Fic TWC de EmoMarty

Capítulo 2: Bill Kaulitz y el Dr. Freorg

—¡¡Taaaa daaaaaa!!— Bill entró triunfalmente a la habitación de Georg, abriendo la puerta de par en par.
Los tres chicos, frente al televisor, se giraron para mirarlo a la luz azul de la pantalla.
—¡Oh, mire quién aparece otra vez!— le dijo Gustav –¿Cansado de su soledad, majestad?
Desde el final del concierto Bill ya no había sido visto por ahí, y ya esa tarde, antes de la prueba de sonido, había Desapareció en su litera, admitiendo solo su presencia a Saki con las gomitas que le había comprado en el camino.
—No, nunca me canso de estar lejos de ti, y por cierto no te extrañé para nada— dijo sentándose en la cama frente a ellos.
—Nosotros tampoco te extrañamos – le dijo Georg cruzando los brazos sobre el pecho.
—De todos modos, nadie te cree, Gege— Bill lo despidió encogiéndose de hombros y volvió a dirigirse a su audiencia –Miren muchachos, es algo que hice hoy, Tomi ya lo vio— dijo mirando a su gemelo. con una sonrisa falsamente modesta…—pero fue sólo al principio, ahora ha crecido y desarrollado, y…
—¿Creció y desarrolló en una tarde?— Gustav lo detuvo divertido.
—Es el tiempo que tardó su cerebro en crecer y desarrollarse también— respondió Tom sonriendo.
—Eeeeeeeeeee!!!!!!— Gritó Bill haciendo un puchero
Georg se echó a reír –¡¿Una tarde entera?!
Tom se giró hacia él riendo –Sí, lo recuerdo como si fuera ayer, la mañana era un conglomerado de células madre, pero en la noche ya sabía maquillarse.
—¡¡No es simpático, Tomi!!— Bill le dio un golpe en la mano, Tom se la quitó sin dejar de reírse como un idiota.
—¡Vaya, estos son los momentos en los que me hubiera gustado ser parte de Casa Kaulitz!— le dijo Gustav
—¡¡Basta!! Mi cerebro ha tenido un desarrollo muy regular — le gritó a su hermano — ¡y Casa Kaulitz es un club muy exclusivo — concluyó sacándole la lengua a Gustav!
Georg calmó a los demás con un movimiento de su mano, sonriendo nuevamente —Ok, ok… no la hagas enojar… vamos, Bill, ¿de qué se trata esto…
Bill abrió la computadora hacia ellos —Se trata de (y deja de usar la palabra femenina conmigo, Georg) de una maniobra para eliminar el gemelo de nuestras vidas para siempre erradicándolo de…
—¡¿De verdad sigues pensando en el gemelo…?!— Gustav lo interrumpió asombrado.
Tom suspiró –¿De verdad pensaste que lo olvidaría tan rápido? Somos gemelos desde hace… ¿cuánto tiempo…? 19 años… y créeme Gustav, si se propone algo… 
—Quizás sea un poco testarudo— dijo Bill levantando una ceja —Pero no es eso lo que nos ha permitido lograrlo ¿Grande con nuestra música en todo el mundo? — concluyó melodramáticamente.
—No— le dijo Georg –David nos permitió triunfar en todo el mundo obligándote a cantar en inglés. Y tu acento también es terrible.
—¡Aquí no estamos hablando de mi acento, ni de David, ni de Durch den Monsun…!— Comenzó a gritar Bill, moviendo sus brazos temerosamente hacia el bajista.
—Ooooh Bill ¡cálmate!— Tom puso sus manos sobre las suyas bajándolas –Esto está empeorando, nadie quiere verte discutir con Georg, ya haces eso todos los días… estamos aquí para hablar de tu cruzada contra Twincest…
Bill asintió, tranquilizándose. Tom apoyó su espalda contra la cabecera de la cama matrimonial y lo miró fijamente, simulando un interés que enorgullecía al cantante.
—Seguro que me amas, Tomi…— Bill sonrió, animándose –Entonces; Entré a un sitio, el sitio oficial del twincest de los gemelos Kaulitz, es decir, él y yo… 
Georg puso los ojos en blanco, Tom le dio un codazo, Bill continuó sin notar nada.
—He estudiado al enemigo y su nivel de depravación — comenzó Bill, golpeando un periódico enrollado en la palma de su mano — He observado con qué atención se examinan las fotografías en sus píxeles individuales y los vídeos fotograma a fotograma, he escuchado a los más canciones incriminatorias, yo… ah, bueno, entonces también leí un brindis para disfrute personal, ¡realmente no está mal…!— dijo entusiasmado, volviéndose hacia Gustav.
—¿Real? ¡Ya te lo dije!
—¡Ese no es el punto!— gritó Tom avergonzado.
—No, de hecho…— Continuó Bill, apuntando peligrosamente a su hermano con el periódico –Gracias Tom. El punto es que he implementado una serie de estrategias para cortar estas historias de raíz:
Bill hizo clic en el ícono en la parte inferior derecha y el archivo “AbominevoliPiccolePerverse.pps” se abrió ante sus ojos en una avalancha de títulos rosados ​​y brillantes.
—Esta… cosa… ¿qué es…?— tartamudeó Gustav, arrastrándose lejos de la computadora como el Conejo Blanco frente a Alien.
—Mi plan.
—Suena interesante— Georg suspiró sarcásticamente.
—Lo es— respondió Bill mirándolo fijamente —Ahora, primer punto, Tom— se giró solemnemente hacia su hermano, abriendo la primera página —Mantén una distancia segura de al menos 8 metros de mí.
—¡Pero eso es absurdo!— Respondió Tom asombrado —¡Somos hermanos…! ¡dormimos en la misma habitación…!— meneó la cabeza –¡Tocamos en la misma banda!
Bill meneó la cabeza a su vez –Ocho metros, Tomi. Tómalo o déjalo. Punto dos — continuó abriendo la segunda página, antes de que su gemelo pudiera responder — Durante los conciertos, Georg, ¿te importaría hacer algún fanservice en mi lugar — — Frotarte contra Tom ?

