin abrir los ojos. Le sintió a su lado, inclinado sobre él llorando, apartándole el pelo que le cubría el dolorido rostro.
—Tom, déjales hacer—escuchó la voz del productor.
Arrugó la frente con dolor. Esa voz y una nueva punzada que le recorrió el cuerpo le hizo romper a llorar y jadear, antes de separar los labios y dejarse llevar.
Entonces ya no sintió nada, ni dolor, ni como era tumbado en una camilla que tras ser trasladada con rapidez hasta una ambulancia que esperaba en la puerta con el motor en marcha partió rumbo al hospital más cercano. No fue consciente del reconocimiento que le hicieron ni de cómo uno de los enfermeros miraba con preocupación a su compañero y señalaba la sangre que teñía de rojo la sábana de la camilla…
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Paseaba nervioso por la sala de espera, no pudiendo evitar llevarse una mano a la boca y morderse una uña soltando una risa irónica al recordar el mismo gesto que hiciera Bill apenas unas horas antes.
Se acercó a la ventana y cerrando los ojos apoyó la frente en el frío cristal mientras recordaba los últimos acontecimientos. Ver desmayarse a Bill casi hace que él también lo hiciera. Sujetado por el productor observaba impotente como le estabilizaban y con mucho cuidado le tumbaban en una camilla que estaba a su lado preparada.
Se levantó del suelo en el que se arrodilló para estar a su lado cogiéndole la mano y retirarle el pelo que le impedía verle la cara. Corrió tras ellos y se metió en la ambulancia antes de que nadie se lo impidiera.
Por el camino no dejaba de observar lo que le hacían. Le pusieron cables por su desnudo pecho que dejaron al descubierto cortando la camiseta que llevaba y que tanto le gustaba. Le cogieron una vía y le pusieron una mascarilla mientras le preguntaban si era alérgico a algún medicamento y si sabía lo que le había pasado.
Solo pudo contarles que esa misma tarde le dijo que tenía el estómago revuelto, que vio cómo se apretaba un costado, el derecho para ser más exacto.
Recordaba como sus ojos se abrieron como platos cuando uno de los enfermeros descubrió una pequeña hemorragia que provenía de la parte baja de Bill. Entonces la ambulancia aceleró y dos minutos más tarde llegaban al hospital y se lo llevaban de su lado.
Se quedó quieto viendo como le metían en una sala de observación y a los pocos minutos salían veloces hacia un quirófano que los esperaba con todo preparado. Nadie le dijo nada, ni siquiera que esperase. Se quedó dónde estaba hasta que llegaron el productor y sus compañeros, que lograron que les acompañara a una sala de espera y se sentara con ellos.
De eso hacía ya un par de horas, y nadie salía a contarles nada. En ese tiempo el productor logró comunicarse con los padres de los gemelos, que enseguida cancelaron el viaje previsto y partieron hacia donde estaban ellos.
Hasta entonces y por ser aún menores, David se convertía en su tutor y tomaría las decisiones oportunas, muy a su pesar….
Pegó un bote cuando escuchó abrirse las puertas que comunicaban con el quirófano. Vio salir al médico que atendió a Bill en urgencias y caminar hacia él con paso decidido. David enseguida se puso a su lado para darle su apoyo y el consuelo necesario. Sus compañeros esperaron apartados, mordiéndose nerviosos los labios y con el corazón encogido en un puño.
—Doctor, ¿mi hermano…?—susurró Tom a punto de llorar.
—La operación ha salido bien, ahora está en reanimación saliendo de los efectos de la anestesia—explicó el médico con voz grave.
— ¿Qué le ha pasado exactamente?—preguntó David con firmeza.
—Cuando le trajeron le descubrieron una hemorragia al examinarlo—explicó en voz baja mirando al hermano de su joven paciente—Como ya te he dicho, la operación ha salido bien, pero me temo que ha perdido el bebé que esperaba….
Continuará…