Tom jadeó, volviéndose hacia Georg quien sonreía felizmente, pero antes de que pudieran tener un breve y violento intercambio de opiniones, Bill había comenzado a predicar de nuevo, sacudiendo su cabello negro: —Punto tres… Gustav, te dejarás crecer el cabello y empezar a maquillarme (seis rubios así que el negro no te sienta bien, yo me quedo con el azul celeste)… así confundiremos al enemigo haciéndole creer que mi forma de vestir y maquillarme es totalmente acorde con la estilo del grupo… 
Hizo clic con el puntero en forma de mariposa en la tercera página y un terrible fotomontaje de Gustav con largas trenzas rubias y reflejos violetas los asustó, haciendo gritar a Georg.
—Pero ¿¡¿por qué yo, lo siento?!?— gritó Gustav entre lágrimas, tocándose el pelo corto –¡¿Por qué no él, que ya tiene el bob alisado?!
Georg se giró hacia él –¡¿Eres idiota?!
—Sí, Gugu, ¿Eres idiota? — Le dijo también Bill, sacudiendo la cabeza — ¡¿Crees que le mando a Georg que me maquille?! El efecto sería aterrador incluso para los estómagos más fuertes, perderíamos una audiencia preciosa — 
Los dos se volvieron hacia Tom, buscando comprensión y apoyo! El Rasta entrecerró los ojos y miró fijamente a Georg: —Querías hacer fanservice, eh, eh, ¡¿querías hacer fanservice?! ¡No vengas llorando a mí ahora! 
—¡Basta! — gritó Bill, golpeando a Georg en la cabeza con el periódico — obviamente todo esto podría tener algunos inconvenientes, como el nacimiento de Gost, Tostav o G&G, pero toda guerra los tiene. ¡sus propias víctimas! ¡Punto cuatro…!— gritó, interrumpiendo de raíz las quejas de sus compañeros.
—No, te lo ruego…— gimió Gustav, al borde de las lágrimas —…por favor… no sé si podré soportarlo…
—Punto cuatro— continuó Bill, mirándolo con furia –Yo se inscribió en el foro twincest como anti…
Gustav y Georg lo miraron fijamente asombrados.
—Sí— continuó Bill –Para que podamos derribarlos desde adentro.
—¡Pero entonces tendrás que criticar nuestra música también!
Bill sacudió la cabeza –No… me limitaré a la perversión incestuosa, diciendo que somos grandes músicos pero sobre todo buenos chicos con un gran respeto por los lazos familiares.
—No tengo palabras…— susurró Georg volviéndose hacia Tom –¡¿Lo sabías?!—
Tom asintió con cansancio –Sí… lo vi en un adelanto, ¿recordar? O sea, no todo, pero…
—Por curiosidad, ¿cómo te llamarías en el foro?— tartamudeó Gustav
—Bill K— Bill sonrió con picardía –Para que nunca sepan de mí, eh eh eh …
—Qué mente más diabólica…— susurró el baterista, sinceramente impactado.
—Me alegra que pienses así, porque serás parte de mi plan— gimió
Gustav, mirando a Tom, murmurando: —¿Por qué lamentablemente esto no me sorprende?
—Tú también crearás tu cuenta, así que gané. No serás el único que apoye la perversión de la práctica incestuosa…
—Eres un caso casi perdido…— Georg lo interrumpió suavemente, mirándolo con cuidadoso interés científico.
—…sus nombres serán GustavS, GeorgL y TomK…
—Desesperado, pero clínicamente muy interesante…— continuó el bajista con calma.
—…y serás antropólogo, psicólogo y podólogo…— continuó Bill, enumerando los dedos de su mano derecha.
—¡¿Estarías dispuesto a completar algunas pruebas?!
—…internacionalmente famoso… ¡¿eh?! ¿Alguna prueba? ¡¿Qué tipo de prueba?! ¡¡Me encantan los exámenes!! — interrumpió Bill entusiasmado.
Georg puso una mano en su hombro y se levantó de la cama –Oh, no es gran cosa…— continuó tranquilo y complaciente, mientras lo cargaba abrazándolo fuera de la habitación –Lindos electrodos… Manchas de color… Electroshock…
—¡¿Si son con cruces puedo usar el bolígrafo rosa con brillantina?!— Susurró Bill soñadoramente.
—Por supuesto, por supuesto…
Tom los observó mientras salían por la puerta, sin decir una palabra.
—Y a partir de hoy el personaje de Georg Listing será interpretado por el Doctor Freorg…— suspiró Gustav, recuperando el portátil —Y Bill… bueno, Bill…— susurró escudriñando su fotografía en versión camarera bávara . Sacudió la cabeza: —No se me ocurren comparaciones que den una idea…
Tom rió suavemente, todavía sacudido por la imagen de Georg frotándose el trasero en sus partes íntimas.
—Bill siempre es Bill, cuando hace algo siempre lo exagera; a los 12 me dijo “¿Cómo me veo con delineador?” y ahora estamos cerca del cambio de sexo…—
Gustav se echó a reír con su amigo.
—No en serio…— le dijo entre sollozos –Esta vez realmente está loco
Tom suspiró y negó con la cabeza –Quién sabe por qué le molesta tanto esta historia
—Sí— Gustav lo miró desde abajo, de reojo – No es que por casualidad… le diste la oportunidad de pensar…
Tom se volvió hacia él –¿Qué…?
—Eso… bueno…— Gustav se aclaró la garganta –Que es el twincest. .. bueno, tal vez inconscientemente…
—¡¿De verdad?!— gritó Tom, sonrojándose del shock –¡¿Crees que yo… crees que yo… abusé de él?!— soltó al final, buscando una palabra que en realidad no lo hiciera parecer culpable. No pensó que diría a la ligera: que lo pensé, tal vez sueños?! ¡Ay Gustav estás loco…!
—¡No!— se apresuró a decir Gustav sonrojándose también —…¿ni siquiera estando borracho?— añadió luego lentamente.
—¡¡¡Pero Gustav!!!— tronó Tom –¡¿Te parecen cosas que decir?! Si tengo… si tengo… ¡¿QUÉ?! ¡¿Si hiciera QUÉ exactamente?! ¡No, lo siento, no quiero saberlo, de verdad!
—A lo mejor cuando estabas borracho… lo tocaste… o no sé… lo asustaste…—
—A lo mejor te ofrecí ¡Dale un caramelo en el parque!
—No quise decir…
—¡Yo no me follo a mi hermano, Gustav!—
—¡Menos mal, porque él también lo niega todo!— Dijo David en voz alta, pasando frente a la puerta abierta, para luego entrar a su habitación.
Los dos se miraron fijamente sin siquiera oírlo.
—Lo siento, Tom— dijo Gustav con dureza –¡Pero no pude evitar pensar esto!—
—¡¿Por qué?!— gritó Tom –Si mi hermano está demente y está enamorado de la cruzada contra…
—Porque a veces ¡Sois extraños, vosotros dos!
Tom frunció el ceño —¡¿Extraño?!
—Sí… ¡sobre todo por la mañana! ¡¿No te das cuenta?! — Gustav abrió los brazos y negó con la cabeza — Se sonrojan cuando se miran, eviten tocarse… Bill… Bill te tiró la Nutella a la cabeza en lugar de pasártela. , ¡hace dos semanas! 
Tom estaba pálido y solo después de un momento logró encontrar el aliento para responder —Pero…eso es porque Bill es un idiota que disfruta…pegarme con Nutella…es un juego. jugábamos de niños…
Gustav lo miró fijamente en silencio, con una mirada burlona.
Tom tragó avergonzado: —Ok, tal vez Hit—Tom—with—Nutella no sea un juego que jugáramos de niños, pero la cuestión es que… que… no nos sonrojemos… Gustav, escucha, yo No jodas a mi hermano, ni desde sobrio, ni borracho ni… despierto… y ni siquiera… 
—Sólo pensé que tal vez…
Tom puso sus dedos en sus labios, silenciándolo —Don No lo digas más, Gustav…— susurró, poniendo sus rostros vagamente amenazadores.
—Tú y Bill…
—No. Dígalo. Más
—Oye, el loco está… ¡¡Ooooh!!… Oh… Oh… ¡Perdón…!— tartamudeó Georg, deteniéndose en la entrada –¿Acaso… acaso lo interrumpí…? ¡¿algo…?!—
Tom se giró hacia él, quitando los dedos de los labios de Gustav. –Sí, yo matando a este idiota. ¿Cómo está Bill? —
Georg los miró sonriendo con asombro — ¡¿Vaya chicos, fue una escena de Tostav?! No porque eras…—
—Georg…—
—…fuiste muy dulce, no Tom, en serio…— Georg tomó a Tom por los hombros, mirándolo con ojos emocionados y brillantes.
—Georg, ¡déjalo descansar!— Soltó Tom liberándose de su agarre –¡¿Cómo está mi hermano?!—
Gerog se frotó el hombro –Oh, bien, bien, ahora bien, lo acosté con la promesa de que a partir de ahora mañana sus puntos se seguirán al pie de la letra… oye, seré el psicólogo Dr. GeorgL — dijo entonces con entusiasmo, volviéndose hacia Gustav — ¡Eres antropólogo, genial, verdad?! Tú, por otro lado, Tom, eres… podólogo, realmente no puedo entender esto…
—Sí, lo sé…— respondió Tom, frunciendo el ceño –Yo también estuve allí, antes… — le lanzó una mirada enojada a Gustav, antes de girarse hacia la puerta.
—Bueno, me voy a la cama, estoy agotado…— murmuró –Intentaré no beber demasiado antes de entrar a la misma habitación que Bill— dijo luego, amargamente, volviéndose hacia Gustav.
—Tom…
—No, en realidad, ya sabes lo que haré, ¡tendré el sofá preparado!—
Gustav no respondió.
—Buenas noches chicos— los saludó mientras salía de la habitación —Me voy a follar a mi hermano… y David, si intentas decir algo te haré pedazos el ordenador, ¿entiendes?!
—.. .—
—David… Sé que estabas escuchando…—
—…ok — murmuró David desde la puerta cerrada de su habitación.

Tom abrió lentamente la puerta de su habitación, que estaba envuelta en completa oscuridad a excepción de la lámpara en la mesita de noche de Bill.
El gemelo dormitaba en su lado de la cama, sin maquillaje y con el cabello recuperando su volumen natural. Tom lo miró fijamente mientras se cambiaba y dejaba caer su ropa al suelo.
Se había duchado inmediatamente después del concierto, así que estaba listo para meterse en la cama.
Bill gimió algo cuando Tom se metió debajo del edredón y apagó la luz.
—¿Bill…?— susurró.
—Tomi…—
Tom tocó su hombro con su mano, y Bill se acercó a él –Estoy aquí, he vuelto…—
Bill lo abrazó, apoyando su cabeza en su pecho –Georg piensa que estoy loco…— él susurró con la voz espesa por el sueño.
Tom se pasó una mano por el cabello —No…— murmuró, sonriendo en la oscuridad —Todos pensamos que estás loco
—Mmm no estoy loco…— protestó Bill suavemente.
Tom bajó su rostro hacia él; Bill estaba cálido y olía bien, tenerlo allí acurrucado en sus brazos le daba una sensación de calma al final de un largo día. Después de un concierto, el olor de Bill, su cálido abrazo, su respiración antes de quedarse dormido le devolvieron la serenidad total, disipando las tensiones de su cuerpo. Tenerlo cerca hacía que cualquier lugar se sintiera como en casa. Incluso en habitaciones frías de hotel como ésta.
—¿Bill…?— lo llamó suavemente, abrazándolo cerca.
—¿Mmm?— farfulló, ya dormido.
—¿Por qué estás tan enojado con el gemelo?
Bill suspiró —Por qué— respondió bostezando —Estas no son cosas que necesites saber…— murmuró
Tom se sobresaltó —¿Sabes? ¿Bill…?
Bill frotó su mejilla contra su pecho —Lo siento…no existen…— se corrigió en un susurro, acariciando su brazo con sus dedos —No existen…
Tom permaneció mirando la oscuridad vacía sobre él, mientras Bill se quedaba dormido acurrucado contra su pecho, a salvo en sus brazos.

Estaban en esa misma cama, con la misma ropa. O mejor dicho, la ropa ya no estaba allí, sólo su camisa holgada, y Bill sujeto con sus uñas.
El gemelo se movía desnudo encima de él, frotándose contra su pene y metiéndose la lengua en la boca.
—Tomi…— murmuró, dejando besos húmedos en su barbilla y labios.
Tom no podía hablar, no podía concebir nada más que el calor de su gemelo entre sus muslos y sobre su pecho. Su lengua lo clavó.
—Tomi…— solo susurró –Tomi…

Bill se había despertado con un extraño gemido, temblando, sintiendo a su gemelo inquieto bajo su mejilla. Evidentemente Tom estaba soñando.
Ella había deslizado una mano por su cabello y gemía suavemente.
Bill estaba inmovilizado, con la garganta seca y las mejillas rojas.
Los gemidos de Tom lo clavaron en la completa oscuridad de su habitación. Era como si sus cuerpos estuvieran extrañamente sincronizados, como si encajaran perfectamente; y como si Bill estuviera exactamente donde se suponía que debía estar. Tenía una mezcla de miedo y atracción hacia esos gemidos, hacia el sueño de Tom.
¿Con qué estaba soñando? ¿Por qué lo acariciaba así? La mano del gemelo en su cabello, en la nuca, lo hizo estremecerse. Se quedó quieto, respirando profundamente como si estuviera durmiendo.
Lentamente, fingiendo un movimiento en sueños, se apoyó completamente sobre el cuerpo de su hermano, haciendo que sus pechos se adhirieran. Tom dejó escapar un suave gemido y giró la cabeza hacia la de ella, apoyando la barbilla en su frente.

En el sueño todavía percibía el fuerte y agradable olor de Bill, de su cabello. El gemelo, encima de él, lo besaba y se había subido a horcajadas sobre él, entrelazando sus manos con las suyas. Tom levantó su pelvis, haciendo que su gemelo frotara su erección contra la suya. Bill gimió y sonrió: —No tan rápido… Tomi…— mientras bajaba la boca hasta su cuello, para luego volver a bajar, dejándolo sin aliento.

Tom tragó, respirando con dificultad. Bill se mordió el labio y tenía la cara roja.
Bajó su brazo hacia el vientre de su hermano, esperando que no despertara en ese momento. Lo impulsaba una curiosidad morbosa y perversa. ¿Con qué estaba soñando su hermano?
La piel de Tom estaba suave y temblaba. La mano de Bill se deslizó por sus boxers y descansó delicadamente sobre su pene.
Bill inmediatamente lo retiró con un grito ahogado, sí, Tom definitivamente estaba teniendo ese tipo de sueño.

Tom tomó a Bill por las caderas y lo arrojó sobre el colchón, boca abajo. Bill se rió y se mordió el labio.
—¿De verdad no puedes esperar?
Tom no le respondió, su gemelo lo miró de reojo con malicia; su cabello caía sobre sus ojos, suavemente, su cuerpo era claro, su espalda perfecta.
Tom se obligó a separar las piernas. Estaba asombrado de sí mismo, de lo que estaba haciendo.
Gustavo tenía razón.
Gustav tenía razón en todo. Violó a su hermano todas las noches, con fuerza, y estaba impulsado por un deseo enfermizo que no podía explicar.
Su hermano… su hermano…
No era una niña pequeña en su cama, era su hermano…
Eso no lo hizo sentir peor. Estaba horrorizado consigo mismo. No lo hizo sentir peor, lo hizo sentir mejor. Lo excitó más.

Bill tragó saliva mientras la mano de Tom se cerraba con más fuerza en su cabello y su barbilla presionaba su frente. Los labios de Tom lo habían tocado, mientras parecía tomado por algo más grande que él, inquieto y jadeante como estaba.
Bill se sintió vergonzosamente emocionado por el estado de su hermano.
Contra el colchón, su pene también presionaba con excitación.
Levantó ligeramente la cara para sentir el cálido aliento de Tom en su cabello y, a su vez, jadeó en su garganta. Eran muy similares en su respiración. Tenían la misma calidez.
Frotó su pene contra el colchón, gimiendo suavemente. Tom, debajo de él, tragó de nuevo.
Bill no podía explicar lo que estaba haciendo. Estaba despierto. No estaba durmiendo. Eso no fue un sueño. Vale, se emocionó porque su gemelo estaba emocionado, probablemente le pasaría con cualquiera, ¡pero era su hermano! Debería estar avergonzado, debería…
Tom jadeó con fuerza y ​​Bill rápidamente levantó la cara hacia él. Quería verlo en la penumbra.
La luz de la noche, fuera de las ventanas, lo golpeó delicadamente y delineó su perfil.
El rostro del gemelo hablaba por sí solo. Bill apretó el labio entre los dientes y se corrió temblando contra el colchón, mientras Tom arqueó la espalda y se corrió con los labios bien abiertos, en un grito silencioso.
Bill miró fijamente a su gemelo, con los ojos medio cerrados y el corazón chocando violentamente contra su caja torácica, casi lastimándolo.
Tratando de recuperar el aliento, apoyó la cara en su pecho en estado de shock, respirando en su piel ligeramente sudorosa. Tenía ganas de llorar. Había sido lo más malo y hermoso de su vida.
Lentamente abrió los labios y besó el pecho de su hermano, para disculparse…
Para darle las gracias.

Continúa…

Gracias por la visita.

por administrador

Publico con autorización del autor

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